Carta abierta de una médico: «No somos guerreros»
Carolina Sienes.- Yo nunca me he sentido un médico vocacional, pero no miento al decir que estas circunstancias han sacado lo mejor de esta profesión y de mí misma. Esta crisis me ha dado la oportunidad de ver la bondad de algunos de mis pacientes, el tránsito sereno hacia la muerte de otros, la tristeza de la soledad en la agonía… También la responsabilidad de grandes profesionales sanitarios, de conocer mejor a quien trabaja contigo en los peores momentos inimaginables y seguir adelante a pesar del cansancio y el desánimo.
Doy por bueno lo aprendido, pero no me pidáis que me quede impasible frente a lo vivido, sin crítica y sin lucha; para mí eso es perder mi esencia. La vida tarde o temprano saca lo peor y lo mejor de nosotros mismos. Yo he experimentado de nuevo ambas cosas en poco tiempo.
No soy guerrera de nada, porque nunca pretendí ver este asunto como una guerra, solo una profesional médico más, que había olvidado la grandeza de nuestro trabajo desde hace mucho tiempo.