La Comisaría General de Información de la Policía detuvo en la madrugada del pasado lunes en Almería a Abdel-Majed Abdel Bary, egipcio de 29 años, rapero y uno de los terroristas retornados más buscados de Europa. De familia de tradición yihadista –su padre fue condenado por los ataques contra las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania en 1998, en los que hubo más de 200 muertos–, en 2013 se incorporó a las filas yihadistas en Siria desde Gran Bretaña, donde desarrollaba su vocación artística, para luchar contra Bassar-al-Assad. «Dejo todo por Dios», dijo al salir de su lujosa residencia en Maida Vale, en Westminster, dejando a su madre y sus cinco hermanos.

Abdel Bary, que fue radicalizado por grupos musulmanes relacionados con el predicador Anjem Choudary, está considerado por todos los servicios de Inteligencia e Información europeos como un tipo especialmente peligroso, y por eso era uno de los retornados al Viejo Continente más buscados. Para muestra, un botón: en agosto de 2014 difundió una fotografía suya, al parecer tomada en Raqqa, con la cabeza de un enemigo en la mano y a la que añadió la leyenda: «Relájate con mi amigo, o lo que queda de él»…

En la operación policial fueron detenidos otros dos individuos que estaban con Abdel Bary en un céntrico apartamento alquilado de la ciudad andaluza. Uno de ellos es argelino y habría proporcionado apoyo logístico; el segundo, que aún está sin identificar, podría ser también un «foreing fighter», según los primeros análisis de la Policía. Todos ellos llevaban documentación falsa.

Los expertos de la lucha contra el terrorismo de la Policía, que contaron con la importante colaboración del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), trabajaban sobre la posibilidad de que este terrorista tuviese la intención de retornar a Europa a través de nuestro territorio. Por ello se activaron varias líneas de investigación para averiguar su posible llegada a España.

Tras una compleja investigación se comprobó que había llegado a las costas almerienses en una patera procedente de Argelia, así como sus movimientos posteriores. Y ello a pesar de que los arrestados adoptaron todo tipo de medidas de seguridad para burlar posibles vigilancias, tanto en su viaje desde el norte de África hacia nuestro territorio como en sus movimientos en Almería. Los terroristas, además, se adaptaron a la situación del estado de alarma declarado por la crisis del coronavirus, por lo que hacían pocas salidas, por separado, y siempre con mascarillas para no ser detectados.

Las pesquisas llevaron hasta un piso situado a pocos metros de la Puerta de Puchena, en pleno centro urbano, donde en la madrugada del lunes fueron arrestados en una fulminante operación del Grupo Especial de Operaciónes (GEO) de la Policía, que contó además con la colaboración de la Comisaría de esa capital andaluza.

Anoche los detenidos aún no habían pasado a disposición judicial, en este caso el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional. Por el momento se desconoce cuáles eran las intenciones de Abdel Mary, aunque una de las hipótesis es que su objetivo final fuera llegar al norte de Europa.

La noticia ha tenido gran impacto en Gran Bretaña, donde este tipo era muy popular, ya que se le relacionó con el decapitamiento del periodista norteamericano James Foley, que fue grabado y las imágenes difundidas. Luego se demostró que no era él, pero sí está incluido en un grupo de cuatro yihadistas a los que se apodó «The Beatles» por su acento británico y que secuestraron, torturaron y asesinaron a rehenes extranjeros.

En julio de 2015 abandonó Daesh, y durante la retirada de la ciudad siria de Tal Abyad cruzó la frontera con Turquía, haciéndose pasar por refugiado. En diciembre de 2017 se informó de que aún seguía vivo, pero desde entonces no se tenían noticias de él.