Incómodas reflexiones
No espero que este artículo se someta al debate dialéctico, sino que más bien sea un grato alimento para los profesionales del insulto, esos que, bajo el pasamontañas del anonimato, han convertido el lenguaje de las redes sociales en un homenaje al despropósito.
Pero como el artículo no está pensado para los bocasucia, sino para la gente que tiene interés en reflexionar –y que es la inmensa mayoría, aunque no hagan tanto ruido–, vale la pena escribirlo. ¿O resulta que gritar en la plaza implica tener más razón? Veamos, pues, las ideas que querría expresar sobre las acampadas.
Primero, hay motivos para estar indignado en un país con cinco millones de parados y enormes dificultades sociales.
Segundo, me parece bueno que esta indignación salga a la calle.
Tercero, eso no significa ni que todos los acampados digan cosas razonables, ni que todas las propuestas sean digeribles. Algunas nos llevarían directamente a la jungla.
Cuarto, ni todos los indignados son espontáneos ni todos representan la indignación de la gente.
Quinto, el intento de apropiación de algunos partidos llega al surrealismo de las declaraciones de Joan Herrera a Josep Cuní, asegurando que la verdadera democracia está en la plaza Catalunya. ¡Magnífico! ¿Y qué hace este hombre con un carnet de diputado? Que lo devuelva y se vaya corriendo allí donde está la democracia, y no en los parlamentos legítimamente constituidos.
Sexto, el servilismo de muchos medios de comunicación es tan desmesurado que algunos parecen los convocantes de la acampada.
Séptimo, se ha instaurado una especie de dictadura del pensamiento único que envía a los infiernos de la maldad reaccionaria cualquier disidencia con el movimiento.
Octavo, algunos nostálgicos del “contra Franco y contra los grises” han revivido su adolescencia mal digerida.
Noveno, la ocupación del espacio público no puede durar eternamente, porque aprender que la calle es de todos nos ha costado siglos de civilización.
Décimo, si aceptamos que se pueden convertir las plazas públicas en acampadas permanentes, tendremos que permitirlo siempre, tanto si lo piden para reflexionar sobre la cienciología como si quiere ocupar la calle la extrema derecha para explicar la maldad de la democracia actual, versión el lado oscuro.
Undécimo, si la policía pide entrar en una plaza para sacar objetos de riesgo, a las puertas de una celebración multitudinaria, los ocupantes lo deben permitir.
Duodécimo, si no lo permiten, la policía los tiene que sacar a la fuerza.
Decimotercero, la criminalización de la policía democrática sólo lleva al caos.
Decimocuarto, si algunos de los que defienden la protesta son los que tienen que mejorar de la democracia, ¡pobre democracia!
Y, finalmente, que alguien alce la voz por los comerciantes y vecinos afectados por las protestas. ¿O es que resulta que los daños colaterales no importan?
bueno,yo tendria que decir muchas cosas que se me vienen a la cabeza.pero solo voy a decir una,DECEPCION,crei vivia en un pais solidario,con los que lo estan pasando mal,ni creo que esos comerciantes a los que alude la señora Rahola,QUE POR CIERTO ERA DE MI SIMPATIA,deje de de serlo,dudo que los comerciantes hayan tenido perdidas,es mas pienso que muchos habran,incluso que se hayan beneficiados,y por ultimo,todos contra ellos,la derecha,la izquierda,los periodistas,no es justo,falta solidaridad y comprension para todos,no para unos cuantos,solo se meteis con los debiles,hacedlo con los poderosos,corruptos y politicos mal intencionados,no Rahola,no
Habrá puntos en los que este mas o menos de acuerdo. Pero la manera de cerrar la reflexión es de poca vergüenza: “¿O es que resulta que los daños colaterales no importan?” Dígaselo usted a los afganos e irakies que mueren por el petroleo que necesitamos. Dígaselo a los africanos que se mueren de hambre porque les robamos la pesca e impedimos el avance de su agricultura. Cuénteselo a las niñas chinas explotadas en fabricas. A los niños secuestrados de la India para que hagan nuestras ropas. Nuestra existencia es la que provoca un daño colateral en el mundo. Usted,… Leer más »
Decimoquinto- con todos mis respetos- Un sistema caduco e ilógico a lógica alguna y una juventud mimada es el origen de este caos mental de ideas varias y hechos ninguno. A toda las variante numérica de su análisis, interesantes por ser cierto sus argumentos, la falta el tomo. Es decir la delación mental de una raza la humana que deja en manos de unos mediocres su propia dignidad… Un político es una idea, un concepto, un interese, es decir parte y arte de la sociedad, mientras que un gestor el aquel ciudadano elegido por ser el más idóneo para llevar… Leer más »
Me quito el sombrero ante tu acertado comentario, JLRR
Estoy básicamente de acuerdo aunque discrepo en un punto. No estoy de acuerdo en que sea un tema de dignidad humana. La sociedad expañola, en la que se está desarrollando esta indignación y que es motivo de este artículo de opinión no engloba a la humanidad como concepto y como ámbito de aplicación. En mi opinion creo que mas bien es consecuencia del abandono de las responsabilidades que tenemos todos como adultos y como sociedad, responsabilidades que asume el gobierno o que directamente y por consenso social, hemos delegado y relegado al estado. La sociedad está derogando derechos y responsabilidades… Leer más »