Marlaska “prevee” que se mata (me temo que con B de burro)
Y va de “juez de limón, de juez de naranja y de tónica juez” el jodío. Y luego nos acusan de homofobia o de hidrofobia, no sé bien. ¿El cante de palurdo lo da la opción sexual? ¿O las aguas servidas, que bajan turbias? Vergonzoso ministro.
Este “crisostomo” es el que dictamina sobre lo que es o no es el espacio Schengen, haciéndose el entendido para sacar de él a la Delcy y sus dineros misteriosos. ¡¡¡No te jode!!! Que nos monitoricen en el cuartelillo.
Por cierto ¿qué objeto tiene exhibir los restos inmortales de la vicepresidenta, la Carmen la de Cabra, envueltos en una manta, en el hemiciclo –tal que hubiesen aparecido por la mañana en la Casa de Campo, como relatase Clara Campoamor en sus “Memorias de una republicana” o víctimas del bombardeo famoso –el del 38- que no se comenta- si no es para que recordemos y hacer patente el abandono en el que han muerto tantos españoles mayores en las residencias que se encomendaban al bolivariano del sarro dental, que no cuentan para el gobierno, ¡ni para el Estado, ojo don Felipe, que eran sus súbditos! ¿oído cocina?, que suman muchos más que los caídos de Annual, el desastre del 21.
¡El desastre del feliz 20 lo estamos viviendo!
¿Y eras tú la que decía prende fuego al chaparral? Anda que no da cornadas el Cobid 19, ahora que lo ves ardiendo. Tira más derrotes que un macho cabreado, mira tú. ¡Bonita!
¿Qué nos puede sorprender de la intelectual Adriana Lastra -o lastre inasumible- tras esta exhibición? ¿Preveida? ¿Prebeída? ¿Prepucial? ¿Imprebista? O sencilla muslada de mozacona bravía. Que nos monitoricen en el cuartelillo, que para eso están.
El augur de los pelicos rizados –el doctor Bacterio- hace sus acertadas predicciones con lo que se saca de los oídos y de las uñas, que es más rápido que andar con vísceras de animales y posos de café ¿Pourquoi pas con lo de las narices? ¿Qué nos cuesta a los desgraciados este sainete de la voz aguardentosa?
La Arrimadas se arrima al montaje socialista y termina de cagarla y en el sumidero. ¡A talleres!