El Ejército de Tierra se prepara para un rebrote de la epidemia a finales del mes de noviembre, ligado a un nuevo confinamiento, y una tercera ola, ya de menor intensidad, en otoño del próximo año. Un informe interno de las fuerzas armadas parte de la base de que el verano «ralentizará la expansión» del virus, pero no la detendrá completamente y que «habrá dos oleadas más».

La primera de ellas se producirá, según esta previsión, en la segunda quincena de noviembre y se prolongará hasta finales de febrero del próximo año. El trabajo da por sentado que no habrá para entonces vacuna. «Dado que existirá un mayor nivel de inmunidad social por el presente brote, que se dispondrá de más medios y se reaccionará más rápido», se espera que la intensidad del primer rebrote «sea menor».

El documento explica que el primer estudio de seroprevalencia, iniciado recientemente en España, «se hace precisamente para conocer conocer qué fuerza tendrá» en noviembre, «en el sentido de disponer de la información de cuánta gente queda por infectarse». Según razona el trabajo, «a mayor número de contagiados en la ola actual, menor capacidad de propagación en la siguiente».

«En cualquier caso -concluye al establecer las previsiones de lo que ocurrirá este otoño/invierno- si no hay muchos contagiados, la segunda ola no será tan extensa ni letal como la primera, porque enseguida se tomarán medidas de confinamiento fuertes y habrán mejorado los medios y tratamientos». La fuerza del covid-19 «estará ya muy disminuida» en el tercer impacto «por disponerse desde el principio de vacuna y tratamientos».

El informe indica que este coronavirus es «muy parecido» al que provocó la pandemia de 2003. Este es más contagioso, pero aquel «fue más severo y de mayor letalidad». «El mayor peligro en el futuro -concluye- serán las aglomeraciones».