¿A qué espera el Rey para ejercer de jefe del Estado ante un Gobierno que nos lleva a la ruina y pone en riesgo la supervivencia de España?
Carlos Aurelio Caldito Aunión.- Cuando la revolución industrial todavía no había llegado, tanto en Europa como en el resto del Mundo, periódicamente se producía algún procedimiento de control de la población, los más frecuentes eran el hambre y la guerra. Cada veinte o treinta años, a lo sumo, tenía lugar una crisis de alimentos que, derivaba en hambruna que, eliminaba el exceso de población, ya que los campesinos y artesanos no eran capaces de producir suficientes bienes y servicios para alimentar a quienes entonces habitaban el planeta.
Las hambrunas recibían la inestimable “ayuda” de las guerras que, los diversos reyezuelos y señores feudales, y también jefes tribales, emprendían para robarse unos a otros sus escasos recursos y rentas.
La Humanidad ha logrado desde la revolución industrial en adelante, erradicar –si no del todo, casi del todo- las guerras que hasta el siglo pasado asolaban el planeta, y de paso han hecho disminuir el hambre. Lo que siglo atrás era excepción, la paz, ahora es lo frecuente, las pocas guerras que aún existen en el mundo, son de baja intensidad y lógicamente de escasa mortandad, hasta el extremo de que en el siglo XIX en adelante la población europea aumentó en más del 300%… Si nuestros ancestros levantaran la cabeza les resultaría inimaginable y pensarían que se les está tomando el pelo, si alguien les dijera que el Mundo posee actualmente más de 7.000 millones de personas… y va camino de los 8.000 millones.
Solamente allí donde las libertades individuales y de mercado desaparecen el hambre suele volver, matando a multitud de personas, a las que las diversas economías intervenidas, con planificación centralizada, son incapaces de alimentar.
En estos momentos de pandemia, originada por el coronavirus, se ha producido algo absolutamente desconocido: los diversos gobiernos (salvo excepciones) han paralizado la actividad económica de la mayoría de las naciones, supuestamente para preservar la salud de sus ciudadanos, a riesgo de hundir la economía, motivo por el cual es previsible que a continuación se den hambrunas, si no generalizadas, sí en muchos lugares del Mundo, incluso en países supuestamente desarrollados.
Por supuesto, estamos hablando de reproducir el círculo viciosos, perverso, de cuando antes de la revolución industrial, tecnológica, las guerras ocasionaban hambre, también epidemias, posteriormente hambre, escasez de recursos, guerras… y vuelta a empezar.
No es que, de la epidemia del coronavirus, tengan que derivarse, inevitablemente, guerras, pero, si los alimentos escasean y el hambre se hace notar (ya son muchos los españoles que acuden a los comedores de beneficencia en las grandes ciudades) si es muy posible que se originen disturbios y saqueos. ¡Tiempo al tiempo!
Ante semejante panorama, ¿qué hemos de pensar de los presuntos “humanitarios” que nos piden ayuda y compasión, gritando que el horror de la hambruna masiva es más importante que cualquier preocupación política y egoísta? ¿Lo es?
Si un trabajador autónomo, o empresario español (mediano o grande), con orgullo, sin temor, sin complejos, afirma que no puede y no quiere ayudar a los hambrientos porque, su capacidad productiva no es ilimitada y no tiene ganas de descender al nivel de vida de Haití o Bangladesh, es fácil imaginar los gritos de indignación que oiríamos por parte de los intelectuales políticamente correctos y por las hordas “progresistas”; todos ellos, sin excepción, nunca están dispuestos a “apretarse el cinturón”, recortar gastos, dejar de despilfarrar, abandonar los gastos superfluos, etc. Hablo de quienes afirman que “esta crisis”, la post-coronavirus, la han de pagar “los ricos”, y que “nadie se va a quedar atrás”, y cosas por el estilo… o sea, freirán a impuestos a la clase media que, inevitablemente se acabará proletarizando, convirtiéndose en clase baja.
¿Por qué esa doble moral, esa doble vara de medir? ¿Por qué gritan que las necesidades de los pobres y “desfavorecidos” son más importantes que nuestras propias vidas, nuestra libertad, nuestro futuro, y todo lo que cualquiera considera cuestiones irrenunciables?
Lo que subyace en todos sus discursos (en la actualidad sufrimos discursos gubernamentales casi a diario) es su odio hacia el capitalismo, a la economía de mercado y a la democracia liberal.
¿Por qué nos piden que renunciemos, que lo sacrifiquemos todo mientras ellos se niegan a sacrificar su ansia de poder, al mismo tiempo que su indigencia intelectual, su inacción, su constante actitud negligente, les impide encontrar solución al hambre en nuestro país y al hambre en el mundo?
Vienen tiempos difíciles tras la pandemia (en el supuesto de que el coronavirus esté más o menos controlado, que no vencido), pues el gobierno frente-populista, de Pedro y Pablo, ha hecho todo lo que estaba en su mano para destruir nuestra economía y las empresas que vuelvan a retomar la actividad, tras meses de estar paradas, y a crear riqueza y empleo no van a ser muchas, con lo cual, el número de desempleados y subsidiados por el Estado van a ser legión, es por ello que, salvo que haya por ahí alguien con una barita mágica, más pronto que tarde, este gobierno u otro que le suceda, habrá de pedir un rescate y, España será intervenida.
Llegado ese momento (que posiblemente está a la vuelta de la esquina) será imprescindible replantearse la organización de la administración del Estado, dar por finalizado el experimento del “estado de las autonomías”, re-centralizar las competencias que nunca debieron haberse transferido a los gobiernos regionales, recuperar el mercado único, en un estado unitario, crear una única oficina gubernamental de contratación de bienes y servicios, y un largo etc.
Pero, también será el momento de tener en cuenta que, la Historia de la Humanidad, y especialmente la contemporánea, ha demostrado sobradamente que la vida de las personas, de las naciones, de los pueblos, no ha mejorado en ningún sistema colectivista, intervencionista, con planificación centralizada de la economía; sino que han sido la causa principal de la miseria, la pobreza, el hambre… y también la guerra. Y, por supuesto, en los regímenes políticos colectivistas, socialistas, siempre ha habido quienes se aprovechan de tal sistema: la burocracia gobernante – los parásitos del parasitismo – un puñado de miserables, de mediocres, charlatanes, embusteros… que, incapaces de competir en un mercado libre, extorsionan, exprimen a los ciudadanos (gozando asombrosamente, en muchos casos de un inmerecido prestigio) y se permiten una vida de lujo y despilfarro, a costa del sudor de los pobres y, en muchos casos, a costa de la sangre de los ricos, y no tan ricos.
Ellos son quienes abandonan a sus conciudadanos en las situaciones difíciles y los condenan a la hambruna, a la pobreza, a la miseria, o incluso al genocidio, o a una mortandad nunca conocida (como viene sucediendo durante el “estado de alarma”); ellos son a los que nunca verán renunciar a su poder, renunciar a sus enormes privilegios; ellos son las personas por las que los demás estamos siendo sacrificados.
Y a todo esto, ¿a qué está esperando el Rey para ejercer de jefe del Estado ante un Gobierno que nos está llevando a la ruina y poniendo en serio riesgo la supervivencia de España?
¿Cuánto tiempo más va a seguir “desaparecido” nuestro Rey Felipe VI?
Entristece leer tanto comentario antimonárquico en ésta página.La monarquía es el freno a la república.¿Qué se pretende?, ¿volver al pasado?, ¿al fracaso político que conllevaría a otro enfrentamiento entre españoles?.El actual Jefe del Estado, don Felipe VI, no puede hacer nada con respecto a la gestión del gobierno, pues el papel de la monarquía parlamentaria es sólamente firmar los acuerdos aprobados por el parlamento.Los anteriores Bobones no han estado a la altura exigida, pero el actual monarca merece una oportunidad.
No espera nada. Es simple y llanamente un cobarde.
A mi que no me salpique, a mi que no me salpique…
A los comunistas los introdujo su papá, el rey de oros, en un acto de extrema traición para llevar a cabo la Constitución del “consenso”. Cualquiera con dos dedos de frente puede desmenuzar eso del “consenso”. ¿Qué han aportado los Borbones a lo largo de la historia? ¿la “Ilustración” y el “Consenso”? Dos caras de una misma moneda, la de la traición.
Buenas tardes.
Y quien introdujo a Juan Carlos en el poder??
La CÍA, con el asesinato del Almirante Carrero Blanco. Eso creo que es harto sabido por todo el mundo.
Fué una gran desgracia y su consecuencia un desastre terrible.
Confío en que el rey esté moviendo hilos, haciendo algo, aunque no lo estemos viendo. Porque es su deber actuar para defender España de caer en alguna clase de golpe de estado progresivo como el de Venezuela.
En esta familia (en la rama actual) no espere encontrar ni una pizca de dignidad o valentía.
Al bisabuelo Alfonso le pudo el miedo. Al abuelo Juan le ponía el juego. Al padre Juan Carlos le ponían, y por lo visto le siguen poniendo, las mujeres. Al hijo… pues vaya usted a saber lo que le pone al hijo. Lo que está claro es que nada bueno, noble ni valiente llegó a España de la mano de un Borbón.
Así que más nos vale empezar a ocuparnos personalmente de encontrar una salida a esta debacle comunista. Esperar que la solución llegue de un Borbón, al menos de esta rama familiar…. ¡¡vaya ingenuidad!!
No deberíamos olvidar que la madre de “el preparao” no se pierde ni una sola reunión del Club Bilderberg.
Nunca entenderé qué pinta esa sra. Majestad Emérita Augusta en semejante club de Gansters Globalistas.
Las Actas de las tenidas másonicas deben redactarlas en alguna lengua satánica encriptada por Belcebu.
Nunca un Borbon hizo nada bueno por España, por Inglaterra, quizas si.
Nuestro rey,se puede decir ex-rey, como su padre, masón, está al servicio del NOM y lo que estamos viviendo es la antesala del Gobierno Mundial, pretendido por el NOM.
Así que nuestro rey ni está ni se le espera
El rey ha comprado todas las maletas de Ikea y ha encargado baúles de oferta porque no le cabe todo lo que se piensa llevar. Quien espere que el rey actúe como Jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas es que sueña despierto… Y ojalá me equivoque, pero lo dudo, ya que no quedan maletas en Ikea…