Carta abierta al arzobispo de Madrid por el cierre de las iglesias durante la pandemia
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido! (santa Catalina de Siena)
Señor arzobispo de Madrid: Me llamo Laureano Benítez Grande-Caballero. En primer lugar, disculpe que no me dirija a usted con los títulos de Excelentísimo, Ilustrísimo, Reverendísimo, porque solo pueden atribuírseles con propiedad a personas que hacen gala de excepcionales condiciones humanas, de méritos singulares en el servicio a la humanidad y ―en su caso― a la Iglesia. Y usted, con su decisión de prohibir la celebración del Santo Sacrificio de la Misa para los fieles durante la pandemia, y de permitir el cierre de muchos templos ―aunque no lo ordenara explícitamente―, ha perdido el derecho a llevar esos títulos.
Soy un fiel católico, o al menos procuro serlo, y he contemplado con bochorno, vergüenza e indignación cómo se han cerrado las iglesias de su diócesis, prohibiéndose la celebración de la Santa Misa, un hecho inaudito en la historia de la Iglesia en sus dos mil años de existencia, a lo largo de los cuales nuestra Santa Madre Iglesia ha soportado plagas, epidemias gravísimas, persecuciones, herejías, cismas, guerras, desastres y calamidades de todo tipo, como usted sabrá, sin que jamás se hubieran cerrado sus puertas a los fieles.
Es más, seguro que usted sabrá que, en esos momentos de calamidad y tribulación, las iglesias fueron un seguro refugio, un baluarte de la esperanza, donde las personas agobiadas por problemas ―en especial el miedo a la muerte― encontraron un bálsamo a sus preocupaciones, una ayuda para salvar sus almas en momentos de mortandad, un espacio de acogida permanente, día y noche, ofreciendo el perdón, la misericordia y la vida sacramental y litúrgica a las almas de los fieles necesitados.
Por ello, es inadmisible que usted haya prohibido el culto público en las iglesias de su diócesis, con el agravante de que las disposiciones del Estado de Alarma no le obligaban ―como sabrá― a tomar esta medida tan anticristiana, tan anómala, tan desorbitada, recomendando solamente tomar medidas de seguridad, dándose el caso de que usted cerró los lugares de culto antes incluso de que se cerraran otros establecimientos. ¿Por qué ha impuesto usted a los fieles más restricciones de las que ya nos imponía el Gobierno
¿Por qué no ha defendido usted a aquellos párrocos que quisieron celebrar la Santa Misa con público, aun con muy escasa asistencia de fieles, sacrificio interrumpido por las fuerzas del orden de manera ilegal, anticonstitucional, blasfema, sacrílega y profanadora? ¿Por qué no alzó usted su voz para condenar estos atropellos? ¿Por qué no presentó usted ninguna denuncia en los juzgados?
Le recuerdo, señor arzobispo, que las iglesias siempre han sido un lugar de sanación, espiritual y física… ¿es que la Sagrada Hostia puede contagiar? ¿Es que es posible que en un espacio bendecido y santificado pueda entrar la pestilencia? ¿Es que ha olvidado usted que el Santísimo Sacramento es sanador, fuente de vida y misericordia?
En días laborables, como usted bien sabe, la asistencia a las iglesias es escasa, sea para orar, para adorar al Santísimo, o para asistir a Misa. ¿Me puede usted decir qué riesgos de contagio ofrecía esto, cuando esos escasos fieles están a mucho más que dos metros de distancia? En cuanto a los festivos, hubiera bastado con aumentar el número de misas para que los fieles se repartieran. Pero usted ha consentido ―aunque no lo ordenara― el lamentable hecho de que los fieles ni siquiera pudieran entrar en muchas iglesias a rezar, a adorar al Santísimo, que ha estado dos meses abandonado por completo, medida execrable, inusual, condenable.
¿Por qué no ha llamado la atención a tantos párrocos que han cerrado completamente los templos? Usted, como pastor, debe guiar a su grey, jamás impedirle el disfrute de su legítimo derecho a desarrollar sus prácticas espirituales, lo cual es totalmente anticonstitucional, por otra parte, ya que impide el legítimo derecho a la libertad religiosa.
Por desgracia, su actitud errónea ha sido la mayoritaria entre los obispos de España, a los cuales hago extensiva mi queja.
Y también inculpo en esta barbarie anticatólica a todos los fieles que hemos bajado la cerviz ante este disparate, acatando sin rechistar sus intolerables medidas, no elevando ni la más mínima protesta ante este atropello a nuestros derechos. Hemos protestado contra otras situaciones, contra otros estamentos, pero tenga por seguro que, si esta vez nos ha cogido por sorpresa su política, ya estamos avisados, y no volveremos a consentir que se nos prive de la vida litúrgica.
Ahora que vuelven a abrir los templos, le elevo mi petición de que esté usted vigilante para que los sacerdotes no cometan actos como coger la Sagrada Hostia con guantes, u obligar a los fieles a comulgar en la mano. ¿Hasta cuándo soportaremos tanta ignominia?
Le recuerdo que los templos son un refugio, lugares seguros protegidos por legiones de ángeles… ¿Es que usted no ha visto a ninguno acudir a sus celebraciones?
En el caso de que haya nuevas pandemias y usted decida nuevamente cerrar los templos, sepa usted que los fieles católicos no permaneceremos impasibles ante este atropello, y tomaremos las medidas pertinentes para defender nuestros derechos, pues antes que obedecer a los hombres, hay que obedecer a Dios.
Un cordial saludo en Cristo Nuestro Señor.
PD: Rogamos a todos nuestros lectores que utilicen esta carta como modelo para enviarla a los obispados de los lugares donde residan, haciendo los cambios pertinentes, y los que estimen oportunos.
Dejé de ir a Misa en mi parroquia después de escuchar, la última vez, que el Dios de los judíos y los musulmanes era el mismo que el nuestro. Anduve buscando y no encontré nada adecuado. Es increíble como los católicos españoles sean amoldado a estos Judas. El cierre de las Iglesias fue visto como algo normal,cuando de hecho es el máximo signo de renuncia a CRISTO. No quiero imaginarme el cabreo de DIOS, el castigo que nos viene encima va a ser proporcional.
Lapsus: se han amoldado
Don Laureano; le quiero. Sus palabras estan pletóricas de Espíritu Santo. Admirable y terrorífico el alegato. Estamos en ejecucción o compulsión sobre las personas para asentar el reinado del anticristo y nadie quiere admitirlo, ni siquiera la propia Iglesia. Es la peor de las ofensas a Cristo, desperdigar a la grey como ha dicho, o de las peores, enviarla al infierno sin sacramentos. En fin… van a dar cuenta de todos, clerigos, monjes, seculares, seglares, monjas, etc por efecto Nerón. Con ellos la sociedad entera porque aquí el rey es ya el anticristo, reina en los corazones de la “chusmi”.… Leer más »
Muchas gracias por su comentario tan cariñoso. También quiero yo a gente tan amabale como usted, que tanto abunda en este foro. Aunque también se cuelan algunos psicópatas como los que le jan puntuado negativamente. Un abrazo.
De Osoros y Omella con el satánico montonero a la cabeza, éste es el cuadro de infiltrados en la iglesia. Al final se hará justicia y comulgarán a dos bandas.
Buenos dias.
A nivel personal lo mas importante es la salvacion del alma , ya que es eterna, a nivel teologico, conectado, es agradar a Dios y tener las iglesias abiertas y celebrar las misas agradan a Dios sumamente, Dios siempre desde el principio de la redencion ha estado asociado al Templo, ya fuera una tienda de campaña o un templo de piedra, un lugar de adoracion de su pueblo, el templo simboliza el Universo, que El creo. Por otra parte Dios nos protege en todo momento de las huestes malignas de las que hablo San Pablo , mantiene la materia actualizada… Leer más »
Total si nos contagiamos porque esos ángeles, que solo ve aquí el amigo, están de vacaciones, siempre podemos echarle la culpa a Sánchez
Carlitos Tacatum, yo no los he visto, eso lo ven los santos. Si los viera yo, pobre pecador, no serían ángeles. Oiga, por qué no se va a esparragar, a ver si ve por allí a los osoros?
Eso que dice usted es salirse del mundo, es ser sacado fuera del mundo por el perverso mundo, por el inverso a demoniaco antigua cristiandad, se pueden hacer manifestaciones ultraizquierdistas de miles de personas, eso no es criticable, estas demtro del Mundo si las dwfiendes, pero no diga que no hay que cerrar las iglesias, sera vilimpediado, acosado, insultado. El mundo rezuma maldad, esta todo endemoniado
Por cardenal le corresponde el tratamiento de Eminentísimo. Aunque si se dirige a él como arzobispo pueda atribuirle el de Excelentísimo aunque no seria muy correcto. Reverendísimo tanto como cardenal como arzobispo. Sólo a título de puntualización.
Este señor fue nombrado por Bergoglio, que no es Papa legítimo, así que no se merece nada
¡¡¡Qué maravilla esta extraordinaria e impecable carta, a la que, desde México, me adhiero con toda mi alma!!!, porque soy madrileño, y porque muchos días me he conectado con la siempre también extraordinaria misa, con la puertas abiertas y fieles de la catedral de Alcalá de Henares, a pesar de la dureza de la pandemia en dicha diócesis. Pero, ¡claro!, Mons. Juan Antonio Reig Pla, su señor obispo, es algo que no cabe más.
Excelente carta con toda la cortesía del mundo pero limpia, directa y valiente. De todas formas me sorprende que todavía queden CATOLICOS, con ésta chusma de “jefes” que tenemos montoneros y comunistas. Se están “cargando” la Iglesia desde dentro. Vaya tropa de SATANES con sotana.
Felicidades D.Laureano por esta oportunísima Epístola.
Ha expresado ud. de maravilla el sentir de cualquier cristiano. Ignoro si en otros países mayoritariamente Católicos han actuado de una manera tan infame y miserable; presumo que no.
Este Arzobispo hipócrita y fariseo de ideología marxista al igual que el Papa montonero, no se molesta ni en disimular. Es de los que se perfuma con azufre cada vez que viste los hábitos.
No hay mas que verle el semblante y su forma de gesticular.