Pablo Iglesias necesita destruir para cumplir sus objetivos comunistas
Arturo Guillermo García.- Llegó al poder con las mejores actuaciones y negociando con un PSOE cuyo centro y principios dejaron de ser lo que todos suponen, para reinventarse en una secta dispuesta a guardar las espaldas de Sánchez, un perfecto representante de los adictos al poder.
El PSOE no tiene plan de gobierno porque el plan es el mismo Sánchez.
Pero volviendo a Pablo Iglesias, estos días de desconcierto, pérdidas de empleo y futuros inciertos, el jefe supremo de Unidas Podemos, supo llegar hasta lugares donde nos ha comenzado a quitar el sueño y demostrando que a cada paso que da, los controles e instrucciones de nuestro presidente no atan en absoluto ninguno de los planes del bisoño comunista
Ahora, comienzo a oír la molestia de todo aquel con quien hablo, sobre las formas y el tono que este vicepresidente segundo arrastra a toda la plataforma política de España a unos niveles donde el descrédito, la burla y la mentira se respira como un pesado y nocivo gas que termina pudriendo todo.
El foco de los problemas ya no se encuentra en resolver nuestros problemas, sino en mostrarnos a un enemigo que necesita destruir para ir cumpliendo, paso a paso, los objetivos para llegar a lo que Pablo Iglesias quiere.
Pero aunque él no sea el presidente, Sánchez no es piedra en el camino para el líder comunista. El soberbio de la Moncloa cree que controla y seguro que se lo repetirá todos los días frente al espejo pero en cuanto vuelve la vista a su socio, encuentra que ya no está a su lado.
No es esta primera reflexión, lo que deseo enfatizar, en este escrito. Hoy nos encontramos en un curioso plano donde TODOS nos miramos y con voz muy baja decimos “Algo hay que hacer” o ¿Nadie va a hacer nada?
Somos como juguetes rotos dentro de una caja, golpeándonos sin sentido contra las paredes, esperando que alguien nos conteste y terminamos rogando a DIOS como último remedio aunque sepamos, en lo más profundo de nuestro corazón, que ya es muy tarde para que sea resuelta nuestra angustia.
Ni golpe de estado, ni muerte súbita, ni enormes marchas populares. Nada de eso existe, nada de eso resuelve nada.
Nuestros ojos se dirigen hacia toda la oposición del gobierno y busca, a cada segundo, algún tipo de creatividad política que sepa bloquear este brutal avance de este comunismo que lleva décadas planificando el asalto al poder, pero ellos también son juguetes rotos, que han resbalado dentro de la caja sin darse cuenta.
Las sonrisas, mentiras y fuera de tono de este gobierno hacia toda España, es el mejor ejemplo de ello.
Pero no todo es tan oscuro. Aunque no lo creamos, hay una luz.
Dos precipicios, en los caminos de Iglesias, se presentan y no hay puente comunista que lo pueda cruzar con facilidad. Uno, es el día en que los independentistas, socios de este gobierno, decidan no avanzar ni un milímetro más hasta que logren la independencia de sus regiones. El otro abismo son las directivas de la Comunidad Europea que impedirían aventuras Chavistas en el viejo continente.
Dos salvavidas, dos auxilios que podrían hacer casi imposible que este comunismo bolivariano eche raíces.
El dueño de la soberanía popular, hoy está secuestrada y nadie, en España, presenta altura para que esas aguas vuelvan a su cauce normal. No perdamos tiempo en rasgarnos las vestiduras.
Aprovechemos el tiempo para investigar, leer y saber instruir bien a las generaciones que nos siguen informándoles con la verdad. Comencemos desde nuestras casas.