La oposición rusa propone vender la momia de Lenin para costear los gastos del coronavirus
Vladimir Zhirinovsky, líder del partido ultranacionalista LDPR (tercera fuerza política en Rusia), ha sido el ideólogo de la iniciativa. La quiere impulsar para seguir el ejemplo de otras ideas parecidas que ya se han sugerido en otros países: en Francia, por ejemplo, el empresario Stéphane Distinguin ha propuesto (también palabras mayores) vender la pintura de La Mona Lisa por 50.000 millones de euros. “Aquí podríamos vender la momia de Lenin. Hay compradores: China, Vietnam o algún otro tipo de [país] comunista. Y Lenin está en buen estado, fue momificado hace sólo 96 años”, ha sido el mensaje que Zhirinovsky ha compartido en su perfil de Twitter.
Considera que “el presupuesto puede obtener mucho dinero” con una venta así, ya que el mantenimiento del cuerpo de Lenin cuesta 173.000 euros al año a Rusia. De hecho, países que sí mantienen un régimen comunista, como Vietnam, han llegado a pedir consejo a los especialistas que cuidan del cuerpo momificado del histórico dirigente para poder conservar tan bien como Lenin a Ho Chi Minh: el deterioro exterior del segundo es mucho más patente que el del primero.
Sin embargo, la idea de Zhirinovsky no ha gustado demasiado en tierras rusas. A pesar de que siempre ha existido un cierto debate en torno a qué hacer con el cuerpo de Lenin, ganan más fuerza los partidarios de dejar las cosas como están. “Al menos mientras tengamos entre nosotros a muchas personas cuyas vivencias sigan vinculadas de alguna manera con los logros del periodo soviético”, considera el presidente Vladimir Putin, el cuerpo de Lenin seguirá expuesto en el mausoleo de la icónica Plaza Roja moscovita.
De hecho, Lenin ha sido protagonista, coronavirus de por medio, no sólo por esta propuesta de la oposición rusa. Aún con el confinamiento en voga, una delegación del Partido Comunista ruso se acercó hasta el mausoleo de su otrora líder para rendirle homenaje en su 150 cumpleaños. Una muestra más de que, a pesar de tener ya más detractores que benefactores, su recuerdo sigue presente, de alguna manera, en la memoria del país.