Álvaro Filgueira González.- Antes de ir a votar el 12 de julio las encuestas solo aprobaban a Feijoó y Pontón, y después de ir votar las urnas han corroborado ese aprobado y con nota en ambos casos ya que se han convertido en protagonistas de la actualidad y de una jornada electoral diferente a otras por el covid 19, donde todos daban por hecho que la abstención seria muy alta por miedo al coronavirus. Pero últimamente las encuestas, y las del CIS de Tezanos más, aciertan menos que yo jugando a la loteria, y en Galicia han ido a votar el 58,8 % del censo, un 7% más que en las anteriores elecciones que solo fue un 53,63, todo lo contrario de lo que pasó en el País Vasco, donde fueron a votar un 8% menos, pasando de un 60,2% a un 52,8%.

El candidato gallego Alberto Nuñez Feijoó, también del PP de Galicia a pesar de la polémica creada con sus carteles electorales, que yo creo que le han favorecido y aun han contribuido a que los medios le hicieran campaña gratuita, ha pasado la prueba con sobresaliente ya que ganó las elecciones por cuarta vez consecutiva y con mayoría absoluta, condición sine qua non para gobernar, igualando así el récord de Manuel Fraga.

La candidata del BNG, Ana Pontón, partía con un aprobado pero ha hecho una gran campaña y ha logrado elevar la formación nacionalista a segunda fuerza del Parlamento de Galicia al pasar de 6 a 19 escaños. Ha aprobado la prueba con una nota tan buena que la va a convertir en líder de la oposición, superando incluso el tope alcanzado por un histórico como Xosé Manuel Beiras, además de dar el sorpasso al Partido Socialista. La líder del Bloque Nacionalista quería convertirse en la primera mujer presidenta gallega y no lo consiguió, algo que era muy difícil, pero prometió hacer historia y lo ha cumplido.

El candidato de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, la otra cara de la moneda, se queda con los mismos 15 diputados que ya tenia, a pesar de hacer una campaña para convertirse en Presidente con los mismos mimbres que Pedro Sánchez. El resultado es insatisfactorio ya que pasa de segunda a tercera fuera del Parlamento, aunque Gonzalo no tira la toalla y dice que va a seguir peleando.

Los demás candidatos reunidos en una Galicia en Común, subidos en una marea liderada por Podemos, y que llegó a ser segunda fuerza en las anteriores elecciones se queda en estas sin representación parlamentaria. La marea bajó y la ola rompió en la arena.

Como dijo Pablo Iglesias: “Hemos sufrido una derrota sin paliativos” y yo añado “ Una derrota que necesitará cuidados paliativos”.

En fin, que la cámara gallega se convierte de nuevo en un espacio de tres colores, volviendo al tripartito que nada tiene que ver con el trifachito.