Kamala Harris aún debe más de un millón de dólares por su fallida campaña de las primarias
Kamala Harris, la compañera del candidato a presidente por el Partido Demócrata Joe Biden, la senadora por California Kamala Harris, adeuda más de un millón de dólares tras su fallida campaña de las primarias, de acuerdo a información de la Comisión Federal de Elecciones (FEC por sus siglas en inglés).
Harris lanzó su candidatura en enero de 2019, y la suspendió en diciembre del mismo año tras un pésimo resultado en los debates y las encuestas (con una intención de voto menor al 3%), que llevaron a una baja recaudación de fondos.
La senadora recaudó alrededor de 39 millones de dólares para su campaña presidencial. Sin embargo, los informes de la FEC muestran que Harris realizó gastos por algo más de 40 millones de dólares, lo que ha provocado una importante deuda con diferentes acreedores, correspondientes a servicios legales y de consultoría, entre otros.
Las empresas acreedoras de la campaña Harris 2020 incluyen una deuda de 523.883 dólares con la firma de derecho internacional Perkins Coie LLC, desde finales del mes de junio. La campaña de la senadora es también deudora, por un importe de 160.702 dólares, con la compañía de seguridad privada TorchStone Global LLC, y tiene además una deuda con la empresa de consultoría política californiana SCRB Strategies, a la que debe 92.40 8 dólares correspondientes a facturas pendientes.
Al finalizar su campaña, Kamala Harris contaba con un monto de 116.380 dñolares en su cuenta bancaria, cantidad que no era suficiente para afrontar sus débito, que ascienden a un total de 1.136.022,13 dólares.
Este año, a través de donaciones particulares, Harris ha recibido alrededor de 48.000 dólares, entre los que se encuentran incluidos 2.800 de la compañía de la compañía con sede en en Santa Mónica, Cornerstone OnDemand Inc.
A su vez, el candidato demócrata a presidente y su compañero de candidatura, Joe Biden, a través de su flujo en efectivo de campaña, contribuyó con montos de 2.000 dólares, mientras que el Comité Nacional Demócrata (DNC) aportó a Harris sumas que no superan los 5.000 dólares.
Altos funcionarios del Partido Demócrata, incluido el mismo Joe Biden, han pedido a sus seguidores que contribuyan para regularizar la situación financiera de Kamala Harris.
Según la ley federal, una campaña presidencial no puede llevarse a cabo con deudas pendientes, si bien no es la primera vez que un candidato demócrata contrae deudas millonarias previo a las elecciones en concepto de facturas impagadas.
En 2008, luego de la primera candidatura fracasada de Hillary Clinton, en la que se enfrentó y perdió las primarias frente a Barack Obama, la ex primera dama terminó su campaña con una deuda de 20 millones de dólares correspondientes a facturas impagadas con diversas empresas de asesoría política y legal.
El nominado candidato a presidente Barack Obama, junto a su número 2 y actual candidato Joer Biden, pidieron a sus seguidores que contribuyan económicamente para que Clinton pudiera saldar sus deudas.
Sin embargo, la ex-primera dama no terminó de pagarlas hasta el año 2013, mientras cumplía el rol de secretaria de Estado de la nación. En ese cargo tenía prohibido reunir dinero para afrontar sus obligaciones impagadas, pero hizo oídos sordos. La mafia demócrata no se detiene en formalismos.
Los casos de Hillary Clinton y Kamala Harris no fueron los únicos en el Partido Demócrata. Barack Obama, con deudas desde el 2012, no hizo efectivo el pago a sus acreedores hasta cuatro años después. Finalizó su campaña para la reelección presidencial con deudas por valor de 5,6 millones de dólares, con un monto en mano para afrontarlas de solo 3,3 millones de dólares..
Entre sus acreedores se encontraban el consultor político David Axelrod, la firma de consultoría digital Blue State Digital, el periodista David Binder y la firma NGP VAN, entre otros.
A su vez, la senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, tras perder frente a Biden, finalizó su fallida campaña de las primarias demócratas con deudas que alcanzaban los 1,8 millones de dólares, con un monto para afrontarlas de 833.314 dólares.
Aunque el peor caso es el del senador por New Jersey Cory Booker, quien al igual que Harris, se apeó de la campaña antes incluso de afrontar las primarias. Finalizó su aventura con deudas por valor de 785.890 dólares, con solo un respaldo monetario de 40.000 dólares.
Estas prácticas demócratas se sitúan al borde de la legalidad, pero nunca se había dado el caso de que afectaran a una candidata fallida que hasta podría terminar siendo la vicepresidente del país.
ESTA SE PONE EN UNA ESQUINA, Y EN UNOS POCOS DÍAS SE LEVANTA ESE DINERO…
Kamala es tará convirtiendo en quemala, algunos pensarán que por lo mal que piensa desean quémala, yo no,
Tiene cara y pinta de mala…
Parece una machorra, la típica mujer que entra en política, y acaba siendo peor que los hombres.