¿Qué esconde la llamada “sorpresa de octubre” para las elecciones en EEUU?
Por Tomás N. Regalado.- Otoño siempre ha sido la temporada favorita de mi pareja. Se podría decir lo mismo de los que siguen la política como nosotros, los periodistas, ya que durante una elección presidencial siempre se espera la llamada “sorpresa de octubre”.
Pero ¿en qué es consiste? Se le llama sorpresa de octubre al evento noticioso que a veces ha ocurrido de manera espontánea, que ha sido creado deliberadamente o también programado por la campaña de uno de los contrincantes para tratar de cambiar el resultado de una elección, especialmente en los comicios presidenciales en Estados Unidos.
En 1980 el candidato republicano Ronald Reagan, quien retaba al entonces presidente Jimmy Carter, le temía a un acuerdo de último minuto para liberar a los rehenes estadounidenses secuestrados en Irán. El acuerdo le otorgaba al presidente Carter suficientes votos para ganar la reelección.
Sin embargo, en los días previos a las elecciones, la cobertura por parte de la prensa fue continua hasta que se pronunció que los rehenes no serían liberados sino después de las elecciones.
Minutos luego de la toma de posesión del presidente Reagan, los rehenes fueron liberados y varios acusaron a su campaña de haber hecho un trato con el régimen de Irán. En el Congreso se efectuaron dos investigaciones por separado y ambas concluyeron en que no había ningún plan de intento de retrasar la liberación de los rehenes.
Otro de los momentos que podemos citar como sorpresa de octubre fue cuando días antes de las elecciones del 7 de noviembre del 2000 un abogado defensor y excandidato demócrata en las elecciones de la gobernación del estado de Maine, Thomas Connolly, le confirmó a un periodista que el entonces candidato a la Presidencia por el Partido Republicano, George W. Bush, había sido arrestado en 1976 por haber conducido ebrio en dicho estado. Bush lo confirmó en una conferencia de prensa después de que el artículo fue publicado y ganó en una de las contiendas más reñidas en la historia de Estados Unidos.
Cuatro años después, el 27 de octubre, el periódico The New York Times publicó un reportaje sobre la desaparición de una enorme cantidad de explosivos que se encontraba en un almacén en Irak. La campaña del candidato demócrata John Kerry culpó a la administración del presidente Bush de supuesta mala gestión.
Por su parte, la administración del mandatario en aquel momento acusó al NYT de haberse equivocado en su reporte y que los explosivos habían sido retirados del almacén antes de su supuestamente desaparición.
Días después de esta noticia la cadena televisiva Al Jazeera publicó un video en el que Osama Bin Laden asumió responsabilidad por los ataques terroristas del 11 de septiembre. Muchos analistas políticos apuntan a que este mensaje dio pie para que la administración Bush volviera a poner la guerra contra el terrorismo en el ojo público. Como desenlace, el presidente Bush le ganó con un triunfo rotundo al exsenador senador Kerry, cumpliendo un mandato de ocho años.
Sin embargo, en 2012 la sorpresa de octubre ocurrió a mediados de septiembre, cuando fue publicado un artículo en el medio noticioso Mother Jones acompañado de una cinta de audio grabada en secreto, donde el candidato republicano Mitt Romney —en una recaudación de fondos privada— pronunció unas palabras despectivas sobre el 47 % de los estadounidenses que no pagan impuestos sobre la renta.
Romney perdió las elecciones contra Barack Obama. David Corn, el periodista que dio a conocer la historia, dijo que se publicó en ese momento debido a las negociaciones entre Mother Jones y la persona que grabó la cinta.
La «sorpresa de octubre» que impulsó a Trump a la Presidencia
Pero si se quiere hablar de una avalancha de sorpresas de octubre, esta ocurrió en 2016 en las elecciones entre Hillary Clinton y Donald Trump.
Todo comenzó cuando el 7 de octubre se publicó una grabación de Trump que sucedió en 2005. Allí hablaba con Billy Bush de Access Hollywood y utilizó un lenguaje explícito. En aquel momento dijo que «cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa… agárralos por el xxx (…) Puedes hacer cualquier cosa».
Oficiales electos y políticos de ambos partidos expresaron su desaprobación a los comentarios del candidato Trump y hasta varios de su partido, como la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, las senadoras Kelly Ayotte, Carly Fiorina y el también senador John McCain, le retiraron su respaldo. Donald Trump se disculpó por los comentarios y dijo que estas palabras «no reflejan quien soy».
Por otra parte, el portal WikiLeaks emprendió una campaña de dos meses de publicación de los correos electrónicos y varios extractos de la cuenta de John Podesta, que serían conocido como los “Podesta Leaks”.
Los Podesta Leaks presentaron una nube negativa sobre la candidata demócrata Hillary Clinton que incluyeron grabaciones de extractos de los discursos dados por la exsecretaria a una variedad de bancos. Los leaks también publicaron una pregunta que se filtró a Clinton antes del debate presidencial.
Varias semanas después, el director de la FBI, James Comey, pronunció en una carta al Congreso que comenzaría «los pasos de investigación apropiados» y revisaría los correos electrónicos adicionales relacionados con el uso de un servidor que contenía información privada de la candidata demócrata.
El anuncio llegó después de que se encontraron correos electrónicos en una computadora que fue incautada por el FBI durante una investigación al esposo de la asistente de Clinton, el también excongresista Anthony Weiner, quien había sido acusado de enviar fotografías explícitas a un menor.
Horas después, Clinton respondió a la decisión del director pidiendo al FBI que fuera completamente transparente y que divulgara «hechos completos y completos» sobre el contenido de los correos electrónicos.
El 30 de octubre se informó que se iban a analizar 650 000 correos electrónicos en la computadora de Weiner, potencialmente relevantes para este y otros casos en particular. El tema de los correos fue un punto principal para la campaña Trump y eso le valió su victoria frente a la exsecretaria Clinton, convirtiéndose en el 45° presidente de Estados Unidos.
El «sismo» de acontecimientos previos al debate presidencial
Se llega al escenario actual y como ya saben, en este año hasta la sorpresa de octubre sucede antes de que llegue el mes. Y así fue el caso cuando el reconocido periodista Bob Woodward publicó cintas de las conversaciones que tuvo con el presidente Trump y fueron grabadas para la redacción de su libro Rage.
Woodward, conocido en los Estados Unidos por la investigación de Watergate, entrevistó al presidente Trump sobre varios temas, entre ellos la situación que afronta la nación norteamericana con la pandemia de coronavirus. Al respecto, el mandatario estadounidense admitió haber minimizado la gravedad de la COVID-19.
Después, el 18 de septiembre, la juez Ruth Bader Ginsburg, de la Corte Suprema, falleció a causa de complicaciones del cáncer de páncreas. Como ya saben, el presidente Trump nominó una semana y un día después a la juez de la Corte de Apelaciones del Distrito 7, Amy Coney Barrett.
La última semana del mes de septiembre y unos días antes del primer debate, The New York Times publicó un informe que había obtenido donde se reflejaba cerca de dos décadas de datos de las declaraciones de impuestos del presidente Trump mostrando que «no pagó» ningún impuesto sobre la renta en 10 de los 15 años anteriores.
Según el informe publicado, el presidente Trump refutó estas afirmaciones y aseguró que perdió mucho más dinero del que sus empresas ganaron. Asimismo, aseveró que participó en «una batalla de auditoría de una década con el Servicio de Impuestos Internos por la legitimidad de un reembolso de impuestos de 72,9 millones de dólares que reclamó y recibió después de declarar enormes pérdidas».
El presidente Trump respondió al artículo llamando a la historia del Times «noticias falsas».
El conflicto que rodeó el primer debate presidencial
El martes 29 de septiembre se convirtió para muchos analistas políticos en un «martes 13», porque el caos parece haber ganado en el primer debate entre el presidente Trump y el exvicepresidente Biden, al concluir el debate que duró 90 minutos y se llevó a cabo en la Universidad de Case Western Reserve, en Cleveland, estado de Ohio.
Los comentarios en las redes sociales y en las encuestas que fueron presentadas en varios medios dieron a conocer que más allá de aclarar el panorama para los votantes indecisos, fue un verdadero conflicto lleno de insultos por ambos candidatos.
La cadena CBS dio a Biden el triunfo en el debate con 48 % mientras que el presidente Trump obtuvo 41 %. Telemundo dijo que el triunfador fue el presidente de los Estados Unidos con 66 %, mientras Biden habría obtenido 34 %. Por su parte, la cadena de noticias de cable CNN señaló que el presidente Trump superó al exvicepresidente Biden en el tiempo de uso de la palabra durante el debate, con más de 39 minutos.
De acuerdo con YouGov, Al menos el 69 % de los televidentes se mostraron molestos por el resultado del debate. Solo 17 % de los espectadores se sintieron informados. También reportó que el 83 % de las opiniones sondeadas tuvo una consideración negativa del debate, mientras que 17 % lo calificó como positivo.
Para muchos analistas, el tono beligerante de ambos fue persistente. Los dos hombres hablaban con frecuencia entre sí y tanto el presidente como el exvicepresidente se interrumpían casi gritando.
Sea Biden gritándole al presidente «¿quieres callarte, hombre?», entre otros ataques al presidente. Una gran cantidad de adjetivos peyorativos también estuvieron presentes en el encuentro. «El hecho es que todo lo que ha dicho hasta ahora es simplemente una mentira», dijo Biden en una oportunidad, tras rebatir argumentos de Trump, y prosiguió a decir que «no estoy aquí para gritar sus mentiras. Todo el mundo sabe que es un mentiroso».
Por su parte, cuando Chris Wallace, moderador y periodista de Fox News, le preguntó al presidente si estaba dispuesto a condenar a los supremacistas blancos y a los grupos paramilitares, el mandatario estadounidense respondió «¿Cómo quieres llamarlos? Dame un nombre. Dame un nombre», mientras que Biden mencionaba al grupo violento de extrema derecha conocido como Proud Boys.
El presidente dijo que «Proud Boys, retrocedan, esperen. Pero les diré una cosa, alguien tiene que hacer algo con Antifa y la izquierda, porque este no es un problema de derecha. Este es un problema de izquierda».
Golpes bajos en el debate
Durante el encuentro entre Trump y Biden también se presenciaron acalorados enfrentamientos sobre el manejo que tuvo el presidente sobre la pandemia. De la misma forma, se trató el tópico de la integridad de los resultados de las elecciones, el modo como la Corte Suprema dará forma al futuro de la atención médica de la nación, entre otros puntos.
Asimismo, atacaron a las familias de su contrincante. El presidente Trump regresó a una línea de ataque de campaña al declarar que el hijo de Biden, Hunter, se había beneficiado de manera inapropiada de las conexiones de su padre cuando servia como vicepresidente y mientras el trabajaba en Ucrania.
«Mi hijo estuvo en Irak, pasó un año allí. Obtuvo la Estrella de Bronce, obtuvo la Medalla de Servicio Conspicuo (…) No era un perdedor, era un patriota. Las personas que quedaron allí fueron héroes», dijo Biden.
Trump interrumpió al exvicepresidente y le dijo: «¿Estás hablando de Hunter?». Biden dijo: «Estoy hablando de mi hijo, Beau Biden». El presidente —interrumpiendo— declaró «No conozco a Beau, conozco a Hunter».
Beau Biden falleció a causa de un tumor cerebral en 2015. Sin embargo, el presidente siguió con el tema de Hunter y dio un giro para afirmar que fue dado de baja «sin honor» del Ejército e «hizo una fortuna» en Rusia y Ucrania. El exvicepresidente refutó las declaraciones del presidente sobre Hunter Biden, pero reconoció que su hijo tenía problemas con las drogas.
Durante su tiempo en la junta de Burisma, Hunter Biden fue objeto de una investigación de un año llevada a cabo por un par de comités del Senado. El informe de los dos comités publicó que, si bien la posición de Hunter Biden en la junta de Burisma era «problemática» y creaba un posible conflicto de intereses, «no está claro hasta qué punto su papel en esta empresa afectó la política de Estados Unidos hacia Ucrania».
Las reglas para frenar los impasses entre Trump y Biden
Un día después del enfrentamiento entre ambos, la Comisión de Debates Presidenciales anunció que iba a implementar una «estructura adicional». La misiva también añadió que «se necesita una discusión más ordenada».
La Comisión de Debates Presidenciales patrocina estos encuentros televisados en beneficio del electorado estadounidense. La nota de la comisión no pronunció cambios específicos que se estaban considerando, pero dijo que estaría «considerando cuidadosamente los cambios que adoptará y anunciará esas medidas en breve».
El anuncio se produjo mientras ambos candidatos regresaron a la campaña para concluir el mes de septiembre. Quizá la verdadera sorpresa de octubre vendrá en estos días, o también a mediados o finales de noviembre. Valdría la pena pensar que hasta en diciembre, si no hay una decisión clara sobre si el presidente Trump o el exvicepresidente Biden resulta como el próximo ganador del primer martes de noviembre.