El Gobierno de Sánchez desafía a EEUU al aumentar un 60 % importación de petróleo venezolano
José Gregorio Martínez.- El Gobierno socialista de Pedro Sánchez continúa dándole oxígeno al régimen de Nicolás Maduro. Ya no se trata solo de lobby internacional para cosechar apoyos que ayuden a relegitimar a la tiranía. España parece haberse propuesto comprarle a Caracas parte del petróleo que dejó de importar Estados Unidos. Estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) revelan que en julio los operadores españoles duplicaron la compra de petróleo venezolano con respecto al mes anterior.
La cifra subió de 153 000 toneladas de petróleo en junio a 383 000 en julio, según la más reciente publicación de Cores. Esto representa un incremento mensual del 60 %. Las compañías petroleras españolas, con la multinacional energética Repsol a la cabeza, han disparado las importaciones de crudo venezolano a niveles de 2015, cuando no había amenaza de sanciones por parte de Estados Unidos, señala el medio español OK Diario.
El Gobierno de Estados Unidos ha venido advirtiéndole a España, y en particular a Repsol, que no ayude al régimen venezolano a eludir las sanciones económicas impuestas por Washington, como ya lo han hecho Rusia, China, Turquía e Irán. A finales de octubre de 2019 se conoció que el Departamento del Tesoro estaba evaluando sancionar al país europeo si continuaba cooperando con Maduro, según reseñó Bloomberg.
De la sociedad en tiempos de Hugo Chávez entre la estatal petrolera venezolana PDVSA y la española Repsol no queda más que una enorme deuda que Venezuela paga con barriles de petróleo. Ok Diario indica que Repsol ha limitado esa relación al cobro de la deuda. De igual manera, ha bajado la exposición en el país sudamericano de 2 273 millones de euros en 2016 a 300 millones en 2020. La empresa española ha insistido en que cumple todas las leyes internacionales y le resta importancia a las advertencias de la Casa Blanca.
Sánchez desacata la advertencia
La administración del presidente estadounidense Donald Trump mantienen una batalla con Repsol y otras petroleras europeas como la italiana Eni, como parte de la presión al régimen venezolano. Washington ha llegado incluso a exigirle a Repsol que acabe con el sistema de pago que mantiene con PDVSA si no quiere ser objeto de «sanciones devastadoras».
Fue el enviado especial de EE. UU. para Venezuela e Irán, Elliott Abrams, quien hizo dicha advertencia en abril, según recogió la agencia Efe. «Hemos pedido a Repsol que pare esas actividades y, por ahora, entendemos que lo han hecho. Estamos agradecidos por ello y les alentamos a no cambiar de opinión».
El repunte en la importación de petróleo venezolano por parte de España, registrado en julio de 2020, rompe con la tendencia a la baja que venían demostrando las cifras. En octubre de 2019, cuando se conoció que el Departamento del Tesoro evaluaba imponer sanciones a España, la importación de crudo venezolano se ubicaba en 172 000 toneladas. En abril de 2020, cuando Elliot Abrams lanzó la contundente advertencia a Repsol, la cifra había bajado a 76 000 toneladas.
Pedro Sánchez del lado de Maduro
A pesar del bajo perfil, comparado con el apoyo incondicional de países como Cuba, Rusia e Irán, el Gobierno español se ha convertido progresivamente en un aliado de Maduro. Si bien España ofrece protección a líderes opositores como Leopoldo López y Antonio Ledezma, también ha acogido a chavistas prófugos.
El caso más emblemático fue el de Hugo “El Pollo” Carvajal, quien estaba siendo solicitado por Estados Unidos debido a sus vínculos con el narcotráfico y logró huir sospechosamente. Esto habría evidenciado las intenciones de Pedro Sánchez de dejarlo escapar. El exgeneral venezolano es una ficha clave en la investigación que lleva a cabo Estados Unidos contra el régimen de Maduro.
Sánchez también hace Gobierno con Pablo Iglesias, conocido aliado de Chávez y Maduro. El vicepresidente español ha estado envuelto en escándalos de corrupción y lavado de dinero vinculados con el chavismo. En 2017 se conoció que Podemos, el partido de Iglesias, se habría financiado con recursos ilícitos aportados por Venezuela e Irán.
El más reciente coqueteo de Sánchez con la dictadura venezolana tuvo que ver con los esfuerzos que junto con el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, estuvo realizando para intentar darle legitimidad a Maduro con observación de la Unión Europea en el fraude electoral pautado para el 6 de diciembre. Madrid anunció incluso el cambio de su embajador en Caracas para poner en su lugar uno que no le fuera incómodo al régimen. Esta operación se frenó con la negativa de Maduro a posponer la fecha de las elecciones.