Robert Hernando.- Tal vez si sea cierto que el movimiento 15M empezó como un levantamiento legítimo de un pueblo hastiado y cansado de sus políticos de siempre. A estas alturas ya nadie duda de que algo falla en el sistema, incluso como un servidor no es un cerrado de mente puede considerar que hay propuestas interesantes y dignas de debate institucional, como la de entregar a cambio el piso para cancelar una hipoteca. No es ético ni humano que una familia que ha quedado desempleada por culpa de una crisis, que no ha generado, tenga que pagar de por vida los excesos de algunos nuevos ricos; hace falta una regeneración de la clase política, obvio, hasta ahí de acuerdo.

Si bien, no podemos olvidar que en España cualquiera puede montar su partido político y presentarse a unas elecciones para que el pueblo, si así lo decide, nos vote libre y democráticamente, como ha sido el caso con Plataforma per Catalunya. Incluso con 500.000 firmas puedes presentar una ILP para que el parlamento debata cualquier tema que se nos antoje. Pero también hay que decir alto y claro que nadie nunca cambió el mundo sentado en una plaza fumando porros;. No he querido opinar sobre este tema hasta conocerlo bien, había gente que me aseguraba que era un movimiento sano, y lo hice, me decidí a dar una vuelta por el Camping Okupa el Perroflauta Alegre de la plaza Catalunya y lo único que pude encontrar fue a la misma calaña que podría haber encontrado en cualquier casa ocupada de Gracia en invierno, aunque con varios inmigrantes bien repartidos por la plaza para que nos quede claro que ellos también están muy indignados.

Una auténtica feria del Perroflauta. Eso sí, todos con sus modernos portátiles de última generación, sus tablets, sus blackberrys y sus iphones… que una cosa es ser perroflauta y otra muy distinta no estar al día de la moda tecnológica que nos blindan las grandes multinacionales, no capitalistas, o las grandes superficies como los mayores beneficiarios de la acampada, el Decathlon, que una acampada sin Quechuas no es una acampada, faltaría más.
Lo cierto es que la violenta extrema izquierda se ha adueñado de la Plaza Catalunya y solo el agua de las lluvias, que los hace salir corriendo como a los gatos, y su poca constancia han provocado el amago de abandonar. El Ayuntamiento de Barcelona, el de Madrid, el govern de la Genaralitat, el de la nación han permitido algo muy peligroso y lo acabaran pagando caro, sino al tiempo. Reírle las gracias a esta gente trae consecuencias. La extrema izquierda está ganándole terreno a la democracia y los políticos de la casta se lo miran con asombrosa parsimonia, le están dando alas a un colectivo que no acepta la decisión democrática del pueblo, pudimos verlo en la toma de posesión de muchos regidores de Plataforma per Catalunya en Mataró, en Santa Coloma, en Sant Boi, en El Vendrell , en Tortosa y un largo etc… También en Badalona con Albiol, aunque la diferencia es que este salió con Alicia Sánchez Camacho por la puerta de atrás y nosotros salimos todos por la puerta principal. Su pretensión es clara, quieren echarnos de la calle como hicieron hace años con el PP catalán, lo que no saben es que han pinchado hueso.

Llegó a mis manos una declaración de mínimos de los acampados en Barcelona, toda una carta a los Reyes Magos con un punto que me llamó especialmente la atención. La misiva dice textualmente: “Eliminación de las redadas a inmigrantes, retirada de la ley de extranjería y cierre de los Centros de Internamiento para extranjeros (CIE) . Plenos derechos para los inmigrantes”

Y digo yo: Si cerramos los centros de internamientos para inmigrantes ¿Dónde los metemos? ¿En la plaza Catalunya? ¿O se los llevan ellos a su casa y comparten iPhone 4 con ellos? ¿Es normal quejarse de que hay un 40% de paro juvenil y pedir puertas abiertas a los inmigrantes? ¿Puede una persona sensata pedir que se acaben las redadas a inmigrantes cuando en Catalunya se han detenido gracias a estas redadas cientos de terroristas islámicos? ¿De verdad está gente vive en el mismo mundo que el resto de los mortales?

Me pregunto cuánto habría durado una acampada de gente de casa denunciando la discriminación positiva que han sentido frente a los inmigrantes. Posiblemente cinco minutos.

*Secretario general de Plataforma per Catalunya (PxC).