Ángel Gil Barberá (Remitido) Soy uno de los firmantes de la Carta a SM el Rey que algunos de la Promoción XXIII le hemos enviado y que ha trascendido al público con una repercusión que no entiendo, pero que imagino alentada con intereses partidistas.

Ante las noticias y detalles que se han ido publicando quiero dejar claras, primero para mí, pero también para cualquiera que se interese por mí, las razones de mi actuación.

Desde el momento en que me llegó el correo con la idea de hacer llegar al Rey nuestro apoyo y lealtad en estos momentos, para mí y para muchos, muy preocupantes, di mi consentimiento para incluirme entre los firmantes, sin que nadie me “presionara” y sin “presionar” yo a nadie, de forma que, aún siendo yo el mas antiguo del Cuerpo de Intendencia, con ninguno contacté para hacerle saber nada al respecto.

Juré bandera en diciembre de 1964 y en ningún momento de mi vida profesional o familiar, he faltado al respeto a la Constitución (otra cosa es al Gobierno) y así pienso seguir viviendo lo que me quede de vida. Y precisamente por respeto a la bandera y a la Constitución y al compromiso tantas veces refrendado en mi vida, de cumplirla y hacerla cumplir en la medida de mis fuerzas, ahora escasas, me uní conscientemente a la iniciativa de expresarle a SM. Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, nuestra preocupación y nuestro apoyo y lealtad. Esta es la razón de que junto a nuestro nombre aparezca nuestra graduación militar y la condición de retirado. En absoluto hemos pretendido “embozarnos” en el uniforme que amamos y seguimos amando en todo momento, y no cuando conviene en determinados mítines.

La desgraciada salida a la palestra de los chats, a mi entender demenciales incluso entre colegas o amigotes, del grupo de compañeros del Ejército del Aire de la XIX promoción (chats que deploro y rechazo) está facilitando, a algunos aprovechados, meternos a todos en el mismo saco y desacreditar absolutamente el contenido de la carta y la intención de los que la firmamos. Por esta razón afirmo que entre nosotros (chats y Facebook de la XXIII de la AGM) nadie ha hablado nunca de pronunciamientos ni de nada semejante, que ni he sido presionado ni he presionado a nadie para la firma de la carta a SM, que en ningún momento he intentado que otras promociones enviaran cartas semejantes y que me siento injustificadamente insultado por una ministra que a mi juicio se está dejando llevar por no sé qué asesoramientos equivocados. ¿Es cobarde quien con nombre y apellidos, junto a su empleo militar añade la condición de retirado, o lo es quien valiéndose de su puesto político insulta al primero sabiendo que no puede contestarle?

Finalmente, quiero explicitar las razones por las que me siento preocupado y que me han movido a firmar la carta a SM el Rey:

– me preocupa el próximo futuro (el siguiente no tendré tiempo de verlo) de España y los españoles en lo político, lo económico y lo social.

-estoy indignado ante la impunidad de las injurias que un día tras otro sufren la Corona, la bandera y cuantos símbolos nos unen y representan, injurias a veces vertidas o animadas por políticos en el Gobierno y aledaños.

– estoy también indignado por el chalaneo entre partidos políticos inicialmente separados por líneas rojas infranqueables que desaparecen en 24 horas, partidos que siguen declarando su intención de romper España, pero que el Gobierno considera aliados “en la dirección del Estado” y ejemplo a seguir por los partidos de la oposición.

-estoy finalmente harto de tanta mentira como sistemáticamente nos predican cada día, de que cualquier discrepancia con la política “progresista”, acarree en las disciplinadas redes sociales el calificativo de fascista y que cualquier pregunta, actuación o comentario, incómodo para el poder, sea tachado de “provocación”.

Por todas estas razones que tuve, y sigo teniendo, para firmar, estoy dispuesto a firmar tantas veces como sea necesario, con la salvedad, quizás, de hacerlo individualmente, visto la que se ha montado .