Las muletas de Unidas Podemos
José Manuel Otero Lastres.- La palabra muleta tiene, en lo que aquí interesa, dos significados: instrumento de apoyo que alivia al que tiene dificultades físicas para caminar y palo que lleva pendiente un paño, comúnmente encarnado, que utilizan los toreros para engañar al toro. Pues bien, en los últimos tiempos Unidas Podemos se viene ayudando de una muleta que emplea en su estrategia política en los dos modos reseñados. Y es que utiliza información, que es amplifica conveniente en los medios, como muleta para aliviar su tortuoso caminar en el mundo judicial y al mismo tiempo se sirve de ella como muleta-señuelo para engañar al personal.
La información a la que me refiero es toda la relativa al Rey Juan Carlos I con la que se hizo Pablo Iglesias pacientemente tras acceder al CNI. En efecto, la publicación paulatina y salpicada convenientemente sobre el Rey Juan Carlos coincide sospechosamente con la entrada de Pablo Iglesias en el CNI y su posibilidad de acceso a información reservada.
Pues bien, no es dudosa la utilización de toda esa información como muleta para aliviar sus andanzas políticas tortuosas derivadas de las cuentas que tienen pendientes con la Justicia algunos de los líderes de Unidas Podemos y la propia formación. Y es que desde hace algunos meses están ocupando el primer plano de las noticias asuntos relacionados con la Justicia como el de la tarjeta del móvil de Dilma Bousselham, el suplicatorio concedido por el Tribunal Supremo para juzgar al parlamentario canario, número tres de Podemos, Alberto Fernández, por los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones por la supuesta agresión, en 2014, a un policía, o la investigación de la la financiación de la propia formación, como en el caso de la Consultora Neurona.
Pero no es solo eso. Se sirve de esa misma información como muleta-señuelo para hacernos creer que su verdadero objetivo es deteriorar a la Monarquía Parlamentaria para que venga la República, cuando lo que hace es emplearla, una vez más, como la tinta del calamar para que no se hable de la investigación judicial de sus irregularidades económicas. Digo esto porque en el momento actual es imposible cambiar de facto la forma política del Estado. Solo sería posible en el marco de una reforma de la Constitución y eso es hoy por hoy del todo inviable. Hay una ataque selectivo contra el Rey Juna Carlos, porque es una figura fácil de dañar y con una amplia repercusión mediática. Para la estrategia de Unidas Podemos lo de menos es luchar contra la corrupción política generalizada, se trata de elegir un objetivo fácil y cebarse en él.
Y es que si a Pablo Iglesias le preocupara acabar con la corrupción política y no desviar la atención, estaría centrado en todos los episodios de podredumbre económico-política que hemos sufrido en la democracia, que, como recordaba ayer Mariano Vergara en La Opinión de Málaga (“El Rey no está solo”), son: “los Pujol. Y los nacionalistas en todas sus versiones miserables. Y los racistas supremacistas vascos, que recogían las nueces según el jesuita Arzallus, cuando ETA agitaba las copas de los árboles a base de tiros en la nuca. Y los Eres de la Junta. De la Junta socialista podemos hablar años. Los que quieran, años. Y los de Gurtel …”.