El flamenco, la dieta mediterránea, la sibila de Mallorca y los ‘castells’ ya son Patrimonio Cultural de la Humanidad
Pleno español en la Unesco porque presentaba cuatro candidaturas para entrar en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad y las cuatro han entrado. El organismo dependiente de la ONU ha reconocido en Nairobi al flamenco, la dieta mediterránea, el canto de la Sibila de Mallorca y los ‘castells’ que se levantan en Cataluña.
La ampliación de la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la ha decidido este martes el Comité Intergubernamental de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, reunido toda la semana en Nairobi (Kenia) y formado por 24 miembros. A este reconocimiento optaban 47 candidaturas de 31 Estados parte.
El flamenco, tras un intento fallido en 2005, inició su andadura en 2009 cuando la candidatura fue registrada en París en agosto de ese año y desde comienzos de 2010 se puso en marcha la campaña ‘Flamenco Soy’ para promocionar nacional e internacionalmente el proyecto, que ha contado con el el impulso del Gobierno de España y el consenso de Murcia y Extremadura, así como con gran apoyo institucional, de artistas y particulares. Más de 30.000 personas procedentes de 60 países lo han votado por internet.
Tradiciones arraigadas
El reconocimiento de los ‘castells’ supone un gran impulso internacional para este símbolo de la tradición catalana, una manifestación festiva de más de 200 años de antigüedad. Consiste en el levantamiento de torres humanas formadas por la superposición de diversos niveles (entre 6 y 10). Los ‘castells’ son erigidos por grupos de hombres y mujeres de todas las edades, llamados ‘collas’. Los ‘castellers’ lucen una vestimenta tradicional característica y cada ‘colla’ se diferencia por el color de la camisa que visten sus miembros.
El levantamiento de cada ‘castell’ va acompañado de una música característica, interpretada con un instrumento de viento llamado gralla, que va marcando el ritmo del desarrollo de la construcción. Es habitual que el público asistente a esta clase de exhibiciones se incorpore voluntariamente a la base humana sobre la que se levantan los ‘castells’, formada por decenas de personas.
La sibila se escenifica en todas las iglesias de Mallorca la noche del 24 de diciembre. Este canto se introdujo en toda Europa en la Edad Media y llegó a Mallorca con la conquista cristiana de 1229. Lo que da valor a esta tradición milenaria es la conservación de sus valores originales. Si bien la escenificación y la música han sufrido ligeras evoluciones a lo largo del tiempo, mantiene en su esencia sus características originales de la época medieval. Otro hecho destacable es su arraigo entre la población, a pesar de las invasiones culturales y de tratarse de una isla que tiene un porcentaje de turismo muy alto.