LDD.- Los medios de comunicación masivos que expresan constantemente su afición a Joe Biden trataron de defender y de justificar la apertura de los centros de detención para niños inmigrantes en la frontera sur del país, más precisamente en Texas.

A principios de esta semana, el gobierno de Joe Biden realizó una de sus primeras acciones respecto a la delicada situación fronteriza de Estados Unidos.

El Presidente ordenó la apertura de un centro de detención para niños inmigrantes que sean detenidos por la Policía Fronteriza estadounidense al intentar cruzar la frontera junto a sus padres de manera ilegal.

Este centro fue construido por Trump pero que fue usado sólo por un mes en el verano del 2019, debido a la gran cantidad de inmigrantes que se estaban deteniendo. Sin embargo, con la construcción del muro estos números bajaron y el ex presidente republicano ordenó cerrar el centro.

Las instalaciones pueden albergar a más de 700 niños inmigrantes que tendrán que esperar a que se esclarezca su situación judicial y estatus migratorio en esos lugares. A su vez, este centro de detención recientemente abierto se unirá a los más de 200 que tiene en su poder el Servicio de Inmigración y Aduana de los Estados Unidos (“ICE”, por sus siglas en inglés).

Como se puede observar en las fotos de cómo están típicamente construidos, los centros de detención cuentan con un limitada distancia entre las camas donde duermen los niños, y también cuentan con rejas en las ventanas para que los mismos no se escapen. En otras palabras, son cárceles para niños.

Estas acciones de Biden no deberían sorprender a nadie; fue su gobierno entre 2008 y 2016, junto a Obama, que construyó jaulas donde ubicar a los niños migrantes. En perspectiva, estos centros son una mejoría a las condiciones de detención.

Pero en un acto de hipocresía tremendo, Biden había prometido en campaña que cerraría todas las instalaciones de detención de niños migrantes, y, ahora, a 1 mes de haber asumido, ya abrió un centro que inclusive Trump había cerrado.

Como era de esperarse, los medios de comunicación, que habían acusado a Trump de ser “fascista” y “xenófobo” por abrir estos centros de detención, ya han comenzado a blindar a Biden de esta noticia, y ningún diario los ha llamado por lo que son.

Por ejemplo, el diario partidario demócrata The Washington Post, cuyo dueño es el CEO de Amazon, Jeff Bezos, fue el primero en publicar la primicia del nuevo centro de detención, pero en vez de utilizar el término “centro de detención” o “cárceles para niños inmigrantes”, tituló como “cómodas instalaciones para inmigrantes” para intentar suavizar la situación.

La nota en sí, si bien contiene el testimonio de abogados y activistas locales pro-inmigración enojados con esta medida, busca ensayar una justificación a esta nueva decisión de Biden, que es todo lo contrario a lo prometido por él mismo en campaña.

La justificación que presentaron los funcionarios y el propio Presidente es que, por la pandemia, los otros centros fronterizos se quedaron con poca capacidad cuando se tuvo en cuenta el distanciamiento social entre los niños reos.

Mientras le daban espacio a los funcionarios de Biden para criticar la política migratoria de Trump en sus columnas, el Washington Post le ocultó a sus lectores que el pionero de esta política de detener y encarcelar a los niños inmigrantes es el propio ex presidente Barack Obama.

Obama, con una serie de instrucciones internas a las Fuerzas Fronterizas, estableció la política de dejar a los niños inmigrantes en precarias jaulas, ya que a nivel nacional había prohibido la deportación de niños. Por lo tanto, mientras los padres que entraban al país ilegalmente eran deportados, sus hijos se quedaban en Estados Unidos en estos centros.

En el debate presidencial, el ex presidente Trump tuvo la oportunidad de preguntarle a Biden en plena televisión nacional quién fue el arquitecto de esta política, con su famosa línea “¿quién construyó las jaulas, Joe?”, quien no pudo responder.

Irónicamente, quien se mostraba profundamente molesto por esta política de encarcelar a los niños era el entonces candidato Joe Biden, las mismas acciones que ahora como mandatario está tomando y avaló cuando era vicepresidente.

Una crisis migratoria sin precedentes

Los centros de detención para inmigrantes abiertos por Biden, ubicados en la ciudad de Carrizo, Texas.

Los Estados Unidos se están dirigiendo a una crisis migratoria nunca antes vista por el país. De acuerdo a los datos de ICE, en el mes de enero de este año, más de 80.000 inmigrantes provenientes de México y de países centroamericanos fueron detenidos por la Policía fronteriza norteamericana, una cifra que es récord en toda la historia del país.

El número de inmigrantes detenidos en la frontera se incrementa cada día más, como así también la formación de caravanas en los países centroamericanos como Honduras que parten en grandes grupos para intentar arribar a suelo estadounidense.

Es por esto que los establecimientos para inmigrantes de ICE ya no dan a basto. Esta semana se reportó que los centros de detención para adultos ya estaban al límite de llenos, con una ocupación del 93%.

Las camas para niños en estos establecimientos, por su parte, están al 90% de ocupadas, de acuerdo a los nuevos criterios de distanciamiento social por la pandemia.

El principal culpable de este desastre migratorio —y que por supuesto los diarios demócratas no lo dicen— es nada más y nada menos que el propio Joe Biden, quien prometió durante su campaña presidencial una amnistía general para todos los inmigrantes que se encuentran viviendo en el país de forma ilegal, los cuales ascienden a más de 11 millones.

La legislación fue presentada esta misma semana por diputados demócratas, y pretende otorgar la ciudadanía a más de 11 millones de inmigrantes ilegales en un proceso de 8 años.

Según los expertos, con esta legislación presentada, lo que viene puede ser mucho peor; esta política de amnistía puede provocar que más latinoamericanos quieran tratar de ingresar al país, y usualmente el pico de inmigración ilegal en la frontera ocurre en la primavera, que empieza en unos días en Estados Unidos.

En perspectiva, el país ya sobrepasó los números del pico de cada año y todavía se encuentran en invierno, por lo que el futuro migratorio de Estados Unidos puede entrar en una fuerte crisis, peor que la que debió subsanar Trump cuando asumió en 2017.