Comunismo o libertad: la pugna entre Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso por la presidencia de la Comunidad de Madrid
Gabriela Moreno (R).- España está en proceso de digestión. Pablo Iglesias dejará la vicepresidencia segunda del gobierno del socialista Pedro Sánchez para competir por la presidencia de la Comunidad de Madrid de la mano de su partido Podemos. No obstante, antes de partir dejará en su cargo a la actual ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a quien le abre el camino para disputar La Moncloa en los próximos comicios.
Son —como mínimo— tres jugadas en una sola. Más allá de la dimisión destacan sus disposiciones que constituyen una “intromisión” en las competencias exclusivas del presidente del Gobierno. Eso para empezar. Luego brota el anticipo de una abierta “lucha por el poder” analiza El Mundo basándose en la ambición de Iglesias. Y finalmente, el uso del feminismo para proteger sus pasos.
Por teléfono, sin protocolo y en apenas un contacto de un par de minutos comunicó a Sánchez su decisión, antes de divulgarla a través de su cuenta en Telegram y luego Twitter.
Fue estrategia. Además de cuidar su cuota de poder o de presencia en el gobierno de coalición impuso el reparto la misma. Sánchez lo acató. No discutió, tampoco criticó. Le facilitará el relevo y le desea suerte pero un “poquito menos” que a su abanderado del PSOE, Ángel Gabilondo, quien también estará en la contienda por la capital.
Extremos en competencia
Pero Pablo Iglesias desata un panorama radical. Isabel Díaz Ayuso, la actual presidenta de la Comunidad de Madrid reduce la competencia por el poder en la capital a uno comicios entre “comunismo o libertad”.
Las elecciones que celebrarán de forma adelantada el 4 de mayo con el apoyo del Tribunal Superior de Justicia —tras rechazar el recurso de los letrados de la Asamblea, que pedían medidas cautelares y cautelarísimas contra esta disposición— ya tienen un pronóstico de tormenta.
A los extremos lleva Díaz Ayuso la competencia donde repetirá como candidata del Partido Popular frente a Iglesias, con quien sólo coincide en que nacieron en el mismo lugar y el mismo día porque para ella el dirigente de la tolda morada es “persona afín a independentistas y al entorno de ETA, que cree en las expropiaciones, la ocupación y las intervenciones en empresas».
La presidente madrileña responsabiliza a Iglesias de los supuestos sabotajes contra el hospital Enfermera Isabel Zendal y tras las protestas antisistema en la capital por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.
Con ese discurso, en dos años al frente del poder capital, Díaz Ayuso amasa visibilidad nacional e internacional por su gestión de la pandemia y su confrontación con Sánchez, hasta el punto de que algunas voces la erigen como la jefa de la oposición en lugar de Pablo Casado.
Lo sabe y lo presume. «España me debe una. Hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa» fue su primera reacción al conocer el anuncio del izquierdista jefe de Podemos.
Tanto en el lado socialista como dentro del mismo Ejecutivo la noticia de Iglesias fuera del gabinete estalla como una bomba inesperada. Para unos es un alivio, para otros un sorpresa.
Dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ya se consideraban insostenibles las continuas fricciones que provocaba el líder de Podemos en el seno del Consejo de Ministros, cuyo impacto se sentía en la operatividad del modelo de Estado y además propiciaban en la ciudadanía una sensación de competencia interna, inestabilidad e inseguridad difícil de gestionar en tiempos complicados con una pandemia encima.
Los números no mienten. La economía española sufrió una caída del 11 % en 2020 según datos divulgados por El País. Se trata del mayor desplome de actividad en tiempos de paz considerando que es la mayor recesión en 85 años, superando a los tiempos de la Guerra Civil y la crisis de 1868 donde el desplome no alcanzó los dos dígitos.
La recuperación vivida en el segundo semestre del año ha sido insuficiente para compensar el daño tras el duro confinamiento de marzo a junio y las restricciones posteriores. Golpeados por las limitaciones a la movilidad, el sector servicios y la hotelería fueron las ramas de actividad más dañadas durante el año pasado, a las que se suma el deterioro del sector exterior, el frenazo de la demanda interna y el hundimiento de la inversión.
Nada de eso frenó a la ambición de Iglesias. De hecho, dentro del PSOE descartan que su aspiración a la Comunidad de Madrid la haya consultado, consensuado o planificado con el presidente del Gobierno. Nadie de momento da cuenta de que haya sido así.
Los hechos coinciden con las sospechas del partido. Iglesias aprovechó la ausencia de Pedro Sánchez, quien está en la localidad de Montauban, reunido con el primer ministro de Francia, Emmanuel Macron, con motivo de la cumbre hispano-francesa, para anunciar su movida.
El oportunista de las urnas
El hasta ahora vicepresidente segundo —estará en el cargo un par de semanas más— admite que sus pasos son frutos de la «oportunidad» que se le presenta.
Así filtra en su discurso que su salto responde a un impulso por la inminente perspectiva de las urnas. Un salto que no podrá dar solo. Iglesias necesita convencer a Más Madrid, una formación que en la comunidad tiene más fuerza que Podemos y que muchos interpretan ya como un movimiento desesperado para intentar recuperar, en competencia abierta con el PSOE, al electorado de izquierdas.
A menos de dos meses para la jornada del 4 mayo, el camino se calienta para los morados que desde ya es probable que radicalicen su discurso en campaña en contra de la coalición para ganar protagonismo. Esa es su fórmula de siempre.
Ya Iglesias dio un bocado de ella al afirmar que “hay que impedir que estos delincuentes, que estos criminales que reivindican la dictadura, que hacen apología del terrorismo de Estado, que promueven la violencia contra los inmigrantes, contra los homosexuales y contra las feministas puedan tener todo el poder en Madrid, con todo lo que eso implica para el resto del país”.
Si no fuese por tantas femilocas, féminazis y comunistas peligrosas que votan a estos SINIESTROS MALIGNOS estas criminales y delincuentes “ideologías Satánicas” no existirían.
Pablo Iglesias HA DICHO QUE dejará la vicepresidencia segunda del gobierno el 20 de abril