Enrique Guerrero dice “basta” y se une al reguero de dimisiones en la finca de “Barbie”: “Ha logrado que dejemos de creer que Vox Málaga se mueve por la ética, por el esfuerzo, por la fidelidad y por los valores”
Lo hemos denunciado y lo seguimos haciendo: es imposible que una persona seria y solvente pueda permanecer a las órdenes de la dirección provincial de Vox en medio del poder dictatorial en la sombra que ejercen Patricia Rueda, Jacobo Vázquez y testaferreamente Antonio Sevilla. Tener graníticos principios y hallarse en posesión de una situación económica sobradamente saneada, es incompatible con la pertenencia a un grupo liderado por auténticos indigentes intelectuales. Es imposible que personas con criterio se plieguen a los chanchullos de una ejecutiva donde las decisiones son tomadas por Rueda y Vázquez, a espaldas de sus miembros. Enrique Rosado Guerrero, militante de Vox Málaga de larga data, ex responsable de mayores y uno de los encargados de la sede provincial, ha sido el último en decir “basta” a la banda de “Barbie” y a la conversión del partido en un chusco teatro de vanidades.
La situación del partido verde en Málaga ya es insostenible. La diputada Patricia Rueda terminará convirtiendo el partido en un juguete roto, más o menos lo que hizo al frente del Museo Automovilístico y lo que hará con todos los que hoy le ríen la gracia a tan infame personaje. Rueda maneja el partido a su antojo, como si de un predio privado se tratase, arrastrando con su torpeza a un colectivo que cuenta cada día con más críticos a su penosa gestión, amparada y consentida por ese calzonazos superlativo llamado Antonio Sevilla. Afortunadamente, no todos los miembros de Vox Málaga son tan despreciables como ellos.
Reproducimos la carta enviada a nuestra redacción por Enrique Guerrero Rosado, en la que explica los motivos de su marcha del puesto que venía ocupando con elegante eficacia.
“El motivo por el cual escribo esta carta, es, para expresar mi preocupación y decepción, por lo que está aconteciendo en Vox Málaga.
He tenido conocimiento del cese de Marián Hoyos como Vicesecretaria de Afiliación, y de dos compañeros de la Sede, según consta en la carta remitida por el secretario José Miguel Gutiérrez, por “falta de confianza”. Esto quiere decir, que Marián Hoyos, Carlos Oliva y Mateo Moya, han hecho algo, que no debía hacerse, o no hicieron lo que debían, y por ese motivo se generó el sentimiento de la gestora de que no podían confiar en ellos, ya que probablemente volverían a reiterar su conducta y generarle perjuicios. Ahora bien, si alegas como motivo para cesar a tres colaboradores tan trabajadores y responsables, que no confías en ellos, deberían que menos que aportar los motivos pues están lanzando injurias, ofendiéndolos sin causa alguna. No sólo no explican los hechos constitutivos de dicha pérdida, sino que les advierten a los de la Sede, que no están autorizados a proceder a su apertura y que deben entregar las llaves.
Por todo ello, creo que lo más coherente es presentar mi dimisión como colaborador en la sede y esperar que quizá otras personas se replanteen su nivel de responsabilidad. Al igual que ellos alegan falta de confianza en Marián Hoyos, Mateo Moya y Carlos Oliva, mi argumento es el mismo hacia ellos. Cuando se pierde la confianza, se pierde la esperanza en el proyecto, la ilusión, la seguridad, el rendimiento y el buen funcionamiento. Pero yo no me voy a limitar como ellos a resumirlo en una simple frase, a continuación explico, los motivos, además de la infamia hacia mis compañeros, que me han llevado a ello:
Me llamo Enrique Guerrero, he tenido una extensa vida profesional, con mi propio despacho de Asesor Laboral-Fiscal y Jurídico, director de Seguros y administrador de fincas. Al jubilarme, decidí colaborar con más intensidad en los proyectos que me ilusionaban como por ejemplo la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Málaga, de la cual soy vocal y me encargo de organizar todo tipo de actividades, dirigidas a dignificar la noble misión del Tercio en la actualidad, promoviendo las tradiciones intrínsecas del mismo. Además colaboro en otras asociaciones que impulsan y fomentan los valores y costumbres de nuestro querido país. Es por esto que al afiliarme a Vox, que para mí representaba la defensa de España, de la familia y de la vida, decidí colaborar activamente, pues nunca antes había militado en ningún otro partido político. Durante dos años he pertenecido al equipo del coordinador de zona José Manuel Sánchez, recorriendo pueblos desde la Serranía de Ronda hasta los límites con Granada, presenciándonos en Antequera y todo el interior de la provincia, con un total de más de 60 pueblos donde manteníamos reuniones explicativas de las funciones de los coordinadores y su equipo de trabajo con los agricultores, ganaderos, asociaciones, empresarios, etc.
En todos ellos, hemos montado las mesas informativas, en ocasiones, hasta dos y tres veces por semana, dejando planificado, un futuro para Vox muy esperanzador en las próximas elecciones, donde se recogerían los frutos de tanto trabajo en tan corto tiempo, todo esto, además de colaborar en abrir la sede, con horario de oficina, por turnos, junto con otros compañeros haciendo el trabajo informativo a afiliados, simpatizantes y demás. También colaborando en las mesas informativas de los diferentes distritos de Málaga capital, y es aquí donde me paro a pensar que después de haber ejercido todos estos trabajos, en este tiempo, nunca nadie me dijo que yo era “demasiado mayor” para realizar esta grata labor en los distintos equipos de Vox Málaga.
Me he volcado completamente al creer firmemente en los postulados que defendía: “Un movimiento de extrema necesidad que nace para poner a las instituciones al servicio de los españoles, en contraste con el actual modelo que pone a los españoles al servicio de los políticos”. Pero ahora, me doy cuenta, de que lo que está ocurriendo en Vox Málaga, no tiene nada que ver con esos principios. La actual gestora, se está convirtiendo en el enchufe de los amigos de los miembros de esta, para que llegue a ser su medio de vida, prometiendo cargos y puestos en las listas. Están dando la espalda, ninguneando y apartando del partido, a los que realmente hemos trabajado, a las bases, afiliados y colaboradores, que nos hemos dejado la piel para que este proyecto saliera adelante, primando a los recién afiliados; lo están convirtiendo en un cortijo.
La Gestora no es consciente, o si lo es, y le da igual, peor me lo pone, del formidable trabajo que muchos afiliados hemos realizado desinteresadamente, consiguiendo darlo a conocer a la gente, consolidarlo como partido, y que se afiliaran muchísimas personas, concibiéndolo con la máxima transparencia y legalidad. Este comportamiento leal, siento mucho decir que no ha sido recíproco.
Me ha decepcionado, la opacidad y carencia de información que hemos sufrido durante el tiempo que nos hemos responsabilizado de la sede, ha sido colosal. Nos han utilizado pues no tenían a nadie para abrir la sede. Teníamos el teléfono desviado de manera que no sonaba en la sede sino que se había derivado a un afiliado de Torremolinos.
La opinión de las personas que conocemos el partido, no importa. En vez de propagar más transparencia, más democracia, y más información por parte del partido a los afiliados, nos encontramos que no hay comunicación, ni diálogo, ni mucho menos un poco de humildad para pedir consejo a los militantes que conocemos el partido desde las entrañas y su evolución. Como consecuencia de ello, Vox Málaga cada vez está más fraccionado, en la boca de todo el mundo, y a la deriva.
Esta Gestora, está consiguiendo, lo digo, por experiencia propia, de amigos y compañeros del partido, que dejemos de creer que Vox se mueve por la ética, por el esfuerzo, por el trabajo, por la fidelidad y por los valores.
Le están dando puesto de responsabilidad a personas que han criticado a Santiago Abascal, que se han reído de Enrique Cabanas, que han robado la listas de afiliados para llamarlos y que votaran por la candidatura de Vivero, que han insultado, ofendido y vilipendiado al CEP anterior. Están colocando a sus amigos, personas que no conocen el partido, que no han ido a los pueblos a reunirse con sus gentes, ni a montar mesas informativas, que su forma de entender la política es para su beneficio, y eso ni de lejos, es el camino correcto.
Yo, que he vestido el uniforme del ejército español, con el espíritu de honor y honra, de compañerismo, de amistad, patriotismo, amor a España y a sus símbolos, su bandera e himno nacional. Yo, que no puedo evitar emocionarme al escuchar “la muerte no es el final”. Yo, con mi esfuerzo, que por pequeño que pueda parecer he contribuido activamente en el partido, movido por el primer mandamiento de Vox: El «amor a España», modestamente, me atrevo a escribir esta carta para proclamar mi disgusto, porque como dice nuestro lema, lo más horrible es vivir siendo un cobarde”.
Enrique eres un valiente y trabajador nato, estás dos cualidades molestan mucho a estos ineptos
Ya quisieran esta gentuza tener los principios y valores que tenéis vosotros
Excelente articulo!! Y grandioso y ejemplar compañero enhorabuena por la Carta. Lo que ha hecho éste señor es digno de admirar, es todo un ejemplo de compañerismo, lealtad y principios. Personas así hicieron en su día Vox grande en la provincia