Lo que Iglesias quiere cambiar en Madrid
Yolanda Gómez (R).- Las políticas que Isabel Díaz Ayuso y el Partido Popular han aplicado en la Comunidad de Madrid en los últimos años son el más claro exponente de lo que más abomina Pablo Iglesias y el partido que dirige. La apuesta por las políticas liberales y la defensa de la iniciativa privada tanto en la gestión económica, como en la educación, contrastan con el intervencionismo, el adoctrinamiento, la política de la subvención y la defensa acérrima de lo público frente a lo privado. Y aunque algunos ciudadanos piensen que esto no va con ellos, y que estos principios ideológicos de unos y otros no le afectarán a su bolsillo o a su vida diaria, se equivocan, le afectan y mucho. Y me explico.
Lo primero con lo que quiere acabar Pablo Iglesias y Podemos es con la política fiscal de Madrid. Esta comunidad no es un paraíso fiscal, como algunos dicen, ni muchísimo menos. Pero es verdad que tenemos tipos más bajos en la mayoría de los impuestos que otras comunidades autónomas, y eso ha permitido atraer inversiones, ha hecho que ejecutivos de multinacionales fijen aquí su residencia y ha permitido que el duro momento de la muerte de un familiar no se convierta además en un grave problema para los herederos, que en algunas ocasiones se ven obligados a renunciar a la herencia porque no tienen ni para hacer frente a los gastos que lleva consiga. Y además Iglesias, y el PSOE quieren volver a instauran el anacrónico impuesto sobre el Patrimonio que grava el ahorro y las propiedades, como si ya no se pagara bastante por los mismos. Cualquiera que tenga una segunda vivienda sabe que ha tenido que pagar IVA o Impuesto de Transmisiones cuando la compró, tiene que pagar el IBI al Ayuntamiento todos los años, debe declarar como renta imputada el 1,1% del valor catastral en el IRPF, o si la tiene alquilada pagar por los ingresos que recibe, pero al señor Iglesias le parece poco y quiere que además se pague otro impuesto más por su tenencia, algo que no ocurre en ningún otro lugar de Europa.
Pero además, de los impuestos, el líder de Podemos está en contra de la libertad de horarios comerciales. Madrid es probablemente la única autonomía donde los comercios pueden abrir todos los días del año, y además una de las que menos trabas pone a la apertura de nuevos negocios. Cuando se liberalizaron horarios los más agoreros pronosticaron el hundimiento del empleo en el comercio, el cierre de todos los pequeños negocios… y sí ha habido transformación en Madrid, pero también en el resto de España, y lo cierto es que los vivimos en Madrid nos hemos acostumbrado a comprar cuando queremos y cuando podemos, también los fines de semana, y que el comportamiento del empleo en el sector comercial no es peor en Madrid que en el resto de España. Al contrario, según un informe de AFI, entre 2012 -cuando se aprobó la liberalización total en Madrid- y 2017 se crearon más de 5.000 empleos adicionales. Pero los populistas no solo están en contra de la libertad de comercio, sino que también se oponen a la apertura de nuevos centros comerciales, ni siquiera en los desarrollos urbanísticos de Madrid. Tampoco quieren que se hagan nuevas viviendas, por motivos medioambientales, pero lo que hacen es encarecer el precio de la vivienda e impedir que los jóvenes puedan acceder a la misma. Frente a esto apuestan por el alquiler social y la okupación.
¡Y qué decir de la educación! Madrid es una de las comunidades donde los padres más posibilidades tenemos de elegir la educación que preferimos para nuestros hijos entre pública, concertada y privada. Pero esto tampoco le gusta al señor Iglesias, y quiere que quien no tenga dinero pagar la educación privada tenga que estudiar sí o sí en la pública. Se acabó la posibilidad de las familias con pocos recursos de elegir educación para sus hijos.
Y podría seguir con la lista. De modo que sí, no será igual que gobierne Ayuso a que gobierne Iglesias en la Comunidad de Madrid. Las cosas cambiarán, y mucho.