Después de promocionarla por todo el mundo e incluso vendérsela a muchos países de África, Europa y América del Sur (entre ellos Argentina), China reconoció oficialmente que su vacuna Sinovac contra el COVID-19 tiene una efectividad muy baja, e incluso estará considerando combinarla con dosis de otros laboratorios para mejorar su eficacia.

“Los fármacos chinos no tienen tasas de protección muy altas, ahora vamos a considerar oficialmente si deberíamos utilizar diferentes vacunas de distintas líneas técnicas para el proceso de inmunización en nuestro territorio”, afirmó el sábado en una conferencia de prensa en Chengdu el Director del Centro Chino de Control de Enfermedades, Gao Fu.

El régimen de sede en Beijing ya distribuyó y vendió millones de dosis a otros países y mientras criticaba las vacunas de empresas occidentales, publicaba datos incompletos sin informar sobre la baja eficacia de su propia medicación.
En este sentido, investigadores brasileños estudiaron la eficacia de la Sinovac y determinaron que tiene un índice de efectividad de tan solo el 50,4% a la hora de generar inmunidad efectiva al coronavirus.

Cabe aclarar que Brasil compró millones de dosis de esta vacuna por pedido del Gobernador de San Pablo, Joao Doria, y que ya han vacunado a casi 27 millones de personas, siendo el país latinoamericano uno de los que más a vacunado del mundo. Sin embargo, los casos siguen aumentando en el país y esto se explica con el hecho de que la gente cree que está vacunada pero sólo 1 de 2 personas vacunadas logra la inmunidad que cree que tiene.

En comparación la vacuna de Pfizer (EE.UU./Alemania) tiene un 95% de efectividad, la de Moderna (EE.UU.) un 94,5%, la Sputnik V (Rusia) un 91,6% y la AstraZeneca (Inglaterra/Suecia) un 82,4%.

Según datos del Ministerio de Exteriores de China, las vacunas de Sinovac ya fueron exportadas a 22 países, entre los que se encuentran México, Indonesia, Turquía, Hungría, Chile, Brasil, y principalmente Argentina.

Hasta ahora, ningún país ha anunciado que frenará la vacunación con esta dosis, ni han habido esfuerzos por los gobiernos de estos países por informar al público que las vacunas que están recibiendo tienen una efectividad que roza la inutilidad.

Los expertos aseguran que cualquier vacuna con 50% o menos de efectividad no vale la pena ser administrada, ni siquiera en tiempos de urgencia por pandemia. Incluso, aseguran que esto resulta contraproducente ya que genera una falsa percepción de inmunidad y en realidad esa persona no está protegida contra el virus chino.

Lo que lleva a la duda: ¿Si China sabía de esto, por qué promovió tan agresivamente la vacunación con la Sinovac? ¿Tenía el Partido Comunista Chino la intención de sabotear los esfuerzos de vacunación en el resto del mundo?

El régimen de Xi Jinping aún no aprobó ninguna vacuna extranjera para su uso en China, aunque ya firmó el ingreso de 100 millones de vacunas de Pfizer que traerá al país a través de la multinacional china FosunPharma. Esta noticia salió en diciembre del año pasado, por lo que es posible que la dictadura comunista sabía que su vacuna era un fracaso hace ya más de 4 meses.