Burkina Faso: terrorismo yihadista y una tremenda crisis de desplazados que huyen para evitar ser masacrados
Hace dos años se nos hacía un nudo en la garganta cuando conocíamos el asesinato del misionero salesiano español Antonio César Fernández, un ‘hombre bueno’ que fue asesinado en un atentado perpetrado en Burkina Faso.
Su muerte se enmarca dentro de la ola de violencia yihadista que azota al país africanoya desde 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.
A esa crisis de seguridad se suma ahora la pandemia del coronavirus. “Estamos atrapados entre dos frentes. A pesar del aguante de la población, la situación es muy dura para la gente humilde que vive al día y que ha perdido sus medios de subsistencia”, explicaba el pasado mes de febrero Mons. Laurent B. Dabire, obispo de Dori, en el norte del país una entrevista a Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Lo cierto es que la inseguridad desde 2015 no ha cesado, si bien las desgraciadas noticias trascienden sus fronteras cuando algún extranjero se ve afectado por la violencia. Es el caso de los dos españoles que se encuentran “en paradero desconocido” desde el pasado lunes y que según apuntan medios locales podrían haber sido secuestrados durante un ataque al sureste del país. Los tres serían periodistas que trabajan para una ONG que vela por la protección de la fauna, según ha informado Radio France Internationale.
REPUNTE DE LOS ATAQUES YIHADISTAS
El este y el norte de Burkina Faso ha sufrido un repunte de los ataques por parte de grupos yihadistas, entre ellos la rama de Al Qaeda en el Sahel, el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), que han provocado además un incremento de los enfrentamientos intercomunitarios.
Este mismo mes, las fuerzas de seguridad de Burkina Faso y ‘voluntarios’ reclutados por las autoridades para reforzar la lucha contra el terrorismo mataron a seis supuestos terroristas en un enfrentamiento en el este del país en el que se hicieron además con material de los terroristas, incluidas motocicletas, armas y municiones.
Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo
EL SAHEL, LA REGIÓN MÁS AFECTADA
La región más afectada por esta inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunqueel drama se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.
Tras unos meses de tregua (abril-septiembre de 2020), el territorio diocesano que corresponde a la región del Sahel burkinés ha sufrido al menos diez episodios de atentados terroristas desde el 10 de septiembre de 2020 hasta nuestros días. Por eso la población sigue abandonando las aldeas para evitar ser masacrados.
Es por ello que Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).
PROCESO DE DIÁLOGO
Ante esta situación, el primer ministro de Burkina Faso, Christophe Dabiré, abrió a principios de febrero la puerta a un posible proceso de diálogo con los terroristas. “No decimos que Burkina Faso esté en contra de las negociaciones con los terroristas”, afirmó en un discurso ante el Parlamento.
Hay mucho yihaidismo en Burkina Faso, pero si eres “progre” y tienes carnet de prensa tu tranquilo, las balas de los terroristas pasaran inofensivas sin tocarte si estas trabajando en un documental sobre la caza furtiva, eso de los periodistas que trabajan para la CIA y que son ejecutados por sospechosos de espionaje nunca pasa, tu dices que te gustan mucho la peliculas de Almodovar y que llevas un gramillo de farlopa por alguna parte y ya no tienes problema, pregunta a David Beiráin y a Roberto Fraile si no me crees.