La Iglesia recibió 300 millones de euros de la asignación tributaria en 2019, la cifra más alta de su historia
El año 2019 supuso un récord en la asignación de los contribuyentes a la Iglesia Católica a través de su declaración del IRPF con más de 300 millones de euros (301.208.649), lo que supone casi 16 millones de euros más que en el año anterior, lo que en porcentaje se traduce en un incremento del 5,64%.
Teniendo en cuenta las declaraciones conjuntas, un total de 8,5 millones de contribuyentes marcaron la X a favor de la Iglesia católica en nuestro país, aproximadamente 800.000 más que los que lo hacían en 2006 y 105.637 declaraciones nuevas respecto al año anterior.
Tal y como recoge la Memoria de Actividades de la Iglesia 2019 presentada este martes, 11 de mayo, por la Conferencia Episcopal Española, en todas las comunidades autónomas se ha aumentado la cantidad recaudada, especialmente en Madrid, Andalucía, Valencia y Cataluña. Si tomamos como referencia el número total de declaraciones, ese crecimiento se dio en 13 de las 17 autonomías, sobre todo en Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Canarias.
Un año más, las setenta diócesis de nuestro país fueron las principales beneficiaras a la hora de destinar el dinero que la Iglesia recibe del contribuyente para su sostenimiento, con algo más de 206 millones de euros, lo que supone casi el 80% de la asignación tributaria.
El 20% restante lo ocupan el pago de la Seguridad Social del clero, con 22 millones de euros, las aportaciones extraordinarias a las Cáritas diocesanas con más de seis millones de euros, con un reparto proporcional a lo recibido en las diócesis o las ayudas a los distintos centros de formación, entre otros.
El organismo episcopal siempre aclara en este punto que el reparto por diócesis se realiza con una previa evaluación de las necesidades de cada una de ellas, en función de sus actividades pastorales y asistenciales, atendiendo a las características propias de cada una, como son la extensión de la diócesis, el número de habitantes, el número de parroquias, el número de sacerdotes, seminarios y pastoral vocacional. Son criterios que se aprueban anualmente en Asamblea Plenaria.
Una vez que las diócesis han recibido la cantidad global por los distintos conceptos, cada una de ellas la integra dentro de su presupuesto diocesano, atendiendo a las normas propias de organización económica diocesana y a la adecuada cobertura de sus actividades pastorales y asistenciales.
Asimismo, el informe de la CEE recoge que el total de recursos adquiridos por todas las diócesis en 2019 superaron los mil millones de euros, gracias al reparto de la asignación tributaria, pero también a las aportaciones voluntarias de los fieles (335 millones de euros a través de colectas, suscripciones periódicas, etc.), ingresos del patrimonio y de actividades económicas (120 millones de euros) y otros ingresos corrientes (348 millones de euros).
Una actividad, la de las diócesis, que además es una fuente de generación de empleo. En 2019 se crearon 64.925 puestos de trabajo relacionados con este ámbito. De esta manera, la CEE recuerda en su estudio que, por cada empleado directo de la Iglesia católica, se generan 0,27 puestos de trabajo adicionales en la economía española.