La atroz mascarada del bozal: enfermarnos, someternos, destruir patrias, deshumanizarnos…
Por Luys Coleto.- Bozal, nada que ver siquiera remotamente con la salud. Los que no hemos llevado (ni llevaremos jamás) un bozal lo tenemos razonablemente claro desde el inicio de esta farsa. Pero es dable aclarar: no se necesita llevar mascarilla porque el mundo no es más tóxico ni peligroso de lo que lo haya podido ser siempre.
Bozal, clave para destruirnos psicológica y nacionalmente
El uso obligatorio de los bozales, además de una nueva agresión – otra más – a nuestra salud posee un nítido e innegable significado simbólico: es un símbolo de opresión y sumisión, además de un divertimento para los que, desde el poder y poderes que orquestan la presente farsa covid ven cómo el rebaño social que manejan, incluidos sus políticos y demás peones y marionetas y fantoches, llevan la marca (de la Bestia) de control que les han impuesto. Memento: los bozales son una marca, un símbolo y una herramienta para irte debilitando física y psíquicamente.
La adhesión al discurso del poder deviene mortífera fijación a lo que dice el poder: resultado de una sutil y brutal técnica de sumisión en la cual quienes llevan el peso de la carga del sometimiento son los individuos mismos que se someten. Auto-esclavitud. Es una aceptación del mismo hecho de verse “aprisionado” por el poder. El esclavo acata pastueño. Bozal esclavo, pues.
El uso de un trapo en la boca es colosal consentimiento de las poblaciones a su propia destrucción, es la aceptación del gesto de deponer nuestro cuerpo, como se deponen las armas. Signo de capitulación y rendición. El cuerpo debe desaparecer para que pueda aparecer la plandemia. Los individuos se convierten en soldados de la falsa pandemia, actores de su propia aniquilación.
E, indudablemente, la mascarilla es el símbolo de un progresivo desplome de las fronteras colectivas e individuales, de las fronteras que delimitan los Estados-Nación todavía (frágilmente) vigentes. Ciudadanos del mundo, todos embozalados. Sin distinción de patria, sexo, credo, raza….Mestizos y andróginos, sueño húmedo de las élites para su ganado.
Bozal: deshumanizados hacia el transhumanismo…y posthumanidad
Los políticos y otros vendidos – y alquilados varios -, dóciles, manseando con sus mordazas, serviles con sus amos (el mundo). Criminal representación circense. Y dato clave: la centralidad del uso del bozal reside en el hecho de que al recordarnos constantemente la irreal pandemia, esa imposición nos pone también constantemente bajo la mirada del poder, confiscando brutal y definitivamente, de esa manera, nuestra sacrosanta intimidad. Y, nuestra sagrada imagen. Propia imagen, diría la Constitución Española (art. 18)
Y propio de las macabras élites: la obligación del uso de la mascarilla nos trae eternamente de regreso al trauma. Condicionamiento por trauma. Bozal, fábrica de psicosis y deshumanización. Además el bozal deviene sacrilegio del cuerpo social e individual, “renunciando” a la condición humana y aceptando así el paso hacia el transhumanismo, previa llegada del posthumanismo, o el fin de la especie humana.
Para las genocidas élites somos perros exterminables con bozal
La revista The Economist, propiedad de la familia Rothschild recordemos. Sus gloriosas portadas, “vaticinan” lo que le va a ocurrir al mundo en los siguientes meses tras cada publicación. Parte del tenebroso juego que se tienen con nosotros. Las genocidas élites se descojonan con todas estas cosas, son muy de símbolos (preferentemente masónicos) y todas estas exhibiciones (de fuerza y poder) les encantan y se hallan salpimentadas por todas partes.
Marzo de 2020, portada. El prediseñado juego que se tienen con nosotros y cómo se ríen en nuestra cara. ¿Continúa sin estar suficientemente claro? Somos para ellos como sus perros con bozal. El gran gobierno, el Nuevo Orden Mundial que están imponiendo donde lo tienen todo bajo control: incluso a ti, siento decírtelo, que vas con el inútil bozal como paradigma de sumisión y de absoluto y/o parcial desconocimiento de la realidad que te ciñe.
Cada vez que te pones el bozal, recuerda que para alguien eres como un manejable y dócil chucho con bozal. Piensa, no lo dudes, que ese alguien se está riendo de ti y que esas personas van a acabar amargándote la vida hasta un punto que, con lo aprendido en el presente y psicótico modus operandi de la presente plandemia, ya deberías poder ir imaginando. Sobre todo, el tenebroso futuro que nos aguarda.
Bozal: deliberado ataque a la salud
Las mascarillas enfermarán gravemente a la gente, sea a corto o largo plazo. Eso es ciencia, lo otro es política y parte del plan. El uso continuado del bozal es un crimen contra la humanidad. Innúmeros perjuicios que ocasiona en nuestro sistema respiratorio por el nivel de CO2 “respirado”, impidiendo un correcto intercambio de gases de tu respiración. Este simple hecho, te ocasionará, a medio o largo plazo enfermedades de todo tipo, incluso cancerígenas. Y si le sumas el caldo bacteriano que se genera, la cosa deviene fiera.
Les interesa una sociedad enferma y cualquier enfermedad o muerte provocada por el uso continuado de los bozales (y de los matarratas transgénicos, vulgo vacunas), será atribuida, por supuesto, a nuevas y manipuladas cifras covid (“number games”), o a cualquiera de sus “creativos” y originales recursos: nuevas y falsarias cepas, espaciosa ampliación de “sintomatología”, “enfermedades” derivadas…
Las mascarillas son muy perjudiciales para la salud y no sirven, en absoluto, para proteger a nadie de un virus. El virus es tan minúsculo que los huecos o intersticios de las mascarillas no pueden impedir su fluido vagabundear bajo ningún concepto. Punto. Esto es ciencia. Lo demás es, como se dijo antes, (bio)política. Y, sobre todo, parte del plan. Sinsentido científico absoluto que solo demuestra, otra vez, que los bozales son un símbolo de sumisión y de control poblacional con el único fin de esclavizarnos y enfermarnos.
¿Te imaginas que todo fuera mentira?
La buena y mala noticia es que lo es. Es una farsa y los bozales son el Gran Símbolo del Poder (en la sombra) para testar, a golpe de vista, nuestra capacidad de obedecer sin rechistar e identificar rápidamente a quien proteste.
Presentada inicialmente como una medida temporal, hoy rebuznan que, a pesar de la “vacunación”, según el diabólico poder, el uso de la mordaza seguirá siendo necesario. Bozales para siempre, aterrador panorama. No lo consientan. Está en sus manos… En fin.
El pañal facial, símbolo de la ignomina intelectual, espiritual y moral de sus portadores… que son, oh causalidad, en un buen número, los que se la dan de progres, rebeldes y globalistas (el resto, la masa borreguil mononeuronal que va para donde sople en viento)
Así es. Los progres cosmopolitas son, según he comprobado entre colegas, familiares, vecinos y conocidos míos, los más bozaleros, los más telenoicos, los más covidiotas, los más serviles lacayos esclavos de los poderosos, como escribe el siempre valiente y lúcido Luis Coleyo, y los más propensos a denunciar a los pocos hombres libres de pensamiento y del bozal que quedan.
Exacto… Los hay de todas las clases de progres (desde los que realmente se han tragado esta farsa hasta la campanita y viven bañados en alcohol hasta los que no compran esta payasada sanitaria pero sienten placer ante el Estado “protector” y avasallador de libertades)… sin embargo algo los mancomuna: la incultura (porque es gente carente de cultura general, la cual reemplazan con ideología), la falta de escrúpulos, la hipocresía y una moral ausente sin aviso. Lo que se dice gente de mierda con todas las letras.-