Estado del Gobierno
FP.- En año y medio de desastre y desbarajuste, de propaganda y falsedad asfixiante y de acumulación de tragedia sanitaria y desplome económico, los españoles estamos ante una temporada intensa con un país dañado en todos los parámetros cuyo único causante de acrecentar a peor cada problema que ha ido surgiendo, es el Gobierno de Sánchez.
La pandemia, la economía, Cataluña, las pensiones, la deuda pública, el déficit presupuestario, el desempleo, las tensiones sociales, el descrédito de las instituciones, las relaciones entre los poderes del Estado, nuestra presencia en Europa y el mundo, las inversiones públicas, el ahorro privado, la fortaleza de nuestras exportaciones, la capacidad productiva, la modernización de infraestructuras, cada gran elemento que constituye la base de la estabilidad para la prosperidad está en cuestión.
Esta última etapa de legislatura España la afronta con un Gobierno cuyo socio de referencia ha salido huyendo y cuyos colaboradores parlamentarios están agarrotados por la parálisis crónica que padece Cataluña, tras el golpe de estado del uno de octubre.
El Gobierno propone un debate sobre el estado de la nación, y realmente debería proponer un debate sobre el estado de la coalición.
Todos los problemas del país tienen solución o al menos posibilidad de solución si Sánchez y compañía dejaran la dirección ejecutiva de la Nación. No hay duda.
Debería proponerse en el Congreso un debate sobre qué ha hecho y deshecho un gobierno fallido, y que modelo de gobernanza urge en la España de hoy.
Siempre la certidumbre es clave ante cualquier reto, pero en la situación general que se vive es insoslayable. La inseguridad endémica que genera quien gobierna es la peor opción para afrontar con garantías los próximos meses.
La matemática parlamentaria impide una moción de censura, pero al menos, en el debate que se suscite, debe quedar en evidencia que hay otra forma de gobernar y es justo la contraria al actual Gobierno y su Presidente.