¿Quién se beneficia del nuevo significado de la palabra pandemia?
José Miguel Alvarado Atienza.- Recorte de derechos y libertades, toque de queda, arrestos domiciliarios, estado policial, ruina económica, mascarilla obligatoria, aislamiento social… ¿Le parecen justas y proporcionadas las medidas que se han adoptado con la excusa de combatir la pandemia del Sars-Cov-2?
Antes de responder a esa pregunta conviene tener en cuenta que en mayo de 2009 la OMS modificó el significado de la palabra pandemia. Antes de ese cambio el término se definía como “infección por un agente infeccioso, simultanea en diferentes países, con una mortalidad significativa en la población infectada”.
En la nueva definición se eliminó la característica de mortalidad significativa, por lo que a partir de entonces bastaba que un agente infeccioso estuviese presente simultáneamente en varios países para catalogarlo como pandemia.
Debido a ese cambio de definición un mes después, en junio de 2009, estalló la insignificante pandemia de la gripe A (H1N1) que produjo un total de dieciocho mil quinientas bajas (la gripe común causa al año a 650.000).
Entonces como ahora la industria farmacéutica y los políticos trataron de hacer creer a la población que existía un gran peligro y que era necesario inyectarse unas vacunas en fase de experimentación en las que se gastó muchísimo dinero.
Pero al no controlar todavía la totalidad de los medios de comunicación algunos periodistas denunciaron la psicosis, el alarmismo y el pánico interesados, como los referentes de la izquierda Iñaqui Gabilondo y Mercedes Milá.
A esa pequeña disidencia se le sumó la denuncia que Jane Burgermeister interpuso contra el laboratorio Baxter por haber distribuido (poco antes de darse a conocer el primer caso de gripe A) setenta y dos kilos de vacunas que contenían virus íntegros (sin atenuar) de la gripe aviar H5N1.
Tal conjunción de factores dio al traste con la falsa alarma, y hasta el presidente del Comité de Salud del Consejo de Europa denunció la complicidad de la Organización Mundial de la Salud con la industria farmacéutica en el fraude. No obstante ni las grandes farmacéuticas reembolsaron el dinero recibido, ni indemnizaron a las víctimas de sus vacunas experimentales ni se devolvió la definición de pandemia a su estado original.
Bien, pues diez años después, el 11 de marzo de 2020, la OMS calificó al Sars-Cov-2 como pandemia por el simple hecho de que ese agente infeccioso se había extendido por varios países… sin tener en cuenta su grado de mortalidad.
Admitiendo las cifras oficiales en el primer año la covid-19 causó en España alrededor de 58.000 muertos, en su gran mayoría ancianos o personas con enfermedades previas. Recordemos que anualmente muere esa misma cantidad de personas en este país por consumo de tabaco, 110.000 por cáncer y 83.000 por enfermedades del corazón.
Como podemos ver, de seguir vigente la antigua definición, la covid-19 NO sería una pandemia y, por tanto, NO habría motivo para tanta alarma ni para tanto recorte de libertades que ponen en peligro la salud y la economía. ¿Por qué, entonces, se están aplicando esas políticas dictatoriales, insalubres y ruinosas?
Buena pregunta, pero quizá sea más acertado hacer como los romanos clásicos y formular la cuestión “Qui Prodest”, ¿quién sale ganando de esta “neopandemia”?
En primer lugar los banqueros, los fondos buitre (Black Rock, Vanguard…) que van a hacerse con el monopolio del mundo concediendo prestamos a las naciones arruinadas y embargando los bienes de las que no puedan pagar sus deudas.
Y en segundo lugar las grandes farmacéuticas que controlan la OMS (las mismas que modificaron el significado de la palabra pandemia en 2009), que se harán de oro vendiendo “vacunas” pseudo obligatorias que deberán inyectarse una o dos veces al año y estarán exentas de responsabilidad en caso de que esas “vacunas” en fase de experimentación produzcan efectos adversos.
Bueno, ya sabemos quién se beneficia. ¿Por qué, entonces, los periodistas no lo denuncian? Porque todos los grandes medios de comunicación ya son propiedad de los banqueros… al igual que las grandes farmacéuticas que controlan la OMS.
¿Y no es la mafia de la usura quién perdona las deudas a los partidos políticos y, tras su mandato, enchufa a los gobernantes en los consejos de administración de esas grandes empresas?
Sí, por lo que convendría contrastar su “información” en la revista Discovery Salud, por ejemplo, y en los canales de Telegram t.me/biologosporlaverdad y t.me/apellidoobligatorio (que es el mío).
Cuando uno se informa en medios independienes y ata cabos se da cuenta de que, tras haber sometido a nuestros poderes políticos, mediáticos, judiciales, de orden público y militares, la élite sionistamasónica nos ha soltado este virus PCR-mediático para robarnos las democracias, genodicarnos y someternos a la dictadura comunista que exige la Agenda 2030. Lo están consiguiendo porque la mayoría de la gente sigue engañada, suplicándoles esas letales inyecciones transgénicas y enfrentándose a la gente no manipulada que trata de informarla
A leerse las profesías, que van haciendo mas sentido que la prensa
Un sistema totalitario, de corte comunista, en cuánto a que todo el dinero es del Estado, y todos acabamos trabajando para ser explotados pagando cada vez más impuestos, y que han suprimido reducido todos nuestros derechos.
Así de claro.