Podemos se desmarca del Gobierno para apoyar el referéndum del Sáhara en plena crisis diplomática
Ante una de las crisis migratorias más importantes de la historia reciente de nuestro país, Unidas Podemos vuelve a dar la espalda a la línea oficial marcada por Moncloa, en este caso en relación con el debate sobre el referéndum de autodeterminación del Sáhara.
En este sentido, la formación morada ha pedido al Gobierno de España no ceder antes los “chantajes” de Marruecos y ha pedido “la libre determinación para el pueblo saharaui”, tal y como ha pedido este miércoles Idoia Villanueva, eurodiputada y secretaria Internacional del partido morado.
También ha demandado un cambio de rumbo en la política migratoria de la UE para “no permitir que Marruecos y la extrema derecha cobarde y servil” utilicen a personas “para chantajear y difundir un discurso de odio”. De esta forma, ha demandado “acabar con unos acuerdos migratorios que son la vergüenza de Europa”. Villanueva ha criticado que Marruecos haya decidido utilizar “a personas y familias en una situación de extrema vulnerabilidad”, a sus propios ciudadanos, para “ejercer presión” y “generar tensiones políticas”.
Esta reclamación, de la principal formación de apoyo a la coalición, se produce en un momento de máxima tensión, marcada por la presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en España. “Nosotros siempre hemos tenido una postura clara y que mantenemos: la necesidad de libre determinación para el pueblo saharaui como lo define el Derecho Internacional”, ha explicado la eurodiputada de Podemos.
En esta dirección, Unidas Podemos está manteniendo una especie de distanciamiento complejo respecto a la crisis en Ceuta, sobre todo en su lado gubernamental, que deja llevar la voz cantante al ala socialista. Pero las palabras de Villanueva han resonado en el Palacio de la Moncloa, que ahora mismo pide lealtad a la formación morada ante una de las crisis migratorias más importantes de las últimas décadas, a pesar de que la consulta está recogida en el punto 118 del programa electoral de Podemos.
No es la primera vez que vemos cierta crispación entre el Partido Socialista y Unidas Podemos en el seno del Gobierno de coalición por materia internacional. El pasado mes de marzo, cuando el muelle canario de Arguineguín colapsó. En aquel momento, todavía con Pablo Iglesias en la Vicepresidencia del Gobierno, se volvió a reivindicar su apoyo al Frente Polisario y tensó la relación diplomática de España y Marruecos, horas antes de que Fernando Grande-Marlaska viajara a Rabat.
La realidad es que Unidas Podemos sigue estirando el chicle y mostrando cierta división, entre la parte gubernamental y el lado partidista. La vicepresidenta tercera y líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, quiere mantener un perfil bajo debido a la gravedad y a la situación del conflicto, ya que son varios países e instituciones comunitarias involucradas.
Por su parte, Podemos como partido sigue reivindicando sus principios programáticos, pero utilizan a portavoces del partido sin peso en la cúpula gubernamental. En esta dirección la ministra de Asunto Sociales y futura número uno de Unidas Podemos, Ione Belarra, ha apoyado la postura de Díaz, aunque ha señalado que se debe seguir trabajando en la búsqueda de una solución: “Llevamos trabajando desde el primer minuto para dar una salida a esta crisis que tenga como eje fundamental el cumplimiento de los derechos humanos, es una crisis aparentemente migratoria, pero detrás hay otra diplomática y claramente humanitaria”.
De esta manera ha querido evitar un choque con sus socios de Gobierno como el que protagonizó Pablo Iglesias hace dos meses con la crisis migratoria en Canarias a causa de las “devoluciones en caliente”, hecho que sirvió para volver a mostrar el apoyo de la formación al referéndum de autodeterminación en el Sáhara.
Por su parte, en el núcleo duro del Gobierno siguen pensando que el peor momento de la crisis diplomática con Marruecos ha pasado, después de ver que las autoridades marroquís han vuelto a ejercer el control fronterizo, aunque defienden que hay que esperar unas jornadas para ver si la situación se calma completamente. En Moncloa consideran que el papel de Bruselas ha sido clave en este relajamiento y buscan ceder a “canales diplomáticos” más discretos las negociaciones y relaciones futuras con el Gobierno marroquí. Por eso, en estos momentos, un conato de apoyo al referéndum en el Sáhara Occidental desde el Consejo de Ministros saben que no sería adecuado.