Guerra cultural: Los socialistas ven a los ciudadanos como súbditos naturales
EA.- El mundo ha avanzado y con él los sistemas políticos. También ha avanzado la manera en que los autoritarios buscan mantenerse en el poder. En el cuarto episodio de Culture War, Emmanuel Rincón nos habla de cómo los seres humanos han avanzado en su historia y cómo la libertad jugó un rol fundamental en el desarrollo de las sociedades. Hoy, nos dice, peligra por aquellos que ven a los ciudadanos como súbditos.
Emmanuel nos explica que este sistema de libertades, que permitió el desarrollo de los ciudadanos, ha sido coartado por dirigentes que creen ser alguna autoridad divina a la que sus ciudadanos deben obedecer y rendir pleitesía.
«Con el paso del tiempo las sociedades han ido experimentando más cambios. Y allí donde hay plenas libertades y cada individuo encuentra el valor agregado que pueda aportar para generar riquezas para sí mismo y su gente, han mejorado la calidad de vida de sus integrantes», dijo Rincón.
También indicó que los socialistas y colectivistas de la actualidad, afianzados en el pensamiento único, se consideran una especie de seres superdotados que tienen no solo el deber, sino también el derecho de dirigir sociedades compuestas por ciudadanos «incapaces» de valerse por ellos mismos.
«La historia está cargada de errores que han permitido a las generaciones futuras ir adquiriendo conocimientos para evolucionar. No obstante, en las últimas décadas han surgido movimientos ideológicos antiliberales, cuya finalidad es, precisamente, reescribir la historia para borrar los patrones de aprendizaje y llevar a la humanidad a sistemas políticos monopensantes, donde un ente gobernante impone una ley arbitraria sobre el resto de la sociedad».
Culture War sobre el control del poder
Para Rincón, los socialistas son los monarcas del pasado, con la diferencia de que en aquellos tiempos la monarquía se imponía a la fuerza. Mientras que en la actualidad, los socialistas quieren acumular el poder, pero ya no por la fuerza, sino a partir de “buenas intenciones” y de redistribuir las riquezas.
Para finalizar, sostuvo que el socialismo/progresismo no se preocupa por el bienestar de las sociedades, sino que solo utilizan este argumento para avanzar y mantener su control político en ciudadanos que creen que deben tener la ayuda del Estado para sobrevivir.
«No son seres empáticos a los que les importa el estado de la gente. Son personas que consideran al resto de la población como sus súbditos naturales, un colectivo tonto al que puede manipular para cumplir sus objetivos y así apropiarse de las riquezas de todos los privados».