Si no es una democracia ¿qué es?
Cuando el Gobierno, a través de alguno de sus monigotes, dice que Cuba no es una democracia, está queriendo decir que es una dictadura. Pero sin decirlo. Alguien desde la cúspide ha dado la consigna: aquí no se dice abiertamente que es una dictadura porque no nos conviene, pero decimos que no es una democracia y a buen entendedor buenas palabras y tal y tal.
¿Qué ocurre, entiendo yo? Que la parte más civilizada del Consejo de Ministros confía en que España, cuidando ciertas formas, pueda jugar un papel estratégico en una crisis aparentemente demoledora a la que pueda abocarse el desastre comunista que lleva sesenta años devorando a sus propios hijos. Solo en ese caso, merced a una estrategia de país destinada a salvaguardar los intereses españoles en la isla, cabe entender las posturitas aparentemente idiotas de un ministro tras otro. Si el pútrido sistema cubano fenece por presión de sus hastiadas bases, España puede jugar un papel que, a ojos vista de nuestra historia, resulta imprescindible. La reconstrucción de ese corral demolido que es la isla, que en su día fue uno de los países punteros de América y de medio mundo, solo podrá realizarse desde dentro. Una invasión de cualquier tipo no solo es indeseable, sino que es impensable. El poder, fuertemente atado al comunismo oficialista, será cedido pero difícilmente arrebatado: temo equivocarme, como tantas veces, pero un final a lo Ceaucescu creo que no es contemplable.
Cuando desaparezca Raúl, nonagenario, la marea insurrecta será cada vez más difícilmente vencible, tal como escribí hace tres semanas, pero aún así deberá contar con colaboración de elementos internos del régimen, bien del Ejército, bien del Minint, si quiere conseguir cualquier cosa. Y eso no es contemplable porque gozan de todos los privilegios, son muchos, y tienen las armas. Los manifestantes cubanos solo tienen hambre y algún palo, pero los fusiles los tienen los que llevan viviendo ampulosamente, tanto en lo ideológico como en lo material, desde hace años.
El mundo girará su cabeza hacia la isla como lo hizo en el 94 a raíz de la crisis de los balseros: parecía que se hundía un país, metido de hoz y coz en una crisis pavorosa… pero Fidel resistió, gracias, entre otras cosas, a todos los idiotas que andan sueltos por el mundo celebrando sus supuestas hazañas (esas que no están dispuestos a compartir con él) y gracias a los políticos de izquierda que siempre encuentran una excusa para justificar sus barrabasadas. Fidel ya no está, y en su lugar ha acampado en el poder una generación que no ha sabido capear un virus ni la desgracia de que sus mantenedores, como Venezuela, estén aún peor que ellos. Todo se derrumba. Y con Cuba, se derrumbará el cuento de los iberoamericanos peronistas y socialistoides. En ese momento es cuando España debe estar ahí; no se sabe muy bien cómo, pero debe estar ahí incluso a través de un Gobierno estólido como el de Sánchez. De ahí que digan bobaliconamente que no es una democracia. Sin decir que es una dictadura. En fin, no sé.
Cuba, como Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, y algunos otros paises que todo el mundo se puede imaginar, son dictaduras comunistas hereditarias. El peor régimen que ha existido nunca jamás en la historia de la humanidad. Por tanto a disfrutarlas esos que tanto las aman. Para quien no lo sepa, España es el único lugar del mundo, donde el comunismo intento parasitar lo y fracaso, en el resto del mundo el comunismo siempre ha triunfado. Eso si nos costo una guerra y medio millón de muertos. Algo parecido con el islam y los 8 siglos de reconquista. Algo tendremos. Saludos… Leer más »