¿Por qué los títulos universitarios están perdiendo su valor?
Peter Clark.- La función de señalización que tienen los títulos universitarios puede haber sido distorsionada por el fenómeno conocido como inflación de credenciales.
El concepto de inflación (la depreciación del poder adquisitivo de una determinada moneda) se aplica a otros bienes además del dinero. La inflación está relacionada con la Ley de la Oferta y la Demanda. A medida que aumenta la oferta de un bien, su valor disminuye. A la inversa, a medida que el bien se vuelve más escaso, su valor aumenta. Este mismo concepto se aplica también a los artículos tangibles, como las barajitas de béisbol antiguas y las obras de arte raras. Se trata de bienes únicos que no pueden reproducirse auténticamente y, por tanto, tienen un alto valor en el mercado. En cambio, las barajitas producidas en masa y las réplicas de la obra de Monet son abundantes. Por lo tanto, tienen poco valor en el mercado.
La inflación y el principio opuesto de la deflación también pueden aplicarse a los bienes intangibles. Cuando se observa el mercado laboral, esto resulta bastante evidente. Los puestos de trabajo que requieren habilidades raras o excepcionales tienden a pagar salarios más altos. Sin embargo, también hay diferencias compensatorias que surgen debido a la naturaleza arriesgada o poco atractiva de los trabajos no deseados. Los salarios más elevados se deben a la falta de trabajadores dispuestos a aceptar el puesto y no a la posesión de habilidades que están en demanda.
La función de señalización de los títulos universitarios
En las dos últimas décadas, la concesión de credenciales de valor laboral intangible se ha hecho más frecuente. Las credenciales pueden ser desde títulos universitarios hasta certificaciones profesionales. Una de las formas más comunes de acreditación es el título universitario de cuatro años. Esta categoría de documentación del capital humano ha evolucionado hasta asumir una función alternativa.
Salvo algunas excepciones notables, un título universitario cumple una función de señalización. Como sostiene el profesor de economía de George Mason, Bryan Caplan, la función de un título universitario es principalmente la de señalar a los posibles empleadores que un solicitante de empleo tiene características deseables. Obtener un título universitario es más un proceso de validación que de desarrollo de habilidades. Los empresarios desean trabajadores que no sólo sean inteligentes, sino también cumplidores y puntuales. La premisa del modelo de señalización parece estar validada por el hecho de que muchos graduados no utilizan sus títulos. De hecho, en 2013; sólo el 27% de los graduados tenía un trabajo relacionado con su especialidad.
Dado que los títulos universitarios tienen una importante función de señalización, se ha producido un aumento sustancial en el número de solicitantes de empleo que poseen un título de 4 años. Las tasas de retención de las instituciones de 4 años alcanzaron un máximo histórico del 81% en 2017. En 1940, 4.2 millones de estadounidenses tenían un título universitario de 4 años. Hoy en día, 99.5 millones de estadounidenses han obtenido un título de grado o superior. Estas cifras demuestran el fuerte aumento del número de estadounidenses que obtienen títulos universitarios.
En la actualidad, casi el 40% de los estadounidenses tienen un título de cuatro años. Teniendo en cuenta el enorme aumento de la asistencia a la universidad y de su finalización, es justo preguntarse si un título universitario ha conservado su “poder adquisitivo” en el mercado laboral. Muchos datos parecen indicar que no es así.
¿Qué es la inflación de credenciales?
La función de señalización de los títulos universitarios puede haberse visto distorsionada por el fenómeno conocido como inflación de credenciales. La inflación de credenciales no es más que “… un aumento de las credenciales educativas requeridas para un trabajo“.
Muchos puestos de trabajo que antes no requerían más que un diploma de bachillerato ahora sólo aceptan candidatos con títulos de grado. Este cambio en las preferencias de credenciales entre los empleadores ha convertido el título de 4 años en el estándar mínimo, no oficial, de los requisitos educativos. Este hecho se plasma en las elevadas tasas de subempleo entre los titulados universitarios. Aproximadamente el 41% de todos los recién graduados están trabajando en empleos que no requieren un título universitario. Resulta chocante si se tiene en cuenta que el 17 por ciento de los empleados de hotel y el 23.5 por ciento de los asistentes a parques de atracciones tienen títulos de cuatro años. Ninguno de estos trabajos han requerido tradicionalmente un título universitario. Pero debido a un mercado de trabajo competitivo en el que la mayoría de los solicitantes tienen títulos, muchos recién licenciados no tienen medios para distinguirse de otros posibles empleados. Así, muchos recién licenciados no tienen otra opción que aceptar trabajos mal pagados.
El valor de un título universitario ha bajado debido al gran aumento del número de trabajadores que poseen títulos. Esta forma de desvalorización imita el efecto de imprimir más dinero. Siguiendo la Ley de la Oferta y la Demanda, cuanto mayor es la cantidad de una mercancía, menor es su valor. Las hordas de orientadores y padres que instan a los niños a ir a la universidad han contribuido sin duda al problema. Sin embargo, las políticas públicas han servido para amplificar este problema.
Diversos tipos de programas de préstamos, becas del gobierno y otros programas han incentivado a un mayor número de estudiantes a cursar carreras universitarias. Las políticas que hacen que la universidad sea más accesible -propuestas de “universidad gratuita”, por ejemplo- también devalúan los títulos. Un mayor número de personas que asisten a la universidad hace que los títulos sean aún más comunes y se deprecien más.
Por supuesto, esto no quiere decir que los estudiantes brillantes con aspiraciones a una carrera en los campos *STEM deban evitar la universidad. Pero para el estudiante promedio, un título universitario puede muy bien ser una mala inversión y obstaculizar su futuro.
Contraer grandes deudas para trabajar por un salario mínimo no es una decisión inteligente. Ante las políticas y la presión social que han convertido la universidad en la norma, los estudiantes deberían reconocer que un título universitario no lo es todo. Si los estudiantes se centraran más en la obtención de habilidades comercializables que en las credenciales, podrían encontrar una forma de destacarse en un mercado laboral inundado de títulos.
La razon principal por la que los titulos universitarios ya no sirven para nada es que desde 1978 las universidades se han ido llenando de profesores comunistas que regalan los titulos a otros comunistas, las empresas importantes del sector privado lo saben y por eso no contratan a comunistas aunque tengan muchos “masters”. Otra razon son los pinganillos de radio, ademas de los comunistas hay muchas otras sectas de golfos que como no son comunistas no pueden pedir que les regalen los titulos y tienen que echar mano del pinganillo de radio para copiar en los examenes. Desde hace decadas… Leer más »
Tengo tres carreras, varios posgrados, y he sido profesor universitario, y tiene usted mucha razón en todo lo que dice…
Item más, las universidads privadas se han convertido en un gigantesco coladero, pues allí los alumnos no son estudiantes, sino clientes, y ya sabemos que el cliente siempre tiene razón.
¡Y si el profesor le suspende, resulta obvio que la culpa es del profesor, y no del cliente, que, repito, siempre tiene razón!
Están perdiendo valor porque han abandonado su función que es el verdadero conocimiento, sesgado por la intervención de factores extraños, la formación intelectual que está hoy bajo la sombra del sectarismo, su ineludible compromiso con la verdad… Pero, qué importa eso si cosas mucho más importantes también han sido groseramente devaluadas como, sobre todo la maternidad, si la niñez ha dejado de tener esa condición angelical que es la inocencia, si el honor no preside nuestra vida, si la dignidad está en venta, si el descarnado individualismo ha impuesto su ley, si hemos preferido la sumisión a la resistencia…… Si… Leer más »
Cierto, me resulta muy chocante cómo desde los tiernos años de mi infancia hasta la actualidad he escuchado a 4 generaciones hablar de su visión de la vida y de lo que era censurable o no: La más antigua veía bien el castigo duro para la educación y el comportamiento ante la vida, pues tenían una fuerte adherencia a sus creencias, la siguiente generación pensaba que no era para tanto y que no era necesario tanto castigo, la generación posterior pensaba que el castigo ya no era necesario, y la generación actual piensa que el castigo es motivo de rebeldía… Leer más »
Es que han ido imponiendo ese relativismo atroz que nos degrada.
Y si a ello unimos la “invasión” de los bárbaros, la mayoría indocumentados, sin estudios ni formación la mayoría de ellos, sin un sistema de valores como el nuestro, etc., pues apaga y vamonos.
Hay 2 motivos bien claros..1. El bajo nivel de enseñanza y 2. Las curriculas estupidas
Hay 2 motovos bien claros.1. El bajo nivel de enseñanza y 2. Las curriculas estupudas
He leído que Irene/Irena o Ireno MONTERO, ella que nada sabe, ¡quiere ser profesora universitaria!
Ni ella podría llegar a nada más alto, ni la universidad receptora a nada más bajo…
Y habida cuenta de que las universidades públicas están en manos de los comunistas, NO TENGO NINGUNA DUDA DE QUE SERÁ PROFESORA UNIVERSITARIA CÁNDO DEJE DE SER MINISTRA.
¿Profesora de follología y letras…?
Porqué la mayoría de las universidades españolas, públicas y privadas, son una puta mierda, así de claro.
Y no hay exigencia, un nivel mínimo de conocimientos y formaciónh exigible, etc., luego pasa lo que pasa: muchos títulos universitarios sólo acreditan que no acreditan nada, y que tienen a un jumento por “acreditado”…