Joe Biden tuvo el doble de muertes por COVID en 2021 que Donald Trump en 2020, a pesar de disponer de vacunas
Después de criticar brutalmente a Donald Trump en la campaña del 2020 por su supuesta “mala” gestión de la pandemia, Joe Biden hoy ostenta una cantidad de muertes por COVID-19 considerablemente mayor, a pesar de disponer de vacunas, sistemas de monitoreo, abundancia de respiradores y hospitales a plena capacidad.
Cuando finalizó la campaña del 2020, Trump ostentaba 232.295 muertes por COVID-19, según datos de la CDC. Teniendo en cuenta que la pandemia había empezado en marzo, si tomamos los primeros 8 meses de Biden al frente de la Casa Blanca, sus números son horroríficos: entre enero y septiembre del 2021, 410.475 murieron por COVID-19, casi el doble.
Si tomamos todo el mandato de Trump desde que comenzó la pandemia, que concluyó el 20 de enero del 2021, 356.783 estadounidenses fallecieron a causa del COVID-19. Si tomamos todo el mandato de Biden hasta la fecha, murieron 418.085 personas, una diferencia importante si se considera todas las ventajas que tenía el demócrata para enfrentar el virus.
La diferencia en la cantidad de contagios es incluso más impresionante. Trump tuvo 20.626.102 casos en Estados Unidos, y Biden tuvo 39.141.199, prácticamente el doble. Si bien la vacuna no previene el contagio, si debería haberlo disminuido, pero la realidad es muy distinta.
Esta comparación cruda es necesaria porque Trump perdió el voto popular en las elecciones del 2020 bajo la premisa instalada en la población por los medios que su gestión de la pandemia había sido mala. En aquél momento no había con quién compararlo, y la prensa logró convencer a los votantes de esta mentira.
Hoy, tenemos exactamente la misma cantidad de tiempo para comparar entre la gestión republicana y la gestión demócrata, y los datos muestran que la segunda fue desastrosa.
Durante la presidencia del popular presidente republicano, el país solo atravesó una cuarentena federal en abril del 2020, y luego Trump decidió reabrir la economía. Sin embargo, múltiples gobernadores demócratas lo desafiaron e impusieron sus propias cuarentenas estatales.
Durante el primer año del gobierno de Biden, continuaron las cuarentenas en los Estados demócratas, y solo fueron abriendo a medida que bajaba la cantidad de casos promedio semanal, reinstaurandolas cuando este número subía.
Por su parte, los Estados republicanos se mantuvieron abiertos durante todo el gobierno de Trump, excepto por el mes de abril cuando se impuso el “lockdown” federal, y continuaron abiertos durante el gobierno de Biden.
Por su parte, el presidente demócrata impuso el uso del barbijo obligatorio y la vacunación obligatoria, por lo que se puede descartar que hayan habido más restricciones sanitarias durante el gobierno de Trump y por eso el número fue menor.
Durante el gobierno de Trump, se realizó un masivo esfuerzo nacional para producir respiradores, medicamentos, y todo tipo de tratamientos para afrontar la enfermedad. El gobierno federal subsidió el suero Regeneron y otros tratamientos basados en anticuerpos monoclonales (mAbs), por lo que hospitales en todo el país pudieron ofrecer a precio accesible esta droga.
Biden eliminó todo este plan en la primera semana en la Casa Blanca. Todo el presupuesto destinado a lo previamente mencionado se recortó o se eliminó completamente, y se redirigió todo este dinero a la vacunación.
Aquí está la razón principal de por qué Biden tuvo casi el doble de muertos y contagiados que Trump en los primeros ocho meses de gobierno: el demócrata puso todas las fichas en las vacunas, que resultaron no tener la eficacia prometida, y no frenaron los contagios ni las hospitalizaciones. Los tratamientos que Trump había autorizado y subsidiado resultaron mucho más eficaces a la hora de salvar pacientes en estado grave que esperar que la inmunidad que otorgó la vacuna.
Las políticas de Biden también causaron enormes problemas en la cadena de suministros en todo el país, lo que llevó a muchos hospitales sin la medicación para hacer los tratamientos que hacían sin problemas en 2020.
Desde la Casa Blanca, la portavoz del gobierno, Jen Psaki, ha argumentado ante esta pregunta que “la gente se ha vuelto más irresponsable a la hora de cuidarse del Covid“, y que por eso hubo más contagios, al tiempo que aseguró que las distintas variantes, entre ellas la delta y ómicron, fueron más letales que la cepa del SARS-CoV-2 original, y que por eso hubo más muertes, algo que no condice con la realidad.
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