¡Qué gran descubrimiento pedagógico! La Junta de Andalucía cree que es bueno que los alumnos de Primaria sepan leer
Pedro de Tena.- Aunque parece una broma, la Junta andaluza que preside José Antonio Griñán parece haber comprendido que aprender a leer es algo fundamental para la educación de las personas y que no puede ser algo opcional, sino que debe ser obligatorio. Andalucía, que tiene el peor nivel educativo de España según diferentes informes del propio Ministerio, en verano de 2011, ha recibido una instrucción de su gobierno que ordena leer en Primaria porque la lectura, dice en la misma, además de ser clave para aprender, abre las puertas a nuevos conocimientos. Vea las instrucciones aquí.
Esta noticia difundida por agencias conduce a la pregunta de si la lectura de la enseñanza primaria andaluza hasta ahora era opcional o si aprender a leer o no dependía de la voluntad del profesor, del director o de la propia Junta.
Lo cierto es que a partir del próximo 112 de septiembre, que empieza el nuevo curso escolar, todos los alumnos de Educación Primaria tendrán que dedicar una hora diaria a la lectura. Y además, la Junta ha señalado la obligatoriedad a partir de ahora de leer en todas las asignaturas de la Enseñanza Secundaria.
En el texto remitido a los centros por la Consejería que dirige Francisco Álvarez de la Chica, se avisa a los centros escolares de que “la inspección educativa velará por el cumplimiento” de esta instrucción y, por tanto, de la hora de lectura diaria y obligatoria.
Si ahora se pretende situar a la lectgura en un lugar primordial de las actividades escolares, el problema es conocer en qué lugar ha estado situada en las últimas décadas y si esta laxitud es responsable del fracaso escolar, uno de los más altos de España.
A partir de ahora, los profesores procurarán, según estas instrucciones, proporcionar a los alumnos diferentes tipos de texto, “tanto de carácter literario como periodístico, divulgativo o científico, adecuados a la edad” de los estudiantes e “incluirán debates dirigidos e intercambios de experiencias en torno a lo leído, así como la presentación oral y escrita de trabajos personales del alumnado o de grupo”.
En el Bachillerato, se ordena desarrollar esta “competencia en comunicación lingüística” con actividades que “estimulen el interés y el hábito de la lectura y la capacidad de expresarse correctamente en público” y habrá que enseñar a hablar en público, además estimular el interés por la lectura
Por si fuera del horario lectivo los profesores y los estudiantes quieren implicarse más, tienen la posibilidad de hacerlo, junto a las familias, en lo que la Junta denomina “comunidades lectoras”, que se crearán con objeto de favorecer el hábito lector fuera del contexto escolar. A ellas podrán sumarse “los municipios y entidades y personas del entorno escolar, para lo que podrán organizarse actividades formativas y de extensión cultural, tanto en el horario lectivo como en el dedicado a las actividades complementarias y extraescolares”.
Y todo ello, recalca la Administración educativa, para que los alumnos, desde las edades más tempranas, aprendan a desarrollar “estrategias” que les faciliten la comprensión de lo que leen, algo “básico para todo el período escolar y para la totalidad de la vida”. Su intención es “evitar un deficiente aprendizaje lector y una mala comprensión de lo leído que, sin duda, abocan a los alumnos al fracaso escolar y personal”.
También sería bueno que los vicepresidentes de España y ministros supiesen leer, además de enseñar a los de primaria, pero enseñar ahora a los Chaveses, Felipes, Malenis, Trinis, Bibis etc, es complicado, mejor sacarlos del poder sin más y si pueden devolver lo afanado mucho mejor.
Lo ideal sería que España fuese gobernada por gente con algún tipo de estudios y que supieran leer y esscribir. Esa es mi opinión que sé que no cooincide con la de millones de progresistas hipanos.
Pero sí coincide con la mía.
Vivo en Andalucía desde mi infancia.
En lugares de lectura en público hace años que los adultos jóvenes no saben leer oraciones gramaticales y solo leen renglones escritos, con fracaso de entonación.
Aparte de no saber leer, y tener dificultades para interpretar la lectura, es posible que exista una influencia negativa desde los medios de difusión y comunicación social donde numerosos profesionales utilizan un lenguaje muy incorrecto con gran frecuencia.