Un hombre biológico gana el premio a la mejor “actriz” dramática de los Globos de Oro
NBC News informó de que la ceremonia anual de entrega de premios, que este año no fue televisada, recayó en Michaela Jaé “Mj” Rodríguez, de 31 años, un hombre biológico que se identifica como mujer, por su trabajo en el drama de salón LGBT de FX, Pose, un programa conocido por su gran número de miembros transgénero del reparto.
¡Vaya! ¡Estás hablando de un regalo de cumpleaños enfermizo! Gracias!” Rodríguez reaccionó en las redes sociales. “Esta es la puerta que va a abrir el lugar a muchos más jóvenes con talento. Verán que es más que posible. Verán que una joven latina negra de Newark, Nueva Jersey, que tenía un sueño, para cambiar las mentes de los demás, lo haría CON AMOR. EL AMOR GANA. A mis jóvenes bebés LGBTQAI ESTAMOS AQUÍ la puerta está abierta ahora llega a las estrellas!!!!!”
Pose lleva en cartelera desde 2018 pero anteriormente pasó desapercibida para el reconocimiento de los premios, lo que otros miembros del elenco insinuaron previamente como una forma de discriminación.
“Necesito que entiendan que estoy muy cansada, los que me conocen saben que no solo trabajo en la pantalla o detrás de ella, sino que trabajo sin descanso para que nuestra sociedad valore las vidas trans y las vidas trans negras”, se quejaba entonces la actriz Angelica Ross. En un tuit borrado desde entonces, la coprotagonista Indya Moore acuñó el término “disonancia cognitiva” para “las personas trans que no son honradas en un programa sobre personas trans que crearon una cultura para honrarnos a nosotros mismos porque el mundo no lo hace”.
Rodríguez es el último ejemplo de hombres aquejados de disforia de género que reciben reconocimientos públicos como mujeres a pesar de no serlo. Otros ejemplos son la concursante de Jeopardy Amy Schneider, la nadadora de la Universidad de Pensilvania Lia Thomas y la secretaria adjunta de Salud y Servicios Humanos (HHS) Rachel Levine.
Este tipo de exhibiciones de alto nivel desencadenan habitualmente fuertes discusiones entre los activistas LGBT y los estadounidenses más conservadores que defienden una concepción del sexo y el género basada en la biología, y sostienen que reforzar la confusión de género es mentalmente perjudicial. Sin embargo, las redes sociales sostienen que la expresión de estas últimas opiniones constituye una “conducta de odio”.