Decálogo de unas elecciones en Castilla y León con muchas aristas (sobre todo para PP y Vox)
AD.- 1.- Tienen motivo los abstencionistas para atribuirse parte del éxito en las elecciones en Castilla y León. El 40% de los electores con derecho a votar prefirió fustigar con el látigo de la indiferencia a todos los partidos intervinientes en el proceso electoral. La credibilidad de los sistemas democráticos se mide sobre todo por la aceptación social o no de la ritualización máxima del voto. La mayor crítica que puede recibir un sistema de participación electoral es que cuatro de cada diez ciudadanos con derecho a votar haya decidido no ejercer ese derecho al considerar que, salga quien salga elegido, no habrán modificaciones que mejoren sus vidas. Algo para meditar muy en serio.
2.- Las elecciones de este domingo en Castilla y León han dejado claro que la sangría de votos continúa en Ciudadanos y que su candidato, Francisco Igea, pese a que ha conseguido renovar su escaño por Valladolid, no ha logrado poner un torniquete en la herida que se abrió en el partido tras las generales de noviembre de 2019. Con el 98,53% del voto escrutado, la formación naranja consigue una exigua representación y pasa a la irrelevancia, sin grupo parlamentario.
En todas las elecciones generales desde diciembre de 2015, el porcentaje de voto de Ciudadanos en Castilla y León fue superior al de la media nacional. Este domingo, con el escrutinio en el punto citado, se quedan en un 4,50%, frente al 6,8% que se anotaron en esa comunidad en las legislativas de noviembre de 2019, cuando cosecharon su peor resultado en unas generales.
En comparación con las autonómicas de mayo de 2019, tras las que formaron Gobierno con el PP de Alfonso Fernández Mañueco, han perdido 11 escaños, 152.000 votos y 10,44 puntos porcentuales de apoyo.
Si en mayo de 2021 la formación liderada por Inés Arrimadas, pasó del Gobierno de la Comunidad de Madrid a quedar fuera de la Asamblea madrileña, en esta ocasión Igea, vicepresidente de la Junta hasta el pasado mes de diciembre, sí ha conseguido que la marca naranja se mantenga en el Parlamento, pero ya no será decisiva.
El partido ha sumado el 4,50% de los votos, por encima del 3,57% que recabó en las madrileñas, y un punto menos de su resultado en las catalanas de hace justo un año.
Tras ahondar en su caída libre en Castilla y León, la formación naranja tendrá que afrontar la próxima cita con las urnas, en principio las autonómicas en Andalucía, comunidad en la que los naranjas gobiernan en coalición con el PP desde diciembre de 2018.
3.- El PSOE, con 28 escaños -siete menos de los que obtuvo en 2019- no tiene posibilidades de sumar con los otros partidos que han logrado representación. Sus pésimos resultados en Castilla y León acreditan lo ya sabido: es un partido con tendencia a la baja, con un severísimo lío de identidad. El PSOE se tornó filonacionalista, aceptó el apoyo de los bilduetarras y de los peores bichos del Congreso y ahí comenzó a hundirse.
Los socialistas aspiraban a volver a ser como mínimo el partido más votado como en 2019, aunque daban por hecho que no repetirían los 35 escaños de la victoria de hace dos años. Ni lo uno ni lo otro. La candidatura de Luis Tudanca ha perdido siete procuradores y 118.000 votos. Solo Ciudadanos ha caído más (152.000 sufragios y 11 parlamentarios).
El PSOE, como ya le sucedió en las elecciones de Madrid, no ha sido capaz de atraer a los antiguos votantes de Ciudadanos.
4.- Soria ¡Ya! arrasa al concentrar el voto de la España Vaciada. La candidatura soriana consigue tres representantes y consolida políticamente su proyecto social en la provincia. Con sus más de 18.000 votos (ha sumado más que el tercero y el cuarto juntos) Soria ¡Ya! apunta una tendencia estatal inequívoca”. En contra de lo que se apuntó, los partidos de la España Vaciada han quitado votos a la izquierda en mucha mayor proporción que a la derecha. Algo para tener muy en cuenta.
5.- Unidas Podemos (UP) retrocede en Castilla y León. La candidatura encabezada por Pablo Fernández, que confiaba en lograr grupo propio en las Cortes, ha obtenido tan solo un procurador y el 5,08% de los votos en las elecciones de este domingo. Se trata de un resultado insuficiente que ahonda la tendencia a la baja de la formación tras el batacazo de 2019, cuando el partido pasó de 10 a dos representantes. Ni la unión con IU, inédita hasta ahora en la comunidad, ni la presencia de UP en el Gobierno nacional de coalición han servido para sumar apoyos.
6. Cuando desde Génova se indujo a Fernández Mañueco a que adelantara los comicios en Castilla y León la idea era alcanzar la mayoría absoluta para el PP o al menos unos resultados tan apabullantes que hiciera innecesaria la concurrencia de Vox y su previsible exigencia de entrar en el gobierno. El error estratégico fue crear demasiadas expectativas que los sondeos fueron desinflando hasta provocar el nerviosismo en las filas populares elevando la moral de los socialistas que de partida contaban con una debacle.
Las urnas confirmaron anoche esa deriva arrojando un resultado muy alejado del objetivo que pretendía la estrategia de Pablo Casado. Para el líder del PP la dependencia del partido de Abascal le sitúa en una posición altamente comprometida al colisionar con aquel discurso del “hasta aquí hemos llegado” de octubre de 2020.
7. Puede que los genios que diseñaron la campaña del PP en Castilla y León sobre el argumento de no pactar con Vox desconozcan a estas alturas que cayeron de morros en la trampa de la izquierda y sus marcos mentales. El truco es muy viejo, pero aún funciona. Consiste en agudizar los complejos de un PP ayuno de ideas y sustancia para que opere y piense como quiere el PSOE. Y si el PSOE demoniza a Vox, esa parte del PP se suma con entusiasmo a la cruzada contra dicho partido. Punto para la izquierda en otra batalla cultural.
De este modo, el PSOE puede gobernar tranquilamente con un partido como Unidas Podemos, que ha llegado hasta el extremo de reivindicar figuras como la del asesino de masas Stalin, o negociar con ERC y Bildu, mientras que los acuerdos del PP con Vox son poco más o menos un delito contra la Humanidad. Es cierto que el PSOE cuenta para esa estrategia con una poderosa trama de medios de comunicación, pero también que el engaño no puede ser más burdo.
8. Esta vez, Vox tendrá que parecer convincente si quiere entrar en el gobierno de Castilla y León. De lo contrario, parecerá que el único propósito de los de Abascal es llegar virgen a las elecciones generales. Aunque es insostenible no creer en las autonomías y gobernarlas, Vox es prisionero de sus palabras y es la hora de que este partido se desvirgue y nos diga qué quiere ser de mayor. Es hora de que los mantras patrioteros dejen paso a la capacidad o no de gestión. Si Vox llena de trampas el camino de las negociaciones con Mañueco para evitar entrar en su gobierno, sus potenciales votantes tendrían que empezar a pensar si merece la pena votar a un partido que insiste una y otra vez en no gobernar.
9. La entrada de Vox en el futuro gobierno de Castilla y León daría visibilidad a lo que hasta ahora han logrado ocultar. Una consejería implica consejero, viceconsejero, secretario general y cuatro direcciones generales. Siete personas. Y si Ciudadanos tuvo cuatro consejerías con 12 procuradores, Vox no podría conformarse con menos. Cuatro consejerías son 28 altos cargos de nivel. No los tienen. Y no pueden arriesgarse a escándalos locales.
10. Los resultados electorales de Castilla y León determinarán el futuro más inmediato del PP. Gobernar con Vox implica dar por hecho que en Andalucía y en Valencia también van a hacerlo. Y, por lo tanto, perder las elecciones y darles las municipales del año que viene en bandeja al PSOE. Sería el fin de Casado y de Abascal. Porque es lo que le conviene a Frankenstein. El miedo a un pacto PP-Vox les da alas. Ese miedo les moviliza. Y si la izquierda se moviliza, PP y Vox no tendrán nada que hacer en la mayor parte de España.
El resultado de las elecciones es claro. El PP debe hacer un gobierno estable y para eso necesita a VOX. El error de Génova ha sido mayúsculo. Comparar a Casado con Ayuso no tiene sentido. Si Rivera fue calificado como veleta en cuestiones poolíticas nacionales, (a él se debe el triunfo de la moción de censura contra Rajoy), Casado y sus cambios de orientación lo convierten en el veleta del PP. Su modelo es Feijóo y no quiere saber nada de Ayuso. Pero debe entender, todos debemos hacerlo que Feijóo gobierna con el emblema del PP haciendo lo que conviene… Leer más »
Lo burdo es que el PSOE gobierne con los bilduetarras y separatistas y sea punto menos que un sacrilegio gobernar con VOX, partido que defiende la unidad nacional y el trabajo. O el PP se aviene con VOX o VOX arrasará en las generales.
No me creo que el pueblo español haya votado su ruina, la delincuencia de bandas latinas y africanas, el paro más grande de Europa, impuestos más altos, despoblación, huida de los mejores profesionales a Alemania, Inglaterra y Francia, colas del hambre y la degradación. A VOX le han dado 13 (número masón) caramelitos para que se callen y no protesten, y mientras el PP va a hacer las mismas políticas del PSOE.
Yo tampoco lo creo. Aquí manda la mafia Pucherazos Soros-Indra-Tezanos-Correos. Mañana, por orden del capo, las juntas electorales provinciales harán un paripé de escrutinio general. Acuda personalmente a una de ellas (son actos públicos) y alucinará viendo en primera persona como nos roban las elecciones. Elecciones Transparentes busca colaboradores en todas las provincias españolas. Mañana también irán a tomar pruebas de la farsa que luego le servirán para poner denuncias sin éxito en diversos tribunales porque, como ya han podido saber en casos de elecciones anteriores, esos tribunales (incluido el Europeo de Derechos Humanos) están controlados por la misma mafia.… Leer más »