Carta al cardenal arzobispo de Valencia
Eminentísimo y Reverendísimo señor cardenal: Me dirijo a usted con el respeto debido a la altísima responsabilidad que ostenta y a la que ha sido llamado por nuestro Salvador y por el sucesor de Pedro.
La grave polémica desatada en Valencia por la amplísima difusión de un cartel fallero de la discoteca Picadilly para promocionar las fiestas, protagonizado por la drag valenciana Liz Dust como la Virgen de los Desamparados, exige, creo yo, una declaración por su parte, don Antonio, pues como afirma el propio Jesucristo: Yo he pedido por ti, Pedro…
La fotografía realizada por el abyecto Eduardo Jairycovich, con una mofa sacrílega de la Virgen de los Desamparados, evocando la tradicional ofrenda de flores, no ha pasado desapercibida no sólo para sus diocesanos, sino para cualquier cristiano que se precie como tal. El atronador silencio de los pastores de la Iglesia ante tamaña infamante ofensa a los sentimientos religiosos de los fieles nos llena el corazón de desazón y tristeza. Y no cabe argumentar que, como es el cartel privado de una discoteca, está de más la enérgica voz del pastor defendiendo a sus ovejas de los lobos y protegiendo a su perla más sagrada de los cerdos.
Lo que nunca hubiesen permitido los fiscales Aguilar y Verdugo, tratándose de los ofendidos sentimientos de los musulmanes, ¿nosotros lo damos por bueno con nuestro silencio? Tal vez espera su eminencia que la buena de Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, nos saque las castañas del fuego. Lo tendrá muy difícil, señor cardenal, si la palabra de los pastores no denuncia públicamente el atropello y no exige las correspondientes responsabilidades penales.
Seguramente, señor cardenal, el celo de los fiscales de odio brillará por su ausencia y los jueces fallarán a favor de la libertad de expresión en el arte. Sobre todo, porque la Iglesia, en la persona de sus obispos, no ha dado signos ni de repulsa ni de escándalo. Afirmarán los “artistas” que tan solo querían manifestar la diversidad sexual vistiendo a un tío de fallera o a una Virgen de drag queen. Manifestarán, con toda la pachorra, que el desnudo es una referencia al genial Sorolla y al arte gótico de la catedral. Y el fiscal ejercerá de abogado defensor del blasfemo acusado y el juez mansamente decretará su absolución. Será así, señor cardenal, seguramente. Pero la Iglesia se construye no con la obsequiosa servidumbre ante un poder cada vez más arrogante y totalitario, sino con el testimonio de la verdad.
En el año 2016 miles de personas participaron en los actos religiosos convocados por usted, don Antonio, para denunciar y reparar lo que entonces consideró como un agravio a la Virgen de los Desamparados. Se trataba de un cartel de una organización independentista que publicó dos imágenes de la patrona de Valencia y la Virgen de Montserrat besándose en los labios. ¿Ha cambiado alguna circunstancia para que hoy miremos hacia otro lado y renunciemos al deber de defender nuestra maltratada fe?
Respetuosamente, besa su anillo episcopal.
Ser Cristiano y Católico, ha costado mucho sufrimiento y sangre inocente. Pero siempre fuimos valientes, pues tenemos a Ntra Madre La Virgen María y la palabra de Su hijo Jesús. No importa que nuestros pastores abandonen, pero las ovejas que transitan por Valles de Sombras, están protegidas, por los que nos enfrentaremos a los lobos.