Guerra y manipulación
CPV.- Desde el punto de vista del Derecho Internacional, la entrada de las tropas rusas en Ucrania constituye una invasión, una agresión. Aunque las bases éticas del ejercicio de ese derecho son más que cuestionables. Además, como Ucrania se ha rebotado, cosa absolutamente lógica, nos encontramos ante una guerra. Y, en la guerra, se ha de actuar con los ojos puestos en la victoria y eso implica la destrucción del enemigo y de sus bienes, aunque siempre hay que hacerlo anteponiendo la razón a los sentimientos. Por lo tanto, si se quiere hacer un análisis de la guerra, olvidemos las tonterías, tales como empatía, solidaridad, humanitarismo de pastiflora. Y esto, naturalmente, es aplicable a todos los contendientes.
Con respecto a los periodistas, si quieren huir de la propaganda y del sentimentalismo manipulador, que se dediquen a informar de los hechos, sin tomar partido, a no ser que se expresen en artículos de opinión (los hechos son sagrados; las opiniones, libres). El pueblo es más sabio y maduro que los listillos manchapapeles, quienes no se encuentran en un plano moral e intelectual superior al del resto de mortales.
Un pueblo se tiene que guiar por valores y principios como el patriotismo, el espíritu de trabajo y de ahorro, la desconfianza hacia el Estado, el rechazo del igualitarismo (expresión de la envidia y el resentimiento), la dureza matizada por la caridad (la solidaridad es la excusa de los progres para robar a los pobres en beneficio de la progresía), el realismo, el conocimiento del hecho de la existencia de enemigos (interiores y exteriores), el derecho, y la obligación, del hombre a defender su vida y su propiedad, y la de los suyos, hasta las últimas consecuencias y sin delegar en el Estado tan excelsa misión, la disciplina, el espíritu de sacrificio y austeridad, el odio a los impuestos, que se han de contemplar como un mal necesario, el honor, el respeto a la palabra empeñada. También se tiene que familiarizar con la muerte, consecuencia inevitable de la vida.
Todo eso es la antítesis de lo que transmiten los medios del pesebre al informar sobre la guerra en Ucrania. En vez de tanta lágrima de cocodrilo y de tanto chantaje emocional, más vale que se dedicaran a llamar al pueblo de Ucrania a las armas o, si se es simpatizante de Rusia, a animar al Ejército Ruso.
En el caso del pesebre desinformativo español, parece bastante obvio que están a favor de Ucrania. Por lo tanto, que se dediquen, en sus artículos de opinión, a ejercer la coherencia y, por lo tanto, exigir que los gobiernos europeos se vuelquen militarmente con los ucranianos. Pero, no, eso no, porque existe el peligro de guerra y no quieren hacerse pupita. No son valientes precisamente, como se ha demostrado con su vergonzosa huida de Rusia. Como tampoco quieren poner en un brete al gobierno heredero del gobierno asesino del Frente Popular, canal a través del cual reciben las subvenciones y las órdenes del NOM, órdenes dirigidas a la destrucción de las bases ideológicas y espirituales del mundo occidental y cristiano.