Twitter bloquea cuentas por llamar «hombre biológico» a transgéneros
Mamela Fiallo.- Un hombre biológico le robó el puesto en el podio, denunció la nadadora Reka György, luego de que esta persona se quedara con el primer lugar en el torneo nacional universitario. En este caso, la joven se refiere a Lía Thomas, quien nació como Will Thomas y asumió esta identidad femenina desde 2019. Desde entonces se destacó en la natación de mujeres. Sin embargo, en el ámbito masculino obtuvo el puesto 462. Por reclamar esta injusticia, Twitter le suspendió la cuenta a la joven deportista que fue relegada en la competencia al cuarto lugar.
Junto a la ganadora de la medalla de plata y bronce, las tres mujeres posaron a un lado del podio como protesta ante el hecho de que Lía Thomas, un hombre biológico, ganó el primer lugar en el campeonato femenino de natación de EE. UU. a nivel universitario y desplazó a la mujer que habría obtenido el tercer puesto.
En teoría, el feminismo lucha por lograr mayor visibilidad de la mujer en espacios públicos y también ostenta haberle dado a la mujer el derecho a opinar. Sin embargo, el portal Feminist News celebró la exclusión de una mujer en la premiación y calló ante el hecho de que Reka György fuera silenciada.
El feminismo de género no reconoce a la mujer
El feminismo de género, el de tercera ola, determina que la mujer no es una realidad biológica sino una (de)construcción ideológica. De esa manera se consolida como mujer quien ostente serlo. Dicha ideología divide a la sociedad entre oprimidos y opresores. Esta jerarquización permite que un hombre biológico que se declara mujer merezca mayor defensa por parte de los colectivos feministas que una mujer biológica.
Además, la confluencia del feminismo con el socialismo y la izquierda ideológica en su variante progresista, forma parte de la destrucción de la cultura del mérito. De manera que prima la cuota y asignación sobre el esfuerzo y la premiación. Así es concordante que no gane la mujer que más se esforzó, sino quien se denomina sujeto de mayor opresión, en este caso un hombre biológico que se anuncia mujer y como tal oprimido por el patriarcado capitalista heteronormativo.
Declaran mujer del año a un hombre biológico
Este patrón de comportamiento no termina ahí. Hace apenas un par de semanas fue nombrado “mujer del año” un hombre biológico que no se ha destacado en su trabajo. Se trata de la persona que dirige la Subsecretaría de Salud de EE. UU., Richard Levine, quien cambió su nombre a Rachel Levine. Su desempeño ha sido duramente cuestionado, ya que durante su gestión en el estado de Pensilvania devolvió a la población más vulnerable a asilos de ancianos en plena pandemia, mientras que puso a sus madre en un hotel de lujo.
A modo de sátira, el portal de comedia Babylon Bee, le nombró «hombre del año» y Twitter también castigó la cuenta de este medio con una suspensión. La lista de censurados sigue creciendo.
En su obra 1984, el autor George Orwell advierte lo siguiente: «El partido te dijo que rechaces la evidencia ante tus ojos y oídos. Era el último comando, el más esencial».
Así retrataba un futuro donde el socialismo toma el control del Reino Unido y del mundo y cómo esto sería un peligro no solo para la libertad de expresión sino también para la libertad de pensamiento, y en varios países ya esto es una realidad.
La policía puede tocar a tu puerta por tuits vistos como «transfóbicos»
En el Reino Unido ya es posible que la policía llegue al domicilio o al lugar de trabajo de una persona si sus publicaciones en Twitter son consideradas «transfóbicas», que consisten en afirmar que una persona de anatomía masculina es un hombre biológico.
A pesar de la intimidación, el tribunal superior estableció que los agentes de policía interfirieron ilegalmente con el derecho de un hombre a la libertad de expresión al presentarse en su lugar de trabajo para hablar con él sobre tuits supuestamente «transfóbicos».
Decía el filósofo Voltaire que para saber quién te domina basta saber a quién no se puede criticar. La evidencia apunta a que surge una tiranía políticamente correcta que impide cuestionar la ideología y exaltar la biología. De lo contrario, primaría la razón sobre la emoción.
Esto es un hombre de mierda.