Francia, al borde del apagón por el frío y el cierre de nucleares
Cuando las tensiones con Rusia amenazaban con alcanzar su punto álgido, antes incluso de la invasión de Ucrania, gobiernos europeos como el austríaco, hiperdependiente del gas ruso, decidieron colocarse en el peor de los escenarios y avisaron a sus ciudadanos de que podrían producirse apagones y de que se preparasen para ello. Pasó el invierno y la sangre no llegó al río, pero estuvo a punto de hacerlo en Francia y en pleno mes de abril. El operador del sistema eléctrico galo, el equivalente a la española Red Eléctrica, activó el sábado la alerta naranja, la anterior a la roja, para este lunes.
La situación de la red era tensa y pidió a los ciudadanos que si tenían que poner lavadoras y lavavajillas que lo hiciesen el fin de semana, que evitasen hacerlo el lunes, porque podría haber apagones. Rusia no tiene nada que ver. Tiene que ver una ola de frío, que provoca un más que previsible aumento de la demanda, y la parada de la mitad de las centrales nucleares. Una producción de energía más que escasa que provocó precios eléctricos mayoristas de vértigo: casi 3.000 euros el megavatio hora entre las 7 y las 9 horas.
Los sistemas eléctricos de Francia y España están interconectados, aunque por unos modestos 4.000 megavatios. ¿Podría producirse un efecto contagio?
Luis Rouco, investigador y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Comillas ICAI, explica que Francia resolvió sus necesidades de electricidad comprando toda la producción que pudo a los países vecinos, España entre ellos, como es habitual, más cuando aquí el precio era bastante más barato (251 euros el megavatio hora de media diaria frente a los 551 de Francia). Pero que al tratarse de una situación de alerta controlada los cortes de suministro, si se produjeron —Rouco sostiene que probablemente sí, a las grandes industrias consumidoras de energía—, solo afectaron al país galo. Sin embargo, si se tratase de algo imprevisto, España sí podría verse afectada. De hecho, el último incidente se resolvió cortando la interconexión entre ambos países. Pero la probabilidad de que esas incidencias se repitan es bajísima, en opinión del experto, dado que, además, hay cortafuegos que aíslan el problema y evitan un apagón generalizado.
Red Eléctrica confirma que España está dando apoyo a Francia y que la interconexión «está funcionando al máximo de su capacidad a casi todas las horas del día», pero «sin poner en riesgo en ningún momento la cobertura de la demanda nacional».
Pero ¿podría darse aquí una situación como la vivida en el país vecino? Rouco asegura que para eso tendrían que cortarse de golpe las importaciones de gas, hidrocarburo que alimenta a las centrales de ciclo combinado, imprescindibles para completar la demanda que no cubren las renovables y las nucleares. El experto considera más que improbable que ocurra algo así.