El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de la administración Biden avaló la transformación quirúrgica y química de los cuerpos de los menores con confusión de género un día después de que el presidente Joe Biden afirmara la “resiliencia, fortaleza y alegría de las personas transgénero, no binarias y no conformes con el género”.

Los documentos de la Oficina de Asuntos Poblacionales del HHS y de la Red Nacional de Estrés Traumático Infantil de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias del HHS, publicados el jueves, respaldan la “atención de afirmación de género” para “niños y adolescentes transgénero y no binarios”.

El primer documento se centra más en procedimientos específicos -incluidos los bloqueadores de la pubertad, las inyecciones de testosterona o estrógeno y las cirugías para alterar o extirpar los pechos, los genitales y los órganos reproductivos- y afirma que “mejoran la salud mental y el bienestar general de los niños y adolescentes con diversidad de género”.

El último documento es más amplio y no menciona específicamente la cirugía, pero declara que “la atención… puede incluir intervenciones basadas en la evidencia, como los bloqueadores de la pubertad y las hormonas de afirmación del género”, así como la concesión de pronombres transgénero, el acceso a equipos deportivos y baños del sexo opuesto, y un compromiso general no solo con el dogma LGBT, sino con la doctrina más amplia de la extrema izquierda de la interseccionalidad, es decir, “hacerse continuamente preguntas sobre el poder y el privilegio que se tiene en función de la propia identidad de género, la orientación sexual, la raza, la condición de proveedor y otros aspectos de las identidades interseccionales”.

“Proporcionar cuidados que afirmen el género no es ni maltrato infantil ni mala praxis”, afirma el NCTSN. “No hay ninguna investigación científicamente sólida que demuestre los impactos negativos de proporcionar atención de afirmación del género”.

De hecho, una serie de publicaciones científicas indican que, aunque reforzar la confusión de género puede dar al paciente una satisfacción a corto plazo, a largo plazo a menudo no previene, o de hecho agrava, un daño emocional significativo que puede llegar a incluir el intento de suicidio (con o sin cirugía), porque fijarse en la “afirmación de género” tiende a distraer la atención de la exploración de otros problemas que pueden ser la verdadera raíz del malestar mental o emocional del paciente.

Además de estas cuestiones, los expertos ajenos al mundo de la medicina advierten de que el refuerzo quirúrgico o químico de la confusión de género impone daños irreversibles a los niños, como la infertilidad, el deterioro de la función sexual en la edad adulta y la reducción de la esperanza de vida, así como el coste psicológico de estar “encerrados” en las alteraciones físicas, independientemente de que cambien de opinión cuando maduren. Los estudios indican que más del 80% de los niños que experimentan disforia de género la superan por sí solos al final de la adolescencia, a menos que su confusión sea reforzada por los adultos.

Recientemente, Medscape cubrió un puñado de relatos de primera mano que afirman lo anterior de “detransicionistas” de todo el mundo que compartieron el dolor y el arrepentimiento que a menudo sigue a la “reasignación de género” de los niños, así como los prejuicios, los puntos ciegos y la negligencia en estos puntos por parte del establecimiento médico.

Se puede profundizar en estas cuestiones en el libro Irreversible Damage: The Transgender Craze Seducing Our Daughters, de Abigail Shrier, del Wall Street Journal. El libro explora el fenómeno de la disforia de género de inicio rápido (ROGD), un término acuñado en 2018 por la científica del comportamiento de la Universidad de Brown, Lisa Littman. Ella descubrió que un porcentaje significativo de la disforia de género entre los menores no provenía de sentimientos innatos, de descontento con el verdadero sexo de uno, sino de la influencia externa.

Para su libro, Shrier “se adentró en la epidemia trans, hablando con las chicas, con sus agonizantes padres y con los consejeros y médicos que permiten las transiciones de género, así como con los ‘detransicionistas’”, según la descripción del producto. “Salir del armario como transgénero eleva inmediatamente el estatus social de estas chicas, descubrió Shrier, pero una vez que dan los primeros pasos de la transición, no es fácil volver atrás”.

Las nuevas declaraciones se producen después de que el presidente proclamara el miércoles el “Día de la Visibilidad Transgénero”, en el que Biden “celebró el activismo y la determinación que han alimentado la lucha por la igualdad transgénero”, y se burló de la “avalancha” de legislación estatal para mantener el proselitismo sexual fuera de la escuela primaria, proteger a los niños de la mutilación física y la castración química, y garantizar que las atletas femeninas no tengan que competir con los hombres en competiciones de sexo específico, por considerar que “socavan la humanidad transgénero y corrompen los valores de nuestra nación”.