23 de Abril, nada que celebrar en Aragón
Hoy, 23 de abril, me despierto melancólico, tal vez como el día, y doy gracias a Dios por poder disfrutar de un nuevo día (espero).
Ojeo los dos panfletos que se editan en Zaragoza, y veo las innumerables loas a los 40 años de autonosuya, que nos han hecho más jóvenes, más delgados y más guapos…, además de más pobres, pero esa circunstancia no tiene ninguna importancia, sobre todo para quiénes tetan del dinero público, que son multitud.
“Gracias” a la autonosuya aragonesa, y a la de Castilla y León, la región más grande de España, en términos geográficos, con sus once provincias, y una población envejecida, los políticos han descubierto grandes yacimientos de empleo.
Proliferan los chiringuitos, sin ninguna utilidad, pero que sirven para dar acomodo a los amigos, correligionarios y hasta a los enemigos, que ya sabemos que los enemigos son los del mismo partido, a ver si se callan…
(Por cierto, y ahora que no nos oye nadie, sigo postulándome para director general de asuntos sin importancia, o para el cambio climático, la caída de la hoja en otoño, o cualquier otra parida, que en Aragón tenemos unas 55 direcciones generales, y total, ¡por una más, ni se iba a notar1).
Y sino, que le pregunten al flamante vicepresidente de Castilla y León, de VOX, precisamente, ese partido que está en contra de las autonosuyas, pero que no ha tenido empacho alguno en aceptar un cargo retribuido con más de cien mil euros al año, y de utilidad bien dudosa.
En Aragón tuvimos a Biel, un siniestro político, que “gobernó” 12 años con el PSOE, y, sin solución de continuidad, los 8 siguientes con el PP, y que nos dejó grandes ocurrencias, que hipotecan el futuro de nuestros hijos, y hasta nietos:
- Una radio y televisión autonómica, para hacerse la publicidad gratuita. (Bueno, de gratuita nada, que nos cuestan muchos millones de euros al año, pues son totalmente deficitarias).
- Un circuito, Motorland, que iba a ser la envidia del mundo mundial, pero que ha devenido en un absoluto fracaso, con un agujero económico de más de 320 millones de euros.
- Y, la guinda del pastel, la parida de las 33 comarcas, que ha permitido cuadriplicar las administraciones públicas, aumentando en más de dos mil el número de empleados públicos, con el consiguiente aumento del gasto.
En Aragón tenemos, pues, nada menos que cuatro administraciones públicas:
- Ayuntamientos.
- Comarcas.
- Diputaciones provinciales, y
- Diputación General de Aragón, llamada pomposamente Gobierno de Aragón.
Entre unos y otros, más de cien mil empleados públicos, la empresa más grande de Aragón, solo que no produce nada, en términos de creación de riqueza.
Pero, eso sí, produce grandes molestias a los ciudadanos, pues cada día estamos más controlados, tienes que pedir permiso hasta para ir a mear…, y así se entretienen, y hacen ver que hacen algo de provecho.
De provecho para ellos, que no para los contribuyentes a cuyo servicio, teóricamente, pero sólo teóricamente, están, o deberían estar.
Ahora mismo tenemos un gobierno que dicen es un cuatripartito, pero que en realidad es un quintapartito, o como se diga:
- El PSOE,
- Unidas Podemos, que pronto será Hundidas Podemos.
- La Chunta Aragonesista.
- Izquierda Unida, que también va camino de ser Izquierda Hundida,
- Y los grandes traidores a sus afiliados y votantes, mayoritariamente de derechas, el PAR, partido que desde hace décadas ha pasado a ser un juguete en manos de sus mandamases: Biel, Aliaga, e incluso alguno anterior…
Los medios de comunicación social de Aragón, o más bien de desinformación, generosamente regados con dinero público, es decir, el que sale de nuestros impuestos, llevan una semana machacándonos con lo felices que somos de vivir en una autosuya, en la que el centralismo de Madrid ha sido sustituido por el centralismo de Zaragoza.
En efecto, las tres instituciones básicas, el Gobierno, las Cortes de Aragón y el Justicia de Aragón (si es que pinta algo, que lo dudo), se han radicado en Zaragoza.
A nadie se le ha ocurrido, al parecer, ubicar esas tres instituciones en las tres provincias, generando así empleo y riqueza, aunque sea con el dinero público.
Todo en Zaragoza, y las otras dos provincias, que se jodan.
León tiene un partido autonomista, que pide la autonomía para ese viejo Reino, que se siente dejado de la mano de Dios.
Y Teruel cualquier día pedirá la independencia, con Teruel Existe, la marca blanca del PSOE en la provincia.
(Con las autonomías pasa como con los cánceres, que muchos acaban haciendo metástasis).
El PAR, que tenía su feudo en Teruel, mucho me temo que pasará pronto a mejor vida, o a la irrelevancia política…
Y, la verdad, no lo sentiré, en absoluto.
Aragón no paga a traidores.
En fin, como no tengo nada especial que celebrar, hoy haré vida de familia, leyendo, paseando, escribiendo, y tomando café con los amigos.
Y les deseo, con todo afecto y respeto, que hagan lo mismo.
Académico, jurista y escritor.
https://www.ramirograumorancho.com
Dicen que cada nación tiene el goierno que se merece, y creo es verdad.
Y lo mismo es predicable respeto a las autonosuyas…
LAS AUTONOSUYAS, título de una novela de don Fernando Vizcaino Casas, qepd, se han convertido en eso, en autonosuyas.
Yo me lo guiso, yto me lo como, pero eso sí, EL DESPILFARRO Y EL LATROCINIO DEL ESCASO DINERO PÚBLICO EXISTENTE, lo pagamos entre todos.
Acojonante.
Ni en Aragón, ni en Castilla y León, ni en ninguna autonomía española.
España se va al garete, con una deuda pública asfixiante, y cada día mayor, y un goberno de corruptos, cobardes Y TRAIDORES.
Así de claro.
Aragón tiene lo que se merece…, por votar mayoritariamente a partidos de izquierdas.
En el pecado llevan la penitencia.
Como muy bien el articulista, hemos sustituido el centralismo madrileño por el centralismo de Zaragoza.
Lo mismo pasa en Andalucía, que ahora no dependen de Madrid: dependen de SEVILLA…
Y, la verdad, no sé que es peor.
En las próximas elecciones, autonómicas y municipales, el PP y Vox perderán el poder en el Ayuntamiento de Zaragoza, y volverá a ganar la izquierda.
Y sino, al tiempo…
Zaragoza es una ciudad de izquierdas, y es triste decirlo, pero así es.