Lo de Vilassar de Mar no es un caso aislado
Tenemos que echar a los activistas de ultra-izquierda de los colegios y de las actividades de contenido ideológico y asistencia obligatoria. Esos activistas pertenecen a organizaciones bien financiadas desde el poder y son las que están llevando la iniciativa del adoctrinamiento.
El último escándalo de adoctrinamiento y corrupción de menores ha sido la yincana pornográfica para críos de 12 años organizada por el Ayuntamiento de Vilassar.
Proponían a los chicos imitar las posturas del Kamasutra; les mostraban cómo consumir cocaína y heroína; les enseñaban a poner preservativos con la boca, para lo que utilizaban un plátano que luego animaban a lamer.
Y desde el propio ayuntamiento se informó que esta “actividad” se hace también en otras ciudades.
El adoctrinamiento sexual pornográfico, tanto LGTB como heterosexual, está presente en los contenidos de “educación afectivosexual”, y los activistas de ultra-izquierda siguen entrando en los colegios para adoctrinar a los niños sin que los padres lo sepan.
Por más que los miembros del Gobierno de la nación, de las autonomías y de los ayuntamientos nieguen el adoctrinamiento, sabemos que se produce y lo podemos demostrar. Acaba de suceder en la localidad barcelonesa de Vilassar de Mar, de la mano de su ayuntamiento, y se produce cada día en los colegios de toda España.
Tras una ardua investigación, hemos elaborado un listado de colegios de toda España con pruebas que demuestran que se adoctrina a los niños en todos los ámbitos: sexual, (LGTB, trans, ideología de género), climático, sanitario, y político-histórico.
Como el adoctrinamiento escolar avanza a gran velocidad, habrá más centros donde ya se haya introducido y no estén registrados todavía. Por eso te pido estar alerta y denunciar cualquier actividad de este tipo.
La mayoría de las familias desconocen lo que está sucediendo. Y de eso se aprovechan quienes quieren lavar el cerebro a nuestros hijos para convertirlos en miembros de esa secta basada en la ideología de género. Lo de Vilassar de Mar no es un caso aislado, está sucediendo en toda España. Y solo movilizándonos lo podremos detener.
Lo siguiente será suprimir como delitos las violaciones de los niños y bebés, que es lo que, en realidad, están buscando.