En las últimas semanas Macarena Olona ha sido portada de muchas noticias: la mayoría de ellas para desacreditarla, insultarla o intentar menospreciar su trabajo.

Desde que entró en la vida pública en España hace 3 años, Olona se ha enfrentado a las fuerzas que quieren destruir la familia, hacer desaparecer la Fe en España, y conceder al Estado todo el poder para controlar nuestras vidas.

Olona sigue hablando con valentía, con la misma valentía con la que habla la nueva primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

Pero desde los medios de comunicación, la universidad y las redes sociales, Olona está viviendo un ataque sin cuartel, por parte de personas de la izquierda radical, y también algunas que se definen de derechas. Desde acusaciones anónimas hasta escraches en la universidad pública.

Y viendo todo lo ocurrido solo podía pensar en todo el trabajo que Macarena Olona ha realizado durante estos años. Un trabajo que ha sacado de quicio a la izquierda (ahí están los escraches) y ha puesto en valor la defensa de la familia (como este gran discurso en el Congreso antes de las elecciones andaluzas), la vida y la libertad.

Por ello, frente a los cobardes ataques anónimos y desde la izquierda yo quiero agradecer a Macarena su trabajo y entrega por España.

Un buen ejemplo de estos ataques fue la intervención el pasado 22 de septiembre de Javier Sánchez, diputado por Podemos.

Estaba próxima la charla de Olona en la universidad de Murcia y a este diputado morado no se le ocurrió otra cosa que arengar desde la tribuna a los estudiantes socialistas y comunistas a boicotear e impedir el acto de Macarena para defender “su universidad”.

Esa batalla cultural, esa lucha por recuperar el espacio público de todos, esa valentía para llegar hasta el aula y dar su conferencia a pesar del boicot, los insultos y amenazas, es una de las cosas que más admiro de Macarena.

Nosotros sufrimos esa clase de ataques cuando sacamos nuestro “autobús de la libertad” con el lema: “Los niños tienen pene, la niñas tienen vulva, que no te engañen”. Sabemos qué es que te persiga impunemente la izquierda y el establishment en España.

Y esa valentía para enfrentar a los totalitarios de los políticamente correcto es la que te ayuda a cambiar un país. Una lucha sin complejos por nuestros valores.

El otro día leí que llamaban a Macarena “Macarena Meloni”, en referencia a la líder de Hermanos de Italia Georgia Meloni, que acaba de ganar las elecciones en Italia6.

Y pensé: “Menudo halago que te comparen con Meloni”. Se trata de una líder fuerte, con carisma, que defiende abiertamente la vida, la familia y la libertad al igual que nosotros, frente a toda la élite burocrática que nos quiere imponer el aborto, la eutanasia y restringir nuestra libertad por nuestra seguridad.

Coincidí con Meloni en el Congreso Mundial de las Familias en el año 20197. Me impresionó. Cualquier comparación con ella me parece un halago, aunque la intención fuese la contraria.

Por eso animo a Macarena a que siga luchando como lo ha hecho siempre. Cada uno con su lucha, pero con el mismo objetivo en común: acabar con el aborto, la eutanasia, la ideología de género, pelear por la familia natural, impedir las restricciones a nuestra libertad con la excusa del Covid-19 y defender la unidad de nuestro país.

Y a ello animo a Macarena, a que luche, como ella quiera, pero sin hacer caso a los ataques y difamaciones que buscan amedrentarla y callarla.