La condena a la ex directora de igualdad del Consell de Mallorca, Nina Parrón, pone punto y final a una demanda por injurias y calumnias hacia mi persona iniciada hace ya 6 años.

“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”. Esta frase atribuida Séneca se aplica muy bien en este caso. Todo se inicia con una carta de lectores, publicada aquí, en la que pongo en duda la calificación de machista sobre un suceso de agresión a una mujer por parte de su pareja. El hecho deleznable, palabra utilizada por mí y cuyo significado la señora Parrón ignoraba, fue claramente criticado y tratado de injustificable en el texto de la carta. No obstante, ella, en uso de su poder como directora, me denunció a la fiscalía por apología del machismo y vejaciones a la víctima, algo que no prosperó.

La notoriedad de la noticia en los medios de prensa, la publicación en ellos de mis datos personales y la aparición de afiches callejeros con mi cara y nombre afirmando que presidía una asociación de maltratadores, motivó el inicio de una querella penal contra la directora de la que fue absuelta. Sin embargo, la instancia civil primero, y la Audiencia después, sí la ha condenado.

Es posible que no le gustaran mis opiniones, pero no se acciona con acoso y derribo de las ideas disidentes sino mediante la contestación y el debate. Su actitud totalitaria ha quedado demostrada y su feminismo sectario y contumaz queda en entredicho poniendo en peligro la verdadera lucha por la igualdad de las mujeres y su protección frente a la violencia.

El feminismo radical y misándrico ha perdido completamente el norte. Aquí, nuevamente, Séneca nos enseña que “no hay viento favorable para el que no sabe adónde va”

*Presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de las Islas Baleares