Billy Eichner, creador de la comedia romántica gay “Bros” ha protagonizado La Idiotez de la Semana de El American al asegurar que el fracaso estrepitoso en taquilla se debe a la homofobia.

“Cualquiera que NO SEA un rarito homofóbico debería ir a ver BROS esta noche”, tuiteó Billy Eichner con motivo del estreno. Según él, “es especial y tiene una potencia única el ir a ver esta historia particular en la gran pantalla, especialmente para gente queer que no tiene esta oportunidad a menudo”.

Después de esta curiosa campaña de marketing, en la que insultaba preventivamente a su audiencia, Billy Eichner se mostraba sorprendido e indignado de que casi nadie fuese a verla y supusiera un fracaso en taquilla.

Como sabemos, la mejor estrategia de venta es hacer una película para un sector minoritario del público, publicitarla como que está hecha por y para ese sector concreto y, en vez de intentar cautivar o convencer al resto, amenazarlos con que si no van a verla es que son unos intolerantes. Claro que sí.

«Incluso con críticas elogiosas, grandes puntuaciones en Rotten Tomatoes, una puntuación de A en CinemaScore, etc., la gente heterosexual, especialmente en ciertas partes del país, simplemente no apareció para Bros», aseguró en otro tweet.

Para quienes se lo estén preguntando, y ya que casi nadie la ha visto, esta comedia romántica gay, que pretende ser algo así como When Harry Met Sally para los LGBT (como si When Harry Met Sally no fuera ya para los LGBT), tiene una concepción muy curiosa del romanticismo, ya que la película incluye citas poliamorosas, orgías gays, masturbaciones mutuas nada más conocerse en Grindr, parejas de tres, e incluso orgías de revelación de género —sea lo que sea eso—.

Pero claro, si no te gusta ir al cine a ver eso, eres un homófobo incapaz de tolerar que exista el amor homosexual.

Bros y la burbuja de Hollywood

La torre de marfil en la que parece vivir Billy Eichner es fascinante, pero no se le puede culpar de vivir desconectado de la realidad. Con unos medios entregados a elogiar y promover la narrativa izquierdista, es normal que piense que la realidad se corresponde con el mundo de fantasía que vende Hollywood. Sin embargo, a pesar de la bofetada de realidad tras el estreno, no parece que la burbuja en la que vive Billy haya explotado.

Lo más gracioso del caso es que Bros competía con otras dos películas de marcado tono woke. Por un lado “Don’t Worry Darling”, una distopía de ciencia-ficción ultrafeminista en la que según su directora el personaje del malo se basa en Jordan Peterson, y por otro “The Woman King”, una película de historia-ficción al servicio del relato de BLM y también feminista, en la que convierten en luchadoras de la libertad a las mujeres de un pueblo africano que en la historia real fueron esclavistas.

Así que Billy Eichner ha llamado racistas e insinuado que son de ultraderecha a muchos de, digamos, los suyos, que ese fin de semana prefirieron ser alimentados con propaganda feminista y de BLM, y no tanto con propaganda LGBT.

A pesar de lo artificialmente inflado que está, el pastel woke da para lo que da. Y mientras Billy Eichner se pelea en Twitter con los heterosexuales, y en taquilla con feministas y BLM por las migajas, Top Gun: Maverick sigue recaudando millones y millones de dólares simplemente haciendo una buena y entretenida película para todo el mundo, sin insultar a nadie y sin recurrir a polémicas artificiales.

Quedamos a la espera de ver si Hollywood se dará cuenta de que “go woke” es sinónimo de “go broke”, o si por contra seguirán empeñados en meter con calzador gustos minoritarios a una mayoría cada vez más hastiada de la agenda política del mundo del entretenimiento.

Mientras tanto, Billy Eichner se lleva el galardón de La Idiotez de la Semana de El American por recurrir a la cuestionable estrategia del paradójico victimismo beligerante, ese por el cual te declaras oprimido a pesar del apoyo de todo el establishment, y a la vez te dedicas a insultar a todo al que osa no tener los mismos y peculiares gustos que tú.