Trujillo, Ceuta y Melilla
Cuando en el mes de septiembre, la ex ministra del Gobierno de España María Antonia Trujillo, afirmó en Tetuán en el ámbito de un congreso sobre las relaciones entre Marruecos y España, que las ciudades de Ceuta y Melilla “suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos y son vestigios del pasado que interfieren en sus relaciones con España”, confieso que sentí un sobresalto emocional como melillense y como representante político de Melilla en las Cortes Generales y en el Parlamento Europeo durante cuatro legislaturas.
No reaccioné públicamente en aquella ocasión por no ahondar más en la herida que siempre se nos abre, cada vez que alguien profiere una insidia sobre nuestras queridas ciudades de Ceuta y Melilla, en problemas relacionados con la inmigración, sus fronteras con Marruecos o con la reivindicación sobre su soberanía. Sin embargo en este ocasión, la ex ministra Trujillo ha demostrado que actúa como un agente descarado de Mohamed VI en la medida que con sus graves afirmaciones, no solo desestabiliza las relaciones con España sino que por el relevante cargo que ha ostentado en su calidad de miembro del Consejo de Ministros, puede haber proporcionado o proporcionar valiosa información sobre la defensa de nuestros intereses nacionales al reino alauita.
Entiendo que la Fiscalía General del Estado o la Judicatura deberían ya haberse planteado la posibilidad de actuar contra un ex alto cargo del Estado que, además de las graves declaraciones realizadas en Septiembre, ahora abunda y persiste en en ellas a través de una entrevista en una revista marroquí: “ Si España ha cambiado su posición tradicional sobre el Sáhara, ¿por qué no puede cambiar su posición sobre Ceuta y Melilla y los islotes y peñones” o la no menos grave y sorprendente como que “la libertad de expresión e información está más amparada en Marruecos que en España. Ya me gustaría –sigue diciendo- que España tomara ejemplo de este país y no se desinformara y manipulara tanto”
Pero con ser esto grave, lo es aún más que sea el propio Rey de Marruecos, quien premie a su hoy vecina y “súbdita” con una nueva Fundación para defender las posiciones alauitas sobre el Sáhara e incluso en convertirse en lobista de los intereses marroquíes en España. Las relaciones del PSOE con Marruecos siempre han estado rodeadas de una cierta debilidad y connivencia desde los tiempos de Felipe González…
Los representantes parlamentarios de Ceuta y Melilla están obligados a instar y denunciar a María Antonia Trujillo ante las Cortes Generales, sede de la soberanía nacional y ante los propios tribunales de justicia, como consecuencia de la comisión de un posible delito de traición por pronunciarse a favor de una potencia extranjera desde su condición de exministra del Reino de España y atentar gravemente contra la seguridad y defensa nacional.
De no hacerlo se convierten en colaboradores de quienes están haciendo de España un país impune no solo con aquellos que atentan gravemente contra la unidad e integridad territorial del Estado como ocurre en Cataluña y País Vasco, sino con quienes, como la ex ministra María Antonia Trujillo, se permiten actuar a favor de los intereses anexionistas del Rey de Marruecos. Todo un nuevo y asombroso disparate, que confirma las sospechas que despierta la extraña e impropia misiva “personal” de Pedro Sánchez a Mohamed VI sobre la cuestión del Sáhara.
Y todavía peor es comparar a Ceuta y Melilla con Gibraltar. Las ciudades
españolas nunca fueron colonias y Gibraltar es consecuencia de un acto
de piratería que, como no podía ser de otro modo, ejecutó la pérfida Albión.
No parece que España cuente en estos momentos con diplomáticos tan
finos para lidiar con Marruecos e Inglaterra a la vez y, sin embargo, son
necesarios.