A la izquierda, los asistentes a la conferencia jurídia de Olona: a la derecha el acto de Vox Málaga.

Los medios estuvieron toda la semana estableciendo como un “casus belli” la conferencia jurídica de Macarena Olona ayer en Málaga y el acto paralelo de Vox concebido única y exclusivamente para restarle asistencia a la alicantina. Los titulares durante la semana no pudieron ser más claros y elocuentes: “Macarena Olona y la dirección de Vox miden fuerzas este viernes en Málaga”, “Vox y Olona rivalizan y medirán su capacidad de atracción en Málaga”, Vox ‘contraprograma’ la conferencia de Olona en Málaga con un acto para simpatizantes”.

Sorprendentemente, esos mismos medios que proclamaron la medición de fuerzas entre Olona y Vox como el meollo del asunto, al final omitieron el resultado. Y mira que lo tenían fácil. Bastaba con saber sumar para dilucidar el conflicto: apenas 40 personas en el acto protagonizado por los diputados de Vox, la mayoría cargos orgánicos, contra las casi 300 que acudieron a la conferencia jurídica de Macarena Olona en el “NH”. Tan aplastante como la victoria de la flota griega sobre las fuerzas persas en Salamina, como la toma de Pensacola de los secesionistas norteamericanos comandadas por el malagueño Bernardo de Gálvez, como el 12-1 a Malta…

Al final la medición de fuerzas no debía ser tan importante para esos mismos medios que hoy ocultan sus resultados. Y acaso el misterio no sea otro que el temor que ya suscita la alicantina excede con mucho al que ya ha dejado de infundir esa fierecilla inofensiva de Amurrio. Quién nos iba a decir que los medios terminarían protegiendo la malparada imagen de Vox frente al severo correctivo de una asistencia al acto de Macarena siete veces mayor que el organizado por el partido verde, La situación, debe insistirse, es tan absurda como si se alimentara durante días la morbidez de un partido de fútbol de la máxima rivalidad, para luego omitir el resultado.

El director de AD, durante su intervención en el acto de Olona.nh, vox

Los medios informativos al servicio del sistema, y alimentados por los poderes políticos y financieros, son los principales responsables de la desinformación y la manipulación. Nos mienten y manipulan descaradamente. Omiten las noticias que puedan hacer reaccionar a nuestro pueblo, para que a los hogares no llegue el mensaje sobre una realidad que nos conduce al desastre.

Medios de desinformación, mentirosos y manipuladores, que cuenten lo que cuenten, y como lo cuenten, nunca deben ser creídos. Y no se les debe creer porque la dramática, trágica y caótica situación de España no solo es como consecuencia de lo que esos medios nos vienen diciendo con reiterada insistencia, sino por la falta de un rearme moral en nuestro pueblo, sin el que es imposible el orden público, social, político y económico.

Lo más edificante de la actitud de la mafia mediática progresista (y alguna no progresista) son los demoledores ataques contra un proyecto nonato que, sin embargo, está provocando ya un tsunami de adhesiones. Pocas veces se ha visto un ambiente de exultante optimismo y de renovada esperanza como el de este viernes en el “NH”. Cantidad y calidad a raudales. El director de este medio, Armando Robles, que intervino en el acto, subrayó la importancia del patriotismo incardinado al humanismo cristiano. “Sin ese binomio”, dijo, “el patriotismo sería como una vida sin oxígeno”.

Y es que la de Olona no es solo una lucha ideológica. Se trata la suya de una lucha moral contra el mal asentado en nuestras sociedades de Occidente. Dios, patria y familia. La salvación de España está en voluntad de las almas que tienen fe. Hasta ahora, todos los partidos (en especial la disidencia controlada) habían contribuido al objetivo de hacer creer al español que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema alienante y fraudulento, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución. La revolución moral e intelectual que defiende Olona es la principal causa de amenaza contra las causas que han degradado hasta el extremo la vida política, social, económica y moral de España.

Por eso se la empieza a temer tanto que incluso se ha minimizado su éxito de ayer en Málaga para no agigantar el fracaso de Vox, a la misma hora y en la misma ciudad.