Brazil Was Stolen: Una auditoría privada muestra anomalías en los resultados de las elecciones de Brasil
A partir de la preocupación de un grupo de ciudadanos brasileños al ver que a pesar de haber votado por Bolsonaro en su mesa de votación aparecían 0 votos para el presidente, se lanzó una auditoría privada que sacudió la elección en Brasil.
El consultor Fernando Cerimedo presentó una investigación del grupo Brazil Was Stolen este viernes 4 de noviembre en conferencia de prensa sobre las elecciones en Brasil. Los datos abarcan tanto la primera como la segunda vuelta, y se basa en una comparación entre los datos de las máquinas electrónicas con modelo 2020, que son auditables por las autoridades, y las de modelos pasados, no-auditables.
Cerimedo explicó que por ahora no puede calificarse como “fraude”, ya que esta acusación requeriría de un perpetuador y, por el momento, no hay evidencias para acusar a alguien específico. Pero el mensaje es claro: una cantidad suficiente de irregularidades fueron registradas y es imperioso llevar a cabo una auditoría oficial del proceso electoral.
El vivo duró aproximadamente una hora, en la que el experimentado consultor político explicó cómo los datos muestran que la máquina utilizada a la hora de votar se convirtió en un factor determinante en el voto.
A los pocos minutos de terminada la transmisión, la página creada por el grupo donde se subió toda la información fue derribada, y los canales de YouTube, Twitch, y Facebook creados para la ocasión fueron suspendidos por las autoridades.
El canal de YouTube de La Derecha Diario, único medio que cubrió en vivo la conferencia de prensa, también fue censurado, y el video fue eliminado por la red social.
Pero esto no es todo, la cuenta de Instagram de La Derecha Diario fue bloqueada en Brasil y no puede ser accedida desde usuarios en territorio brasileño, una táctica que utilizan las dictaduras de Cuba, Irán o China para frenar las protestas.
Lo mismo ocurrió con las cuentas de los diputados Nikolas Ferreira, Carla Zambelli y Gustavo Gayer, los tres dirigentes bolsonaristas más populares que se refirieron a este tema en Twitter y fueron rápidamente bloqueados en el territorio brasileño.
Todas estas censuras se debieron a una determinación judicial que salió en tiempo récord del Tribunal Superior Electoral (TSE), dirigido por el izquierdista Alexandre de Moraes, quien a pesar de todavía no haber entregado oficialmente el resultado electoral a la Casa Civil, declaró que la elección ha terminado y “quien cuestione el resultado será tratado como un criminal“.
La auditoría privada generó un estallido social en Brasil. El hashtag #BrazilWasStolen subió en pocos minutos al Trending Topic #1 en Brasil y se ubicó entre los 10 más tuiteados del mundo, hasta que fue bajado por orden judicial del TSE.
En la noche del viernes, miles de personas marcharon nuevamente en las calles de todo el país en reclamo por la censura política y pidieron a las Fuerzas Armadas que se pronuncien sobre la situación.
Muchos recuerdan las elecciones fraudulentas del 2019 en Bolivia, cuando el Comandante de las Fuerzas Armadas Williams Kaliman dijo que el Tribunal Supremo Electoral boliviano había fraudulentado las elecciones en favor de Evo Morales y pidió al organismo que lanzara una auditoría y repitiera el proceso de ser necesario.
Aquella experiencia resultó en una catástrofe, ya que Evo Morales decidió renunciar a su cargo junto con todas las demás autoridades para generar una crisis política, pero esta vez con el damnificado en el cargo podría resultar muy distinto.
El equipo de Bolsonaro le comunicó al diario O Antagonista que el lunes 7 de noviembre, el Ministerio de Defensa le presentará al presidente su auditoría interna de las elecciones, y que a partir de esa reunión decidirá si concede oficialmente las elecciones o no.
A pesar de esto, Bolsonaro ya instruyó a la Casa Civil iniciar la transición presidencial, lo que indica que el presidente estaba más convencido de conceder que tratar de pelear el resultado, aunque no se sabe cómo la viralización de la noticia de la auditoría privada del grupo Brazil Was Stolen puede impactar sobre esta decisión.
Cuáles son las anomalías detectadas en la auditoría privada
Lo que el grupo Brazil Was Stolen encontró haciendo un análisis de los resultados de tanto la primera como la segunda vuelta es que hubo enormes disparidades entre la distribución de votos en las máquinas más nuevas, las del modelo 2020, compradas ese año en pleno gobierno de Bolsonaro, que tienen la capacidad de ser auditadas, y las máquinas de modelos anteriores, que datan del 2009, 2010, 2011, 2013 y 2015.
La presentación fue emitida desde Buenos Aires, dado que la censura impuesta por la justicia brasileña y promovida por el juez Alexandre de Moraes impide cuestionar el resultado electoral a través de redes sociales y medios de comunicación en territorio brasileño.
El estudio encontró miles de casos con urnas que tenían 0 votos para Bolsonaro, incluso en distritos donde terminó ganando en el voto total. Si bien esto podría darse naturalmente, aunque con una casi imposible probabilidad de 1 en 1.000.000.000.000.000.000), absolutamente todos estos casos se dieron en las máquinas no-auditables, o sea de modelos anteriores al 2020.
Cabe aclarar que la distribución de los modelos de las máquinas fue homogénea, y no hubo preferencias en dónde se ubicaron las del 2020 y las anteriores. En muchos casos, incluso estuvieron lado a lado en los centros de votación, haciendo que la ocurrencia de esto sea más imposible todavía.
Para poblaciones lo suficientemente grandes y homogéneas (para lograr esta última condición se evitó tomar datos de grandes ciudades), es imposible que haya tanta disparidad entre los votos dependiendo de qué máquina se usó.
Lo que la investigación descubrió, por lo tanto, es que las personas que votaron con una máquina anterior al 2020 tuvieron en algunos casos entre 5 y 80 veces más de probabilidad de votar por Lula que por Bolsonaro, una diferencia estadísticamente imposible de justificar.
En estadística hay algo conocido como “grado de significancia“, que en pocas palabras y sin entrar en lenguaje técnico, indica qué tan grande puede ser una diferencia entre dos resultados para que haya una variable de fondo que determine esa disparidad.
En dos muestras iguales o estadísticamente similares, se podría esperar con un grado de certeza por ejemplo menor al 5%, que la distribución de votos en una misma población con baja heterogeneidad debería seguir la misma campana de Gauss. Sin embargo, el análisis de datos filtrado por modelo de máquina muestra dos curvas muy distintas.
La curva verde indica la distribución de votos de Lula con máquinas 2020, a la derecha, con máquinas de modelos anteriores. No hay nada que explique la diferencia entre las curvas más que el modelo de máquina utilizada.
Un gráfico de dispersión de votos entre Lula y Bolsonaro para la región Nordeste, la más polémica donde una pequeña diferencia en favor del presidente podría haber cambiado el destino de la elección, muestra que hubo 11,7 puntos porcentuales más de votos para Lula que para Bolsonaro cuando se utilizó una máquina de modelos viejos, no-auditables.
Se podría explicar por otras razones una diferencia de 1 o como mucho 2 puntos, pero 11,7 puntos entre el patrón de votación en una misma región sin contar las grandes ciudades, es una anomalía que merece atención, y una explicación urgente del TSE.
Según el grupo investigativo, una simple reprogramación del código de la máquina antes de la elección podría llevar a que votos que iban para Bolsonaro vayan para Lula, siguiendo simples reglas lineales como que la suma de votos en cada máquina nunca puede dar al presidente por encima del ex presidente.
Por ejemplo, en una muestra que se tomó de la 1ra vuelta, se ve claramente que el 99% de las máquinas no-auditables siguen un patrón lineal que le imprime un “ángulo máximo” al gráfico de dispersión. En el caso mostrado, en un grupo de máquinas que contabilizaron 300 votos, se respetó que:
300 votos totales = 300 (Lula) + 0 (Bolsonaro) o que; 300 votos totales = 200 (Lula) + 100 (Bolsonaro), lo cual podría pasar en algunas máquinas naturalmente, pero no en todas. Lo que tampoco puede pasar naturalmente que esto no se dé en ningún caso de las máquinas 2020, cuyo gráfico de dispersión (a la izquierda), no muestra en ningún momento este “ángulo máximo”.
Recordamos una vez más que las máquinas anteriores al 2020 no son auditables, lo que quiere decir que no se puede acceder al código fuente después de la elección para verificar qué algoritmo estuvo presente durante el día de la votación. En cambio, las máquinas compradas en 2020, donde no se registró ninguna anomalía, son perfectamente auditables tanto por el TSE como por el Ministerio de Defensa.
Es importante aclarar también que todos los datos utilizados por esta auditoría son públicos, y que los auditores no tuvieron ningún acceso privilegiado a la información. Los datos fueron extraidos de la página oficial del TSE sobre “Datos Abiertos”, en las primeras 48 horas después de terminara el conteo de votos.
Sin embargo, es importante aclarar que la página fue deshabilitada durante la transmisión de Brazil Was Stolen, y que permaneció bajada por más de 8 horas, finalmente volviendo en la madrugada de este sábado.
Cuando volvió online, de todos modos, la información había sido modificada. La base de datos muestra públicamente que sufrió modificaciones a partir de las 19:01 del día de “ayer”, o sea del 4 de noviembre (dos horas después de que se viralizara la noticia).
Una búsqueda por timestamps (marcas de tiempo) de los paquetes de información recientemente modificados confirman que varias partes de las bases de datos de la tabla “Resultados – 2022” fueron modificados en distintos horarios.
Quienes desarrollaron la auditoría privada fueron preguntados sobre si estos cambios impactan en el resultado final o en la investigación presentada este viernes. “Todavía no sabemos, es mucha información y son cambios muy específicos. No tenemos la certeza por qué ciertos paquetes de información fueron modificados, pero lo estamos investigando“, aseguraron.
sin entrar en detalles,
Si en una mesa, un grupo de amigos, pongamos 20, votan por BOLSONASRO,
y en el resultado hay 0 votos para Bolsonaro,
eso se llama TONGO.
Lula el tramposos de siempre.