No se puede considerar un caso aislado haber perdido el 40% de los concejales obtenidos en las elecciones municipales de 2019.

De la financiación ilegal, mejor ni hablamos, ya que todos los que hemos sido cargos oficiales en Vox, sabemos que se llama donaciones aquello que tiene un precio fijado en las mesas informativas.

Asimismo huelga hablar de las misteriosas primarias, que cuando no ganaba el candidato oficial, como ocurrió en Málaga con Enrique de Vivero, o en Granada con Ignacio Pozo, al final se imponía una gestora sumisa y afín desde Madrid, haciendo un alarde de oscurantismo y juego bajo la mesa digno de los tugurios mafiosos de la bella Sicilia.

Los valientes, los que venían a salvar a España, los que querían combatir el feminismo y al lobby LGTBI, al final resultaron ser una colosal mentira. Ha sido necesario el maltrato a Macarena Olona para dar credibilidad a los que, desde hace ya unos años, veníamos denunciando el negocio y la estafa ideológica que ha supuesto Vox.

Y tuvo que ser ella, doña Macarena Olona, la que con sus declaraciones diera veracidad a las miles de denuncias de afiliados, a los cientos de concejales que abandonaron el proyecto y denunciaron, no solo la falta de democracia interna, sino en muchos casos las prácticas cuasi mafiosas ejercidas por la dirección nacional del partido.

*Ex coordinador de Vox en el municipio malagueño de Mijas