Gracias a la marquesa de Galapagar, en España sale más barato violar que ayer
Lo de Irene Montero y su Ministerio de Igualdad no tiene nombre, pero sí consecuencias. Y es que ahora, gracias a la marquesa de Galapagar, en España sale más barato violar que ayer.
Tras la aprobación de la Ley del ‘solo sí es sí’ los violadores están pidiendo las rebajas que Montero les ofreció en su ley y ya van decenas casos (y se esperan muchas más) que lo han conseguido. Uno de ellos incluso está pensando en exigir una indemnización.
Semejante despropósito de ley es argumento más que suficiente para cesar en el acto a esta ministra sin currículum, experiencia ni conocimientos para el cargo que ostenta. Y esa responsabilidad recae sobre quien la aupó a ministra y quien hoy mismo puede cesarla: Pedro Sánchez.
No es la primera, ni será la última, chapuza de Montero al frente del Ministerio de Igualdad. Fue ella quien:
Ha insultado, y mentido, a los rescatadores provida diciendo que obligan a mujeres embarazadas a entrar en camiones para hacerse ecografías.
Ha promovido la pederastia y aún hoy insiste en que los niños pueden tener sexo con quien quieran si es consentido.
Quiere hacer una lista negra de médicos provida y purgar la objeción de conciencia sobre el aborto.
Hay cientos de ejemplos más (como la guardaespaldas que empleaba como niñera) pero este último caso no tiene paragón en la historia de ineptitudes ministeriales.
El precio que pagamos los españoles por tener a la marquesa como ministra es demasiado alto y ha durado demasiado tiempo. Es hora de exigir a Sánchez que la cese de una vez:
Desde el Ministerio de Igualdad intentan defenderse acusando a los jueces de ‘machistas’ y a la Justicia de ‘patriarcal’. Pero la realidad es que cada día más voces piden la dimisión de Montero.
Que un hombre que violó a su sobrina de cuatro años cumpla dos años menos de cárcel no puede excusarse ni salir gratis.
Que Irene Montero siga en su puesto de trabajo después de ser ella la responsable de semejante espanto jurídico es incomprensible e inadmisible.